462. El concierto de Camilo Sesto


Ha pasado más de un mes desde que, en este mismo lugar, les había comentado que entrábamos en receso por algunos meses. El receso continúa; de hecho, no hemos subido absolutamente nada a nuestro podcast y canal de YouTube. Pero echaba de menos escribir aquí, así que decidí desempolvar un artículo que tenía en borrador hace muchos años y, finalmente, terminarlo.

En el año 2019 les pude relatar, en este mismo lugar, uno de los pocos conciertos a los cuales he ido: el del pianista argentino Raúl Di Blasio, que dio en el teatro de la Universidad de Concepción. Fue un concierto inolvidable, donde escuché buena música y disfruté de la amena conversación que Raúl tenía con nosotros, su público. Pero este no ha sido el único concierto al cual he ido en mi vida. También les relaté el de 31 minutos, que dieron un año antes acá mismo en Concepción. Hoy, eso sí, les hablaré de un concierto que jamás en mi vida pensé que iba a asistir... para ello hay que remontarse al año 2008, año en que Camilo Sesto se presentó en Chile.

Yendo a mi primer concierto

La verdad es que ni siquiera recuerdo cómo obtuve la entrada para ver a uno de los cantautores hispanos más importantes del siglo XX. De hecho, lo mejor de todo es que ni siquiera tuve que viajar a Santiago a verlo (ya que la mayoría de los cantantes cuando vienen a Chile se presentan en Santiago o en Viña del Mar para el festival). Camilo Sesto vino acá donde vivo: a Hualpén. Sí: no es un error. Estuvo en la comuna de Hualpén. Y, en este concierto, pasaron varias cosas, cosas que intentaré recordar y comentarles en las siguientes líneas, incluyendo cómo terminé al lado del vehículo de Camilo, y él saludándome (o eso creo).

Ticket de entrada al concierto

El concierto fue el 23 de mayo de 2008 a eso de las 21 horas. Llegamos con bastante tiempo de anticipación y había su fila para entrar. En total fuimos más de 3000 personas (sí: no fue mucha gente, pero estaba repleto el SurActivo, lugar donde se presentó Camilo). Luego de entrar nos ubicamos a unos cuántos metros del escenario. Para mí era toda una experiencia nueva. Nunca había asistido a un concierto así que mis expectativas eran más bien altas... o en realidad deseaba pasar un buen rato y disfrutar de vivir algo diferente.

Mi mamá estaba refeliz. Siempre le ha gustado Camilo Sesto, y en su casa tiene aún algunos LP de él, aunque no puede escucharlos porque el tocadiscos está malo. Gracias a ella comencé a escuchar las canciones de este cantautor español. A mis hermanos también les gusta, y hasta el día de hoy comentamos, de vez en cuando, alguna noticia o algún videíllo de Camilo que pillamos en YouTube.

Viviendo el concierto

Al concierto fuimos mis hermanos, mi madre, la novia de uno de mis hermanos (actualmente su esposa) y yo. No recuerdo cuánto duró el concierto, pero lo disfruté mucho. La gente coreaba sus canciones (mi madre también) y, a pesar de que para ese año Camilo ya no cantaba como antaño, lo hizo bien para su edad y la cantidad de tiempo que llevaba de carrera.

De las canciones que recuerdo que cantó estuvieron "Amor mío: ¿qué me has hecho?", "Samba", "Tarde o temprano", "Algo de mí", "El amor de mi vida", y muchas otras. Con mi celular grabé un miserable vídeo de 5 segundos de la canción "Samba", pero comprenderán que el celular que tenía en ese entonces tenía una patética calidad de vídeo, así que ni me dignaré a subirlo aquí. Eso sí, les dejo un vídeo de un tercero con la canción "Donde estés, con quien estés", grabado en una excelente calidad (?).


Además, aquí tengo algunas fotos de ese día, tomadas por una cámara NICON que, de hecho, aún tengo en casa. La calidad no es la mejor, incluso intentando mejorarla en el PC:







A la caza de Camilo

La cosa se puso más entretenida una vez que terminó el concierto. Nos sacamos algunas fotos con el escenario de fondo. Si mal no recuerdo, mi hermano Andrés nos sugirió ir a espera a Camilo al estacionamiento trasero del local a ver si podíamos pillarnos con el artista cuando saliera para irse al hotel, que no quedaba muy lejos de allí. Nos pareció una genial idea así que, mis hermanos y yo, partimos a esperarlo.

Claro... era obvio que no íbamos a ser los únicos en tener esa idea. Cuando llegamos atrás la cantidad de personas (casi todas mujeres) era increíble. Todos estaban esperando a Camilo para una foto, un autógrafo o un saludo... lo que fuera. Andrés logró llegar a la puerta de acceso al SurActivo, por donde saldría Camilo, y yo me puse al lado del vehículo que trasladaría a Camilo al hotel.

Yo, al lado del vehículo donde Camilo volvería al hotel
(omitan mi juventud por favor XD)

No sé cuánto tiempo pasó entre que llegamos allí y apareció Camilo. Pero, cuando lo hizo, quedó la santa escoba. Los guardaespaldas y carabineros intentando contener a la gente, las mujeres gritando como locas y Andrés que logra inmortalizar el momento en esta foto:

Camilo Sesto saliendo del centro de eventos


Yo, por mi parte, estaba apretado entre el vehículo y el tumulto de gente que estaba allí. Camilo se sube a la van por el lado contrario donde estaba yo, pero al subir se movió y quedó justo en la ventanilla donde podía verlo y saludarlo. "¡Camilo! ¡Camilo!", le grité. Miró e hizo un saludo con sus manos. Luego de ello un guardaespaldas jetón me empujó a un lado y la van se fue. Muchas se fueron corriendo detrás hasta que desapareció en la calle. El griterío continuó unos segundos y, de ahí, todo volvió a la tranquilidad.

¿Me habrá saludado a mí? Quizás. Quiero pensar eso. Fue un momento muy loco que, hasta el día de hoy, recuerdo con mucha nostalgia y risa.


¿Y mi madre con mi cuñada? Quedaron adentro esperándonos. Claro, mientras hacían hora caminando, pasaron por detrás de una persona que estaba siento entrevistada para un medio de comunicación. Al día siguiente aparecieron en el vídeo que les dejo. Aparecen específicamente en el segundo 13. Mi cuñada va con un gorro rosado, y mi madre va a su lado.


El crítico de espectáculos siendo entrevistado. Al lado del camarógrafo, de gorro rosado, mi cuñada

De este concierto ha pasado ya más de 17 años. Camilo murió en 2019, y dejó un tremendo legado de muchas canciones hermosas para escuchar y, por qué no, dedicar. Y también dejó atrás cientos de conciertos que dio por todo el mundo. Y puedo decir que yo, Panchito, tuvo el placer de asistir a uno de ellos.
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