Si ustedes habrán notado, durante estos últimos 15 días sólo he podido escribir dos artículos (el del premio, y el del "Club de los Dinosaurios"). La razón fue porque me hice un auto-desafío. Desde el domingo 19 al sábado 25 de julio, no ocuparía el computador bajo ninguna circunstancia. Era un desafío muy difícil, especialmente porque llevo 11 años de mi vida con un computador... por lo tanto estar frente al PC es ya parte de mi vida... aunque, siendo sincero, algunas veces deseo que no sea tan así. ¿Quieren saber cómo pude llevar a cabo este desafío? Continúa leyendo en las siguientes líneas...
Comienza el desafío...
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Este es el PC que tuve que evitar durante 1 semana.
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El domingo 19 de julio a las 0:00 hrs comenzó mi semana más complicada en muchos años. De verdad, me era muy complicado poder mantenerme sin ocupar el computador. Lamentablemente me he hecho un dependiente del PC, cosa que no me gusta. Hasta ese día no había hecho nada para poder contrarrestarlo. De hecho, mucho tiene que ver la obesidad y el sedentarismo con el ocupar el computador para chatear, ver fotos, etc. No quiero decir que yo sea obeso o sedentario. Quienes me conocer saben que soy muy flaco... contextura media... y que también salgo muy a menudo a predicarle a mis vecinos la verdad de la Biblia (Mateo 24:14). Sin embargo, el tiempo libre siempre lo ocupaba para chatear, escribir o amononar mi blog, entre otras cosas, pero siempre usando un computador, ya sea el Notebook o el Computador hogareño.
Por eso, comencé mi desafío aquel día, con el pensamiento de que lo más probable era que iba a caer y no pasaría ni un día sin que ocupara el PC. Ese día domingo no tenía nada que hacer... mi bicicleta estaba mala, por lo tanto no podía salir a andar en ella. Tampoco podía ocupar el computador, por las razones ya expuestas anteriormente. ¿Qué hice entonces? Pues como siempre, en las mañanas ayudo en los quehaceres del hogar... tuve que entretenerme con el Nintendo original que compramos a medias con mi hermano Andrés, con el Gyruss, un excelente juego de los ochenta.
Arreglando la bicicleta
El martes, ocupando algo de mi dinero que aún me queda de mis dos sueldos obtenidos cuando trabajé, por fin pude arreglar mi bicicleta. Hace como 10 meses pasaba por Atenas (una calle de mi población, no crean que fui a aquella ciudad Griega), cuando sentí un pinchazo en la rueda trasera de mi bici. Un clavo de unos 8 centímetros atravesó la rueda de lado a lado, perforando de forma definitiva la cámara de la rueda, que ya tenía unos 5 parches. Gonzalo, amigo de mi barrio, me acompañó a repararla. En el taller de bicicletas, luego de haber cambiado la cámara, pregunté por el precio final por aquel cambio: $1000.-, lo cual encontré muy barato. Sin embargo, al pasarme la bicicleta, nota que el manubrio de ésta está suelto, por lo que simplemente la aprieta con una herramienta especial. Luego me dice: "Son $2400". Me jodieron...
Mi bici, luego de ser arreglada. Esta bicicleta tiene ya 8 años.
Pero igual, estoy feliz porque por fin pude salir a andar en bicicleta. Aprovechando que Gonzalo también tiene una, salimos juntos a dar una vuelta por la ciclovía que hay en mi población. Sin embargo, a las 6 nos entramos, porque ya estaba casi oscuro y hacía mucho frío.
Cada vez falta menos...
Es verdad, cada vez que pasaba cerca del computador, sentía unas ganas de ocuparlo, poder jugar y otras cosas. Ya era viernes, sólo me quedaban dos días para terminar el desafío, y hasta el momento lo había logrado. Ese día decidí salir solo a andar en bicicleta. Aproveché de pasar a casas de amistades para pasar el rato. Eso me ayudó a cultivar un poco más mis amistades. De hecho, muy pronto inauguraré mi nueva sección en "Donde Panchito": Viajando con Panchito. De eso les comentaré en artículos posteriores.
En fin, el día sábado era mi último día con mi super desafío... hasta ese día había logrado, con muchas dificultades, no usar el computador y utilizar el tiempo ya sea para salir a andar en bicicleta, ir a casas de amigos, predicar u otras cosas. Así, el domingo 26 de julio a las 0:00 horas se acabó mi súper desafío y muy contento pude el domingo en la noche revisar mi correo, chatear y ver mi blog.
Ahora bien, obviamente saqué lecciones para mi vida. No dependo del computador para gastar mi tiempo libre. Aprendí que puedo hacer muchas cosas que no necesariamente se hacen con un PC. Andar en bicicleta, por ejemplo, me relaja y me ayuda a olvidarme de mis preocupaciones. Ir a donde mis amigos me ayuda a poder estrechar mi relación con ellos y tener una amistad más duradera. Lamentablemente no puedo dejar completamente el computador, porque ya está muy arraigado en mí, pero intentaré en lo posible limitar su uso, lo que sin lugar a dudas será beneficioso, no solamente para mí, sino para cualquier persona que lo intente. Saludos y nos vemos en el siguiente artículo.