Imagen de una gasolinera referencial |
Durante muchos años trabajé atendiendo público. No todos tienen el cuero para ello. No me jacto de eso, pero hay que tener mucha paciencia para atender gente. Sin embargo, algunas veces quienes nos atienden sencillamente no saben hacerlo y, con justa razón, uno alega por el mal trato que recibimos como clientes.