451. Se me está vaciando el estadio

Yo, en 2007, cuando estaba iniciado este blog,
con mucho pelo ^^

¿Saben cuánto tiempo ha pasado desde que comencé a escribir en este lugar? Más de 18 años. Sí, porque comencé en mayo de 2006. ¿Se acuerdan? Era un sitio web muy ordinario. Pero fueron mis inicios. Y, en ese entonces, tenía 16 años. Estaba en tercero medio y tenía toda una vida por delante.

De esa "vida por delante" ya he gastado 18 años. Ahora que tengo 34, comienzo a sentir el peso de los años. El tiempo no pasa en vano. Hace unos años les comenté sobre el cambio de folio, al llegar a los 30. En ese entonces escribí:

"He escuchado muchos comentarios indicando que cambiar de década, en este caso de los 20's a los 30's, es poco menos que traumante. Que se te viene el mundo y la vejez encima. Que desde los 30 años uno comienza a notar la pérdida de tu vitalidad, que vives una crisis existencial, y la vida ya no es tan genial. Son muchas las cosas que se dicen sobre este cambio. Pero... vamos amigo/a: es sólo un día más. (...) Me siento joven aun. Claro, reconozco que ya no es lo mismo subir una escalera ahora a cuando tenía 17 años, pero joven al fin y al cabo." (354. Cambio de folio. 22/02/2020)

¿Sigo pensando lo mismo? Pues... mi mente piensa igual. Mi cuerpo ya no tanto. Ahora me cuesta más subir escaleras. Hace unos años comencé a usar lentes porque he ido perdiendo mi visión gracias al astigmatismo. Y ahora... le sumaré que se me está vaciando el estadio.

Sí: se me está cayendo el pelo...

Y, lejos, ha sido lo más deprimente que he sentido en mi vida con respecto a mi cuerpo. Porque cuando comencé a usar lentes, sentí que, incluso, me veía mejor usándolos... como más intelectual XD. Lo de subir y bajar escaleras no es de todos los días. Pero... perder mi pelo en la cabeza ha sido un duro golpe. No estoy acostumbrado: algunos se burlan de mí y me molestan con frases como la del título de este artículo. Me lesean que el brillo de mi calvicie los ciega... y cosas así. Es cierto que no estoy calvo. De hecho, la cantidad de pelo que he perdido no ha sido tanto como en otras personas. Pero sí puedo notar claramente que en la coronilla ya no tengo tanto pelo como antaño, o que en mi frente mis entradas son más pronunciadas.

Usar lentes no me afectó tanto como la pérdida de pelo.
De hecho, en esta foto ya se ve una entrada pronunciada en
la frente en comparación a la foto de 2007.

Lo peor de todo es que no puedo ocultarlo. Es algo visible a todo el mundo. Mi astigmatismo nadie lo notaría si no usara lentes. Pero mi cabeza todos la ven. Y quienes me conocen de tiempo notan que tengo menos pelo. Y eso ha hecho que mi autoestima decaiga por momentos. Mi Eve intenta levantarme el ánimo y la mayoría de las veces lo logra. Eso ha sido de mucha ayuda.

Está claro que estoy perdiendo pelo

Ahora puedo comprender un poco más cómo se siente la gente cuando se burlan de su físico. Recuerdo años, muchos años atrás, a un compañero de colegio a quien le decían "Manzana confitada", porque era gordo y, además, usaba una chaqueta roja. Mis compañeros nunca pensaron en el daño que estaban causando hasta que, un día, aquel compañero, hartado de las bromas, le sacó la mugre a uno de los burlones. Cuánto duelen las palabras de burla por el físico que uno tiene. Da para pensar, ¿no?

Por lo pronto, veré cómo va el avance de todo esto. Quizá no sea tanto como pienso yo que será, o puede que vea algún tratamiento médico para retardar la caída del pelo o, mejor aún, estimular su crecimiento. Sólo espero que, con el correr de los años, finalmente el estadio no se vacíe por completo. Sino, tendré que asimilarlo y seguir adelante con mi vida, esperando que no se burlen de mí por algo que escapa a mi voluntad.