sábado, 6 de abril de 2013

190. De vuelta a la carga

Listo y dispuesto para comenzar a escribir de nuevo :)
¡Queridos amigos!
Después de más de dos meses cerrado, Donde Panchito vuelve a abrir sus puertas al público. Claro, sé que quizás piensen que yo había dicho que nunca más abriría este lugar y que Donde Panchito había muerto para siempre. Y sí, es verdad que dije eso, y cuando lo cerré el pasado 30 de enero, de verdad creía que podía llevar a cabo eso. Pero... ya ven... tengo poca fuerza de voluntad, y hoy volví a las andanzas.
Ya tuve mis dos meses de descanso

Te habrás fijado que el color de la plantilla de diseño ha cambiado totalmente de un color blanco a uno totalmente negro si no te has dado cuenta, ¡cuidado! puede ser un grave problema de daltonismo, te sugiero que vayas al médico. ¿Acaso soy de la onda gótica o algo por el estilo? En realidad no: la razón es muy sencilla, por cierto. Mis ojos me duelen mucho al ver colores claros (como el blanco). Con el color negro mi vista descansa más, por lo que no tengo problemas de irritación o cosas por el estilo. Seguramente haré cambios menores a la plantilla, pero esta será oficialmente la que mantendré durante este año 2013.

La anterior cabecera de mi blog
Durante estos meses he estado escribiendo artículos que están en versión beta y que prontamente publicaré aquí. Por lo que no dejes de visitarme de vez en cuando. ¡Ah! Si esta es tu primera visita, te invito cordialmente a que leas mi Mensaje de Bienvenida, donde podrás leer en extenso el por qué de mi regreso y las novedades de Donde Panchito para este año.

Espero que esta tercera vez que vuelvo sea ya la definitiva. Y también espero que los nuevos artículos que muy pronto podrás leer aquí te sean de tu agrado. ¡Ah! Los 221 artículos anteriores están disponibles para que los leas cuando quieras. Sólo debes buscarlos en el apartado "Archivador de Artículos" o en "Secciones de mi blog". ¡Muchas gracias por volver y espero que te quedes por un buen tiempo aquí, Donde Panchito!

miércoles, 30 de enero de 2013

189. Adiós Donde Panchito

Queridos amigos y lectores de mi querido blog Donde Panchito: Durante varias semanas he estado pensando seriamente sobre el futuro de mi blog. Los tiempos han cambiado. Ya no hay mucha gente interesada en leer mis artículos y tiempo casi no me queda para idear nuevos artículos. Aun recuerdo ese lunes 19 de noviembre de 2007, día en que inauguré Donde Panchito, como la continuación de mi sitio web Panchito On Line. Estaba muy alegre, y no lo niego: disfruté mucho escribiendo artículos y comparando puntos de vista con mis lectores asiduos.

Sin embargo, siento que Donde Panchito ya cumplió su ciclo. Mi meta de tener un rinconcito en internet lo cumplí. Me demoré 6 años en hacer ese sueño realidad. Y durante más de 6 años me entretuve mucho mantiendo tanto mi sitio web como mi blog. Y, después de pensarlo mucho y de ver todos los puntos de vista, he decidido dar un paso al costado: Donde Panchito cierra definitivamente sus puertas, y este es el último artículo que escribiré aquí en blogger.

Agradezco infinitamente a todos quienes se dieron el tiempo de visitar este lugar, así como sus comentarios y su apoyo. A mis ex-compañeros de la enseñanza media que aún leen este lugar, a mis compañeros de trabajo que se reían con mis experiencias como cajero. A mis amigos y familiares por apoyarme en este sencillo proyecto. La decisión está tomada, y aunque el año 2011 también lo cerré, esta vez será para siempre y no hay vuelta atrás.

De nuevo, muchas gracias por todo, y nos veremos algún día, quizás en otro lugar o no lo sé... Y, por sobre todo, le doy gracias a mi blog, por haberme hecho tan feliz durante todo este tiempo. ¡Gracias! ¡Y hasta siempre!
Cerrado para siempre

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jueves, 17 de enero de 2013

188. Operación Panchito, parte 2

Continuación de mi historia sobre la operación del quiste
Saludando en mi lecho de enfermedad :P

Hemos ya iniciado el año 2013. Nos hemos salvado del fin del mundo del que tanto hablaron el año pasado (¿aún no lees mi breve artículo referente a ese tema? Léelo haciendo clic en este enlace). Lo cierto es que ya estamos en el codiciado verano y los días han estado hermosos y agradables... bueno, ni tan agradables. Ha hecho mucho calor. Y peor para mí, ya que hoy, 17 de enero, aun estoy con licencia producto de mi operación, operación que me hicieron hace más de dos meses. ¿Recuerdan que ya les conté la primera parte tiempo atrás? Habíamos quedado en que había resultado todo bien y me extirparon el bendito quiste.

Luego de eso, me llevaron de vuelta a la habitación. Y ahí recién comencé a sufrir las consecuencias de la operación. El cirujano dejó la herida completamente abierta, es decir, el tajo de unos 8cm que me hizo y donde excavó hasta el fondo quedó abierto para que pudiera drenar todo lo que quedara en el interior. Así, se reduciría la posibilidad de que apareciera otro quiste en el futuro. Exámenes posteriores indicaron que fue extirpado absolutamente todo el quiste, y no quedó nada que pudiera formar otro. ¿Se imaginan tener esa herida abierta y doliendo todo el bendito día?

El lugar donde me operaron
Al despertar a la mañana siguiente, a eso de las 6 de la mañana, noté algo muy extraño. Estaba boca arriba en la cama. Eso me alarmó, puesto que como la herida estaba terminando mi espalda, estaba ejerciendo presión con todo mi cuerpo sobre ella. Me ladeé como pude y... ¡Horror! Las sábanas bañadas de sangre. "¡Oh no! ¡No puede ser! ¿Qué hago ahora?". Pulsé el timbre de la habitación y llegaron dos enfermeras. Limpiaron y cambiaron las sábanas. Me cambiaron los parches y me pusieron otro extremadamente gigante, tan gigante que parecía pañal de adulto. Mientras cambiaban las sábanas, casi me desmayo producto del hambre (no había comido nada desde el día anterior en la mañana) y por la pérdida de sangre. A las 7.30 llegó el desayuno, que en realidad no llenó mucho, pero agradecido estaba porque por fin llevé algo a la boca.

Durante el día varios familiares y amigos me llamaron por teléfono o me fueron a ver. Mi hermano Andrés me llevó su consola de videojuegos portátil Dingoo para poder jugar con ella. Después del episodio de la mañana, intentaba no moverme mucho. Debía estar de lado o de guata en la cama, o pararme a caminar un rato y mirar por la ventana. Al medio día, el paciente de la cama de al lado se fue, y nos despedimos amigablemente, aun cuando roncó toda la noche XD.

En la noche del miércoles al jueves tuve el mismo problema que la noche anterior, pero en menor escala. A las 3 de la mañana el doctor de turno me cambió el parche nuevamente por uno un poco más chico. Debo reconocer que durante mi estadía en la clínica las enfermeras y los médicos me trataron excelentemente bien, y la comida era exquisita. Al mediodía del jueves, el cirujano que me operó me dio el alta y, por fin, pude irme a casa.

Cuando estaba saliendo ya de la clínica. La silla de ruedas no pude usarla porque no podía sentarme. Y eso que la enfermera me insistía en hacerlo.

Con mi madre, saliendo de la clínica el jueves al mediodía (me operaron
un martes por la noche)

Pero apenas saliendo de la clínica comenzaron los problemas. Si no podía sentarme, ¿cómo viajaría en el auto? Viajé en la parte de atrás, arrodillado, mirando hacia atrás. Los choferes y peatones me miraban con extrañeza y curiosidad. Y es comprensible: "¿Qué andaba haciendo un jetón sentado (o arrodillado) de esa forma en ese auto? Debe estar loco", quizás pensaron algunos.

Llegamos a mi lugar de trabajo a dejar mi primera licencia médica y me vine a casa. Lo primero que hice fue acostarme, y así estuve durante 4 semanas, parándome para comer, ir al baño, estirar las piernas o cuando tenía que ir a curaciones. Ese era otro jaleo, puesto que como debía ir a Concepción para mis curaciones, debía viajar parado en la micro, aun cuando viniera vacía. Una vez más, la gente me miraba: "Bueno, y este chico, ¿por qué no se sienta?". Fue en uno de esos viajes cuando tuve el problema con el chofer de micro que me dijo que me despailara.

Debía usar ese soporte para poder comer, puesto que debía hacerlo de pie.

Han pasado ya más de dos meses. Aun sigo con licencia. No puedo estar mucho rato sentado: a la hora a lo sumo debo pararme y caminar. La herida aun está abierta, pero es un tajito superficial. Aun voy a curaciones dos veces por semana y, si todo va bien, a principios de febrero podré volver al trabajo y hacer mi vida normal. Agradezco a Dios que todo haya salido bien y que ya no me molestará nunca más este quiste. 

Así doy inicio al año 2013 en mi blog. Es la 8va temporada desde mi inauguración el 2006 y espero que sea igual de genial que la anterior. Gracias por leerme y nos veremos pronto aquí, donde Donde Panchito.

sábado, 22 de diciembre de 2012

187. El día después del fin del mundo

Y bueno... llegó el fin del mundo y no pasó absolutamente nada. Que meteoros, que zombies, que extraterrestres... puras invenciones del hombre para este 21 de diciembre de 2012. Lo cierto es que cualquier profecía que haga el hombre con respecto al fin del mundo hay que considerarlo de inmediato como una mentira. ¿Qué fue de mí durante este día y qué conclusiones saqué?
¿21 de diciembre fin del mundo? Permítame reírme: Jajajajajajajajajajaja
¡¡He sobrevivido al fin del mundo!! Ammm... ¿cómo? ¿Cuál fin del mundo? Ayer viernes 21 de diciembre de 2012 fue tan sólo un día más del calendario. Bueno, en realidad, no fue un día normal, puesto que mucha gente llegó a tenerle pánico a ese día, porque pensaban de verdad que el mundo se iba a acabar.

Un calendario Maya
Que los mayas, que los zombies, que los extraterrestres, que los meteoritos, que un terremoto gigante... ¡Cuántas cosas no se dijeron con respecto a cómo iba a ser la destrucción de este mundo! Y si bien es cierto, a medida que nos acercábamos a la fecha del fin, cambiaron la versión, diciendo que en realidad los mayas no pronosticaron el fin del mundo, sino el fin de una "era", lo cierto es que el pánico en algunos lugares se hizo notar. Como botón de muestra, la NASA informó que, en los días previos al 21 de diciembre, se registraron más de 300 llamadas diarias preguntando por el fin del mundo, cuando por lo general sólo reciben 90 llamadas al día en condiciones normales sobre otros asuntos.

A eso, debemos sumarle ciertos episodios que muchos consideraron raros, pero que son normales. Por ejemplo, que lloviera en diciembre, o que apareciera una aureola alrededor del sol. Todos estos datos aportaron su granito de arena a la psicosis colectiva (no todos, por supuesto), influenciado por programas ridículos y de una bajeza horrible, que hablaban estupideces con respecto al fin del mundo, metiendo más miedo a la gente que, ignorante, cree todo lo que sale de ese cuadrado llamado televisor.

Granizos caídos días atrás en Linares (véase nota aquí). No es anormal que llueva
o caiga granizo en estas fechas. ¿O no saben que en Concepción llueve hasta en enero?
Muchos atribuyeron esto a señales del cielo referentes a mensajes apocalípticos.
Pero en realidad eso es sólo un Halo (véase la nota acá; y definición de Halo acá)
Claro está, no todos creíamos en el fin del mundo... y en el fondo del corazón, pero muy en el fondo, todos sabíamos que ayer no iba a pasar nada fuera de lo normal. Aun así, los supermercados se llenaron de personas comprando (por lo menos donde vivo), especialmente harina para hacer pan, lo cual encuentro un tanto absurdo, puesto que si todos íbamos a morir en este "fin del mundo", ¿para qué iba a servir la harina? ¿Para que comieran los zombies?

Un día de oscuridad :P
Podría estar horas hablando de los argumentos ilógicos y sin sentido que dieron pie a la teoría del fin del mundo del 21 de diciembre (y eso que no he hablado de los 3 días de oscuridad, que aun no se dejan ver). Lo cierto es que, una ves más, los humanos se han equivocado en sus profecías banales y tontas. Y, con todo el respeto que se merece la gente, quienes creen esas cosas así sin más, se transforman en personas tontas que no investigan antes de creer algo.

¡Ah! Pero, ¡ojo! El hecho de que no haya ocurrido nada, no significa que estaremos viviendo en estas condiciones durante siglos y milenios. De que viene un fin de una "era", "mundo", "sistema de cosas", etc; viene. Pero no a la pinta de los humanos, sino según como lo estipule Dios, quien ha decretado un fin para este inicuo sistema (aunque la gente quiera creer en Dios o no, cosa de ellos; Dios existe, y punto).

La Biblia dice la Verdad
Resumidamente, la Biblia enseña que la tierra nunca será destruída (Salmo 104:5; Isaías 45:18), que en el día del fin van a haber sobrevivientes (1 Juan 2:17), que antes del fin iban a haber señales inequívocas que nos mostrarían que estaba a punto de acabarse este sistema, y que los sobrevivientes van a vivir bajo el arreglo del Reino de Dios (Daniel 2:44), un mundo donde todos nuestros problemas se habrán acabado (Salmo 37:10,11; Apocalipsis 21:3-5; Isaías 65:21-23). ¿Será tan así como Dios dice? Pues... digamos que si uno ha leído la Biblia se habrá dado cuenta de que todas las profecías que hay en ella se han cumplido a cabalidad (Isaías 55:11). ¿Podríamos dudar de las señales que da la Biblia y que se están viendo hoy, como guerras, hambres, enfermedades y maldad? (Mateo cap. 21; Lucas cap. 21) El hacernos ciegos frente a las pruebas no significa que no estén.

Es más, la Palabra de Dios argumenta que iban a haber personas que se burlarían de quienes creyeran en el pronto fin de este sistema a manos del Reino de Dios. Y eso está pasando: prueba contundente de que el fin está cerca, pero no a la manera de los hombres (2 Pedro 3:3, 4)

No tengamos miedo, entonces, del "fin del mundo" que Dios ha establecido. Es para mejor: sólo es cosa de hacer las cosas que él quiere, y dejar de una vez de creer en hombres que, influenciados por este mundo impío y mentiroso, intentan crear miedo en la gente para ganar unos puntos de sintonía en programas de televisión. Nos vemos pronto, aquí, Donde Panchito a menos que inventen otro fin del mundo XD


Y el 21 de diciembre... ya fue :P
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martes, 18 de diciembre de 2012

186. Despáilate poh Panchito

Los choferes (algunos) me tiene hastiado con sus malos tratos. Entérate qué me pasó hoy mientras iba a mis curaciones y en qué terminó la simpática historia.

Siéndoles sincero, tenía dos artículos listos para publicar en mi blog, a saber, la segunda parte de "Operación Panchito" y la segunda parte de "Recuerdos de mi Niñez". Sin embargo, justamente hoy en la mañana me sucedió una jocosa e interesante historia, que me hace pensar en la clase de locomoción colectiva que nos gastamos en este ciudad llamada Concepción. Sí. Creo que ya sabes de qué hablaré: nuevamente tocaré el tema de los choferes de micro.

Y es que debes saber que ya he tenido bastantes experiencias con sujetos que, al parecer, trabajan sólo por llevar plata a sus casas - cosa que es totalmente legítima - pero que, lamentablemente, no disfrutan mucho de su trabajo. Yo igual trabajo, pero intento en lo posible de que mi experiencia en el trabajo sea placentera y divertida. Y yo que pensaba que, terminando de ser estudiante, los problemas con los choferes se acabarían, pero veo que no fue asi. ¿Se acuerdan de estos casos que me han pasado?
  • 022. ¿Hasta cuándo, señores choferes? (11 de abril de 2008) Dos micros no se detienen en el paradero, debiendo caminar al siguiente. Al pagar pasaje escolar, el chofer me tira el vuelto y se hace el cucho con el boleto.
  • 127. Y nuevamente mis amigos los choferes (09 de noviembre de 2009) Casi me caigo de una micro, cuyo chofer iba apurado y me trató de desgraciado.
  • 177. Apretado como sardina (29 de septiembre de 2011) Treinta personas de pie, apretadas, intentando buscar aire fresco en una micro colapsada. La gente se molesta con el chofer y éste responde "amablemente".
  • 197. No te metas con Panchito (subtema: "Dele el boleto y déjelo pasar"; 27 de febrero de 2012) Un chofer me quiere cobrar de más y no me da el boleto. Un carabinero termina por arreglar la situación.
Pues, el caso es que hoy debí abordar una micro con destino a Concepción Centro, para hacerme un chequeo médico producto de mi operación.

Estaba en el paradero cuando, a lo lejos, diviso la micro que me servía: línea 42, Minibuses Hualpencillo, variante por Autopista (letra F). Extiendo la mano para hacerla parar pero, el chofer, a exceso de velocidad, pasa de largo. El chofer me miró cuando pasó por al lado mio, sin pensar en lo que iba a hacer yo. ¿Y qué hice? Ponerme a llorar como niño de 4 años Pues, caminar hacia el siguiente paradero, donde sí se detuvo porque había más gente.

Caminé los 100 metros que separan ambos paraderos y, al llegar, veo que la micro estaba detenida aun, esperando la luz verde del semáforo. Con mis 520 pesos en mano (para que me diera 100 de vuelto; el pasaje está a 420 pesos adulto) subí a la micro, que ya iba casi llena. Al ver al chofer, le pregunté: "¿Por qué no paró donde estaba yo?". Eso fue suficiente para que el caballero en cuestión explotara y se enojara conmigo. No recuerdo exactamente todas las palabras que me dijo, pero entre otras, mencionó que "iba atrasado". Luego añadió: "¿Viajai todos los días en esta micro? Entonces, si viajai todos los días despáilate poh, que voy atrasado y apurado y más encima te enojai y bla bla bla bla...".

Yo, aun con mis $520 en la mano, le decía, algo molesto: "Pero yo no tengo la culpa de que usted vaya atrasado. Yo debo llegar al centro y debió haberme parado, para eso pago pasaje". Increíblemente, el chofer no aceptó que pagara el pasaje. Seguía subiendo gente, y quería avanzar hacia atrás de la micro. "Insisto - le dije, aun con el brazo extendido -, acepte mi pasaje". Insistí 4 veces y no hubo caso. "Entonces, permiso, viajaré gratis ya que usted me lo permite. Y pondré un reclamo a la línea". El chofer me miró y respondió: "No me interesa lo que hagai poh", y siguió reclamando. Así, avancé hacia atrás de la micro e intenté disfrutar del viaje.

Tomé algunas fotos de la micro aludida:

La micro por dentro, es la número 024, según la "Información al pasajero" (la micro se vació en el Mall)

Micro 024, línea Mini Buses Hualpencillo, Placa Patente YU*1587

Cuando saqué esta foto de frente, el chofer me miraba con una cara...

A mí me da lata estas situaciones. No soy de esas personas que discuten por todo, pero encuentro que, si los choferes prestan un servicio, deberían darlo como corresponde. Mi caso no es aislado: ¿cuántas veces hemos oído de casos de choferes que insultan a los estudiantes, que viajan a exceso de velocidad, o que conducen con licencias falsas? Insisto: no son todos, de hecho, son los menos. Pero por la chita que te arruinan el día encontrarte con gente así.

En fin, hice mis trámites y me vine a casa. Espero que este pequeño artículo nos haga pensar en que, independiente del tipo de trabajo que tengamos, debemos intentar disfrutarlo y tratar bien a los demás, especialmente si damos un servicio como el de manejar una micro o, en mi caso, atender público en una caja. Nos vemos pronto, aquí, Donde Panchito.