sábado, 18 de abril de 2020

357. Cuarentena

¿Cómo pude llevar la cuarentena en casa?
Tiempos de CoronaVirus (Tomado de Link)

Cuarentena... palabra muy utilizada en estos últimos meses. Es un método muy eficaz para poder controlar y evitar que se propague alguna enfermedad contagiosa (incluyendo el CoronaVirus). Sin embargo, es triste ver cómo la gente (mucha gente, no toda claro está) no se preocupa por guardarse en casa. Sé que hay muchos que trabajan y que deben llevar el sustento al hogar, pero muchos otros van de paseo a la playa, o salen a comer, y no le toman el peso a la terrible pandemia que estamos viviendo.

Pero, fuera de eso, lo que quiero compartir con ustedes es cómo yo he vivido mi cuarentena. Estuve en esa condición durante catorce días. Actualmente debo trabajar, ya que transporto insumos médicos, y eso no para. Sin embargo, tuve que hacer cuarentena y aqui les contaré qué sucedió.

Ida al médico y comienzo de mi cuarentena

Desde principios de marzo que me estaba sintiendo mal. Tenía mucha tos y me dolía el cuerpo. Aun así, intenté seguir trabajando durante unos días. Pero llegó un momento en que ya no pude más, y preferí ir a consultar a un médico. Con esto de la pandemia y la psicosis que se ha generado, igual tenía cierto miedo a que tuviera CoronaVirus. Pero si no iba a médico, ¿cómo sabría que no lo tengo? Así que fui. La doctora me examinó y me diagnosticó Faringitis. "¡Ah! Por lo menos no es el famoso virus - pensé -. Me dará unos días de reposo y listo". Pero al final me mandó a cuarentena catorce días.

Recreación de la receta dada por el médico. Se ve claro los medicamentos.

Me hizo muchas preguntas. ¿Había tenido contacto con personas que tuvieran contagiadas con el COVID-19? ¿Había presentado síntomas asociados al virus? ¿En qué trabajaba? Referente a esta última pregunta, la doctora determinó mandarme a casa, ya que, si andaba entregando insumos en hospitales y, a la vez, tosiendo, claramente se vería mal. Así que, licencia en mano, me fui al trabajo a entregarla y, luego de comprar los medicamentos que me recetó, me encerré durante dos semanas en mi hogar. "Bueno... por lo menos algo descansaré", pensé, ya que desde el 2018 que no me tomaba vacaciones y... bueno... estos días en casa bien podría usarlas para descansar y desestresarme. Sin embargo, a los pocos días, la cosa distaba mucho de lo que yo quería en un principio.

Avanzan los días, encerrado y con el bendito "Chocolo" molestando

Los primeros días fueron geniales. Descansaba en casa y aprovechaba de hacer otras cosas. Por ejemplo, el vídeo que publiqué hace unas semanas lo hice justamente en cuarentena. Aprovechaba de leer, jugar en mi consola Nintendo y, claro está, no descuidé mis actividades de índole espiritual. Pero, con el correr de los días, la cosa fue cambiando lentamente, y para peor. Lo que pensaba en aprovechar para descansar, se transformó en un suplicio, y no hallaba la hora de que la cuarentena terminara y poder salir de casa, aunque fuera sólo para trabajar.

Chocolo, el perro de mi vecina, es muy cargante. DEMASIADO, diría yo. Ladra todo el santo día, aunque no haya ni un alma en el pasaje donde vivimos. Ladra, ladra y ladra. Ladra porque quiere salir, y al ratito ladra porque quiere entrar. Le ladra todo el santo día a mi gato, y a Jerónimo le importa un reverendo cuesco. Sus ladridos agudos hacían que me estresara estando en mi casa sin poder salir a sacarme ese ruido de mi cabeza. Peor se ponía cuando su dueño (hijo de la vecina) se iba con su polola en su moto. Podía estar horas ladrando esperando que volviera. ¡Qué fastidio!

Por eso quiero a mi gato: es tan tranquilo y casi ni mete boche... excepto cuando son las 6 de la mañana y tiene hambre...

Otra cosa que me desesperaba era que miraba por la ventana y ver que los días estaban tan lindos... invitaban a salir a pasear. ¡Qué triste estar encerrado en casa! Pero era por un bien mayor: cuidar mi salud y de mi familia. Los tiempos que estamos viviendo no son para pasear, vacacionar ni ir de fiesta en fiesta, como sí muchos estúpidos (es la palabra adecuada, aunque sea fuerte) hacen como si la pandemia fuera cosa de niños.

Y bueno... los 14 días pasaron leeeeentamente. Conversaba con mis amigos, familiares y hermanos de creencia por Zoom, la aplicación de videoconferencia que la lleva. Y finalmente, la cuarentena terminó y pude volver a trabajar. Sin embargo, la cosa está complicada: la pandemia sigue creciendo y tenemos CoronaVirus para rato.

¡No salgas de casa!

Estimados/as: yo por motivos estrictamente laborales, debo salir de casa. Si no tuviera un trabajo relacionado con la salud, créanme que, aunque estuviera estresado y aburrido en casa, no saldría. Por el amor que siento por mi familia y mis amigos, me cuido. Y tú debes hacer lo mismo. Entre todos debemos salir de esto que está pasando. Veo con mucha tristeza cómo la gente se salta los cordones sanitarios, salen aunque haya toque de queda, hacen fiestas e invitan gente (incluso contagiados con el virus), pastores de muchas iglesias que dicen adorar a Dios, pero que, desobedeciendo las leyes, hacen sus reuniones, metiéndose al bolsillo el amor al prójimo y un largo etcétera. No es fácil quedarse en casa encerrados, pero es preferible eso, a salir y quizás no volver más al hogar.

Puedes usar la tecnología para hablar con familiares o amigos y así quedarte en casa.

Y si necesitas algo para distraerte... aquí está mi blog con más de 350 artículos para ti. :D ¡Saludos y cuídense mucho!

domingo, 29 de marzo de 2020

356. ¿Qué aprendemos del Coronavirus?

¿Por qué tantas desgracias en el mundo?
Vivimos tiempos complejos. En el anterior artículo pudimos ver los efectos del famoso coronavirus en la vida de la gente. Claramente la situación está fuera de control. Y por muchas medidas que se tomen, no se ve una solución a corto plazo. Sin embargo, lo que estamos viviendo hoy en día es sólo un ápice de una acumulación de problemas a nivel mundial y local que, a todas luces, tiene que pasar. Pero, ¿podemos aprender algo de lo que hemos vivido últimamente? Claro que sí. Sé que hace más de 10 años que no hablo asuntos bíblicos en un artículo completo, pero la situación amerita que, por esta vez, hable lisa y llanamente de lo que enseña la Biblia al respecto. Presta atención.

¿Qué aprendemos de los sucesos mundiales actuales?

a) El dinero no puede salvar nuestra vida. la crisis del coronavirus nos tiene a todos en la misma situación, no importa si tenemos mucho o poco dinero. Por mucho dinero que tengamos en nuestras cuentas bancarias, o aun pudiendo ir a la clínica más cara y con los mejores médicos del mundo, el virus puede acabar con nuestras vidas igual. Eso nos deja claro que, aunque seamos millonarios, el dinero no nos puede salvar de alguna epidemia o de cualquier otra enfermedad. Con razón la Biblia nos insta a no amar el dinero y, por el contrario, cultivar amor por el prójimo, que llena más que todo el dinero del mundo (lee 1 Timoteo 6:10)


b) Hay que ser empáticos. La gente se desespera. Se lleva todo de los supermercados y de las farmacias, sin tener ninguna consideración por los demás. Esta característica es contraria a la empatía, a saber, ponerse en el lugar del otro. Claramente si yo quiero protegerme de esta pandemia, debo permitir que los demás también lo hagan. Tristemente, la sociedad humana es terriblemente egoísta, y lo que estamos viviendo es prueba de ello. Por ello, la Biblia nos pide que amemos al prójimo y lo demostremos con hechos, no sólo con palabras (lee Mateo 7:12, Hechos 20:35)

 
c) Hay cosas más importantes que el dinero y el trabajo. "Trabaja para vivir, y no vivas para trabajar". Los cambios de circunstancias han hecho que muchas personas vean si realmente el dinero y el trabajo es más importante que la familia, los amigos o Dios. Ahora que todos estamos encerrados en nuestras casas, echamos de menos pasar tiempo la familia que no vive con nosotros, o con los amigos. Pero si esto no hubiera pasado, muchos seguirían de sol a sol trabajando como locos para mantener la vida extravagante que tienen. Sé que muchos trabajan arduamente para llevar un sueldo mínimo a sus casas, pero nunca debemos olvidar que, por sobre el trabajo o la plata, está nuestra familia. Dios, el creador de la familia, nos pide que la mantengamos, pero también que sepamos darle estabilidad emocional y espiritual, cosa que no se logra si trabajamos sin parar (lee Efesios 3:15; Efesios 5:28,29,33; 1 Timoteo 3:5)

 
d) La clave de la felicidad está en ser personas espirituales: Muchos afirman que el dinero es la clave de la felicidad. Y, aunque el dinero claramente ayuda, no son pocas las personas que, teniendo millones de pesos, no son felices. ¿Dónde está la felicidad? Satisfaciendo nuestra necesidad espiritual. Ahora que tenemos más tiempo libre, busquemos a Dios. Leamos la Biblia y averigüemos la Verdad sobre Él. Quizá nos llevemos una sorpresa sobre lo que creemos acerca de Dios (lee Josué 1:8; Salmo 1:1-3; Mateo 5:3)
 

e) El ser humano no está capacitado para autogobernarse: todo lo que está pasando con la pandemia es una prueba más (de las muchas que hay) de que el ser humano jamás fue creado con la capacidad de gobernarse a sí mismo. Claramente, lo que dice la Biblia en Jeremías 10:23, es una verdad absoluta. Durante miles de años, los seres humanos han intentado acabar con los problemas que nos aquejan (incluyendo las enfermedades), pero jamás lo han logrado. Sólo Dios tiene la capacidad, y las ganas, de acabar con nuestros problemas y llevarnos a la felicidad absoluta (lee Eclesiastés 8:9)

 
f) Las pestes son parte de la señal "del tiempo del fin": las pestes es sólo una arista de la señal del tiempo del fin. Las pruebas que estamos viendo sobre el tiempo del fin son irrefutables: pestes, guerras, terremotos, hambre, destrucción del medio ambiente... personas malvadas, frívolas, sin autocontrol, furiosos y con ganas de hacer maldades... un sistema político, comercial y eclesiástico corrompido... todo eso nos muestra que pronto vendrá el fin. Pero... ¡Anímate! No hay que tener miedo (lee Mateo 24:7-14; Lucas 21:10,11 ; 2 Timoteo 3:1-5)
 

g) Lo que se viene será realmente genial: las iglesias tienden a enseñar que Dios nos pone a prueba, o que a Dios no le importamos. ¡Nada más alejado de la verdad! Dios acabará con todo lo malo de este mundo. Los problemas que nos aquejan serán cosa del pasado: viviremos por siempre en una tierra libre de todo lo que nos hace daño. Eso quería él en un principio, y nada ni nadie podrá impedirlo. Eso demuestra claramente que a Dios sí le importamos, y que ahora es el momento de ponerse de parte de él. (lee Isaías 33:24, Salmo 37:10, 11; Apocalipsis 21:3-5)

 
¿Qué debemos hacer?
Como podemos ver, muchas cosas se pueden sacar al limpio con lo que estamos viviendo. Esta cuarentena tiene que hacernos pensar en qué estamos haciendo con nuestras vidas. Cuando todo vuelva a estar mejor, estemos más cerca de nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos... y también de Dios. Él es la esperanza de un mundo mejor, y a Él hay que aferrarse, ahora, y para siempre. ¡Saludos!

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domingo, 22 de marzo de 2020

355. ¡Ha llegado el CoronaVirus!

Escucha este artículo (3:46 min)
Hay que sobrevivir a la pandemia mundial que nos aqueja

Estamos viviendo tiempos complicados. El Coronavirus ha llegado para quedarse un buen rato. A decir verdad, yo lo veía bien lejano. Total, el virus comenzó en China. Sin embargo, la cosa se salió de control y, al día de hoy, hay más de 600 contagiados en Chile (1 fallecido). Yo estoy en cuarentena hace ya casi 1 semana por motivo de una faringitis. Por precaución, tomando en cuenta que trabajo entregando insumos y medicamentos en hospitales, la doctora me mandó a cuarentena por 14 días. ¿Qué he podido ver durante mi encierro?

Miedo

La gente tiene miedo. Muchos nunca hemos vivido una pandemia y, cuando comenzamos a ver la cantidad de muertos en el mundo y cómo este virus avanzaba sin piedad por los países, claramente sentimos temor. Pero el miedo es generalizado. He conversado con varios amigos y conocidos, y casi todos concuerdan en que tienen miedo de lo que puede pasar. Miedo incluso de morir. Si bien es cierto la tasa de mortalidad es baja, el enfrentarse a algo que jamás habían vivido (una pandemia) produce temor sobre el futuro.

Egoísmo

Estas crisis sanitarias sacan, algunas veces, lo peor de la gente. Claro está, la gran mayoría es consciente de lo que estamos viviendo, y se quedan en sus casas haciendo una cuarentena voluntaria. Como mencioné en el vídeo, no necesitamos una orden de la autoridad para cuidar nuestra salud. Pero también hay cientos de personas que, en realidad, no sé qué diantres tienen en su cabeza. Piensan que este período es de vacaciones; de salir a pasear, y pasarlo bien. Hay que ser muy tonto para pensar que todo va bien, y que no me contagiaré por salir de vacaciones o al mall (por cierto, acá en Chile están cerrados).

La gente arrasando con todo

En otro frente, el egoísmo se ve reflejado en las compras. Sí, porque, desde que llegó el coronavirus a nuestro país, la gente de volcó a los supermercados y farmacias para arrasar con todo (literalmente). Se acabaron las mascarillas, el alcohol gel, el papel higiénico... Los artículos de primera necesidad iban desapareciendo de los anaqueles. Algunos supermercados tuvieron que limitar la cantidad de unidades de aquellos productos, para evitar que algunos se llevaran todo, y dejaran sin nada al resto.

No, pero después andamos protestando por la igualdad, por los derechos de los adultos mayores... pero igual les dejo los supermercados vacíos para que no compren nada. ¡Hipócritas!

Cumplimiento


Mi blog no es de teología. Pero saben que soy cristiano. Y claramente lo que está sucediendo es un cumplimiento a rajatabla de lo que indica la Biblia, ese libro tan olvidado por muchas personas, e incluso motivo de burla por otros. La Biblia dice sin rodeos que, en el tiempo del fin, se verían, entre muchas otras cosas, lo siguiente:
  • Pestes en un lugar tras otro (Lucas 21:11)
  • Personas egoístas, que piensan sólo en ellos en vez de los demás (2 Timoteo 3:1-5)
  • Personas sin autodominio (2 Timoteo 3:1-5)
  • Burladores que, al ver las pruebas bíblicas, se burlarían de quienes creen en la Palabra de Dios (2 Pedro 3:3, 4)
Señoras y señores: no nos podemos hacer los ciegos a lo que estamos viviendo. ¿Qué debemos hacer entonces? La respuesta en el siguiente artículo. ¡Saludos a todos!

sábado, 22 de febrero de 2020

354. Cambio de folio

Escucha este artículo (2:14 min)

Yo, cuando nací, en 1990

Veía muy lejano el escribir este artículo. Tan lejano como el día en que inicié este blog: el 16 de mayo de 2006. En ese entonces contaba con 16 años y estaba en tercero medio en el colegio. Luego estudié un año en la Universidad y he trabajado en varios lados. Y hoy, 22 de febrero de 2020, he cambiado de folio. Sí: Panchito ha llegado a los 30 años de vida.

He escuchado muchos comentarios indicando que cambiar de década, en este caso de los 20's a los 30's, es poco menos que traumante. Que se te viene el mundo y la vejez encima. Que desde los 30 años uno comienza a notar la pérdida de tu vitalidad, que vives una crisis existencial, y la vida ya no es tan genial. Son muchas las cosas que se dicen sobre este cambio. Pero... vamos amigo/a: es sólo un día más. ¿Qué puede cambiar en tu vida si tienes 29 ó 30 años?
 
A los 5 años aprox (1995)

Me siento joven aun. Claro, reconozco que ya no es lo mismo subir una escalera ahora a cuando tenía 17 años, pero joven al fin y al cabo. Todavía me queda mucho por recorrer, y espero que este blog esté vivo para irles contando cómo transcurre mi vida. Una cosa es cierta: la juventud o la vejez no va necesariamente de la mano con la edad. Yo me siento joven, con muchas ganas de seguir haciendo las cosas que me gustan, vivir nuevas experiencias y conocer nuevos lugares y personas. La vida es muy corta como para andar pensando en si tener 30 años es sinónimo de estar viejo o no: sólo hay que disfrutar.

A los 22 años (2012)

Veamos qué me prepara la década de los treinta en mi vida. Confío en que todo seguirá tan bien como ahora, poder disfrutar de lo bueno de la vida, y cultivar una buena amistad con Dios. No me echaré a morir por el cambio de folio.

Para cerrar este artículo, les dejo este vídeo que, creo yo, viene de perilla a este artículo. ¡Saludos!



Este artículo está en el Podcast Donde Panchito ¡Escúchalo!

sábado, 15 de febrero de 2020

353. Series de televisión 19: ¡Ochenta años ya!

Escucha este artículo (1:45 min)



¡Cómo quisiera llegar a vivir ochenta años! Claro está, tampoco quiero llegar a esa edad y tener los achaques propios de la vejez, por lo que tengo una linda esperanza de que no será así (en otra ocasión les hablaré de eso). Lo cierto es que no todos los días se cumplen ochenta años, ¿no? Pues hoy quiero hablarles de dos personajes que ya llegaron a esa edad y, aunque parezca increíble, no envejecen. ¿Cómo así?

Es así porque no son personas de la vida real, sino animales. Sí: dos animales. Un ratón, muy astuto, y un gato, que se muere por perseguir al ratón. Sus nombres: Tom y Jerry.

Hace ochenta años, en febrero de 1940, se lanzó el primer corto de estos queridos personajes. Imagínense: han pasado ocho décadas, y siguen tan vigentes. Eso no lo hace cualquiera. Sólo lo lograron sus creadores, William Hanna y Joseph Barbera, la dupla Hanna y Barbera. Dibujos hechos a mano y música instrumentalizada que calza perfectamente con las escenas de cada capítulo. Es, sencillamente, una obra maestra.

En los inicios de mi blog hablé brevemente de estos dibujos animados que, sin dudas, marcaron mi infancia (Artículos 057 y 047). Y seguramente las de miles, millones de personas más, incluyendo probablemente la tuya. Y de seguro que Tom y Jerry seguirá vigente por muchos años más, con su humor sano que dista mucho del actual entretenimiento que existe hoy. Les dejo un vídeo con algunos buenos momentos de estos dibujos, para que lo disfruten. Hasta un siguiente artículo.


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