viernes, 31 de marzo de 2017

236. La amistad verdadera SI existe


No hay nada mejor que tener buenos amigos. Los amigos de verdad siempre están con uno en las buenas y en las malas. El resto... Son solo conocidos.Aquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.

¿Por qué es bueno tener amigos?

Y es que la vida es más llevadera si llevas consigo un par de buenos amigos. La amistad entre los seres humanos es algo innato. Nacimos para sociabilizar. Nos cuesta estar solos y fuimos creados para tener contacto con otros seres humanos. Sí, es verdad que a veces es bueno estar solos, ya sabes... Para reflexionar y encontrarse con uno mismo. Pero, por lo menos yo, reconozco que la vida no sería igual sin los amigos.

A medida que crecemos, buscamos cualidades más profundas en otras personas.

Las amistades pueden estar en cualquier lado. En la escuela, en el trabajo, en la iglesia, en el barrio, en la manzana donde uno vive. De chico tenía varios amigos en el vecindario y, junto con mis primos, jugábamos cuándo podíamos. De ellos ya no tengo contacto con ninguno de ellos. Y es que pareciera ser que, conforme vamos creciendo, nuestros parámetros para elegir amistades van cambiando. Cuando chicos, elegimos a los más chistosos, simpáticos. Quizás a quien tenga los mejores juguetes o al más atrayente de la clase. Pero al madurar, buscamos cualidades más profundas, como que sea leal, responsable, apoyador, que te de consejos y, por qué no, que tenga tus mismas metas y tus mismas creencias morales. Al fin y al cabo, inconscientemente buscamos a quienes se parezcan a nosotros para que seamos amigos.

Dios: mi principal amigo

Para que Dios sea nuestro mejor amigo, debemos, entre otras cosas, leer la Biblia.

Para personas creyentes en Dios, como yo, es indispensable crear un vínculo de amistad con el Creador de todas las cosas, con quien nos creó. Algunos ni siquiera creen que existe, pero ese es tema para otra ocasión. Respeto el derecho que tienen a no creer, así como también deben respetar el derecho que tengo a creer que Dios existe y que puedo cultivar una amistad con Él. ¿Cómo se logra eso? Básicamente siguiendo los mismos pasos que hacemos para cultivar amistades con algún ser humano. Conversar con Él, conocerlo profundamente y seguir sus consejos cuando le pedimos guía. Eso lo logramos cuando le oramos, leemos la Biblia y seguimos sus normas que allí aparecen. Dios es mi mejor amigo, y siempre he sentido que me ha ayudado, en especial cuando uno lo pone siempre en primer lugar. Dios nunca me ha fallado: es el ejemplo perfecto de un buen amigo.

Los amigos no necesariamente deben ser de por allí cerca. De hecho, Dios vive muuuuuuy lejos, y aun así podemos ser amigos de Él. Pero, en mi caso particular, aparte de Dios, tengo varias amistades que son de más allá de los límites de la ciudad donde vivo. 

Algunos de mis mejores amigos

Tengo dos mejores amigos más: Emilio y Waldo. Con ellos paso momentos geniales. Tenemos nuestras mismas creencias en cuanto a religión se refiere, por lo que coincidimos en varios aspectos. Hace poco vinieron, junto con Benjamín, otro amigo, a conocer mi nueva casa. Son unos buenos amigos. Y siempre han estado ahí cuando los necesito.

Más lejos, en Yungay, vive Geraldine. La conozco hace mucho tiempo, serán unos 6 años más menos. Y a pesar de la distancia, siempre nos hemos mantenido en contacto, a pesar de que varias veces nos alejamos por meses sin hablar. Me ha aconsejado cuando tengo problemas y si ella los tiene, acude a mí. La amistad y el cariño esta, y eso sobrepasa cualquier barrera, ya sea tiempo o distancia.

Karina es una amiga de Santiago con quien compartía mucho antes de que fuera novio. Siempre me pide que la ayude en sus problemas. Es una buena amiga, aunque algo loca. Siempre es bueno un poco de locura en las amistades. De lo contrario, todo sería muy monótono.

La importancia de las buenas amistades

Me demoraría mucho si hablara de todos mis amigos. Tengo hasta algunos en el extranjero, como de Uruguay, El Salvador y México. La cuestión es que cuando uno se siente decaído, siempre puede recurrir a los amigos. Ellos son la familia que uno escoge. Y es genial recibir el cariño y el apoyo de ellos. El hecho de que Dios nos creara con la capacidad de ser sociales y de demostrar amor hacia otras personas demuestra que, efectivamente, Dios quiere que vivamos la vida a plenitud y que la disfrutemos, no solos (aunque es necesario algunas veces la soledad como les mencioné al principio), sino compartiendo nuestras vidas con los demás. Pero, para conseguir buenos amigos, hay que ser un buen amigo. ¿Cómo se logra eso? En el siguiente artículo seguiremos conversando sobre la importancia de la verdadera amistad. 

¿Y tú? ¿Tienes buenos amigos? ¿Cómo son ellos contigo? ¿Cómo crees tú que uno debe ser para considerarse un buen amigo? Conversemos en los comentarios. ¡Nos vemos en una siguiente entrega, aquí, en Donde Panchito!

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