domingo, 29 de marzo de 2020

356. ¿Qué aprendemos del Coronavirus?

¿Por qué tantas desgracias en el mundo?
Vivimos tiempos complejos. En el anterior artículo pudimos ver los efectos del famoso coronavirus en la vida de la gente. Claramente la situación está fuera de control. Y por muchas medidas que se tomen, no se ve una solución a corto plazo. Sin embargo, lo que estamos viviendo hoy en día es sólo un ápice de una acumulación de problemas a nivel mundial y local que, a todas luces, tiene que pasar. Pero, ¿podemos aprender algo de lo que hemos vivido últimamente? Claro que sí. Sé que hace más de 10 años que no hablo asuntos bíblicos en un artículo completo, pero la situación amerita que, por esta vez, hable lisa y llanamente de lo que enseña la Biblia al respecto. Presta atención.

¿Qué aprendemos de los sucesos mundiales actuales?

a) El dinero no puede salvar nuestra vida. la crisis del coronavirus nos tiene a todos en la misma situación, no importa si tenemos mucho o poco dinero. Por mucho dinero que tengamos en nuestras cuentas bancarias, o aun pudiendo ir a la clínica más cara y con los mejores médicos del mundo, el virus puede acabar con nuestras vidas igual. Eso nos deja claro que, aunque seamos millonarios, el dinero no nos puede salvar de alguna epidemia o de cualquier otra enfermedad. Con razón la Biblia nos insta a no amar el dinero y, por el contrario, cultivar amor por el prójimo, que llena más que todo el dinero del mundo (lee 1 Timoteo 6:10)


b) Hay que ser empáticos. La gente se desespera. Se lleva todo de los supermercados y de las farmacias, sin tener ninguna consideración por los demás. Esta característica es contraria a la empatía, a saber, ponerse en el lugar del otro. Claramente si yo quiero protegerme de esta pandemia, debo permitir que los demás también lo hagan. Tristemente, la sociedad humana es terriblemente egoísta, y lo que estamos viviendo es prueba de ello. Por ello, la Biblia nos pide que amemos al prójimo y lo demostremos con hechos, no sólo con palabras (lee Mateo 7:12, Hechos 20:35)

 
c) Hay cosas más importantes que el dinero y el trabajo. "Trabaja para vivir, y no vivas para trabajar". Los cambios de circunstancias han hecho que muchas personas vean si realmente el dinero y el trabajo es más importante que la familia, los amigos o Dios. Ahora que todos estamos encerrados en nuestras casas, echamos de menos pasar tiempo la familia que no vive con nosotros, o con los amigos. Pero si esto no hubiera pasado, muchos seguirían de sol a sol trabajando como locos para mantener la vida extravagante que tienen. Sé que muchos trabajan arduamente para llevar un sueldo mínimo a sus casas, pero nunca debemos olvidar que, por sobre el trabajo o la plata, está nuestra familia. Dios, el creador de la familia, nos pide que la mantengamos, pero también que sepamos darle estabilidad emocional y espiritual, cosa que no se logra si trabajamos sin parar (lee Efesios 3:15; Efesios 5:28,29,33; 1 Timoteo 3:5)

 
d) La clave de la felicidad está en ser personas espirituales: Muchos afirman que el dinero es la clave de la felicidad. Y, aunque el dinero claramente ayuda, no son pocas las personas que, teniendo millones de pesos, no son felices. ¿Dónde está la felicidad? Satisfaciendo nuestra necesidad espiritual. Ahora que tenemos más tiempo libre, busquemos a Dios. Leamos la Biblia y averigüemos la Verdad sobre Él. Quizá nos llevemos una sorpresa sobre lo que creemos acerca de Dios (lee Josué 1:8; Salmo 1:1-3; Mateo 5:3)
 

e) El ser humano no está capacitado para autogobernarse: todo lo que está pasando con la pandemia es una prueba más (de las muchas que hay) de que el ser humano jamás fue creado con la capacidad de gobernarse a sí mismo. Claramente, lo que dice la Biblia en Jeremías 10:23, es una verdad absoluta. Durante miles de años, los seres humanos han intentado acabar con los problemas que nos aquejan (incluyendo las enfermedades), pero jamás lo han logrado. Sólo Dios tiene la capacidad, y las ganas, de acabar con nuestros problemas y llevarnos a la felicidad absoluta (lee Eclesiastés 8:9)

 
f) Las pestes son parte de la señal "del tiempo del fin": las pestes es sólo una arista de la señal del tiempo del fin. Las pruebas que estamos viendo sobre el tiempo del fin son irrefutables: pestes, guerras, terremotos, hambre, destrucción del medio ambiente... personas malvadas, frívolas, sin autocontrol, furiosos y con ganas de hacer maldades... un sistema político, comercial y eclesiástico corrompido... todo eso nos muestra que pronto vendrá el fin. Pero... ¡Anímate! No hay que tener miedo (lee Mateo 24:7-14; Lucas 21:10,11 ; 2 Timoteo 3:1-5)
 

g) Lo que se viene será realmente genial: las iglesias tienden a enseñar que Dios nos pone a prueba, o que a Dios no le importamos. ¡Nada más alejado de la verdad! Dios acabará con todo lo malo de este mundo. Los problemas que nos aquejan serán cosa del pasado: viviremos por siempre en una tierra libre de todo lo que nos hace daño. Eso quería él en un principio, y nada ni nadie podrá impedirlo. Eso demuestra claramente que a Dios sí le importamos, y que ahora es el momento de ponerse de parte de él. (lee Isaías 33:24, Salmo 37:10, 11; Apocalipsis 21:3-5)

 
¿Qué debemos hacer?
Como podemos ver, muchas cosas se pueden sacar al limpio con lo que estamos viviendo. Esta cuarentena tiene que hacernos pensar en qué estamos haciendo con nuestras vidas. Cuando todo vuelva a estar mejor, estemos más cerca de nuestra familia, nuestros amigos, nuestros vecinos... y también de Dios. Él es la esperanza de un mundo mejor, y a Él hay que aferrarse, ahora, y para siempre. ¡Saludos!

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4 comentarios:

  1. Que pedazo de artículo te has mandado Panchito. Todo lo que mencionas tiene lógica y me gusta la forma en que abordas el tema. Solo nos queda esperar en Dios que esto pronto termine y ser mejores personas.

    Un saludo 😉

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    Respuestas
    1. Wladimir: Gracias por tu comentario. De hace tiempo que no te asomabas por acá. Pues si proviene de la Biblia obviamente tiene lógica. Por lo pronto tenemos que aguardar que esto pase. Y apoyarnos en Dios, que es lo más sabio que podemos hacer. Saludos!

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  2. ¿De verdad será tan así que estamos en el fin del mundo? Igual da miedo que todo sea destruido... Sólo confiar en que Dios nos cuidará.

    Saludos Panchito.

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    Respuestas
    1. Hola anónimo. Gracias por comentar. Te sugiero que, para la otra, puedas dejar tu nombre para que mi respuesta sea más personalizada.

      Pues... el fin del mundo (o de la sociedad humana, entendamos eso porque la tierra como tal no será destruida) no implica que muramos todos. Dios no quiere eso. Si uno se apoya en Él, pues no nos pasará nada para cuando venga el fin y así viviremos para siempre. ¡Saludos!

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