<< Capítulo 3
Amanece sobre la ciudad de Atenas. Después de una álgida noche, donde hubo prácticamente de todo, es hora de que el emperador Alejandro se reúna nuevamente con sus asesores y principales, para coordinar los pasos a seguir luego del intento de asesinato de Constantine en contra del emperador.
- Señores - comenzó hablando Alejandro -. Lo sucedido anoche fue una locura. Una aberración que no debió suceder, pero que finalmente pasó. Aun no logro comprender cómo es posible que los dioses hayan aprobado el esperar a las olimpiadas para poder acabar con este muerto de hambre. ¡Intentó matarme anoche mientras amenazaba con matar a quien se le cruzase por su camino...
- Mi señor - respondió Vasilios -: entienda de una vez que la sabiduría infinita de los dioses es muy superior a la nuestra. No podemos cuestionar las decisiones que tomen referente a cualquier tema del que se les inquiera consejo. Si Zeus...
- ¡No tiene sentido! - interrumpe Alejandro - Mi esposa también habla con los dioses, y ellos le dijeron que no se venían tiempos mejores si manteníamos con vida a Constantine.
- Es verdad, pero también indicaron que la voluntad de ellos es que sea sacrificado en las Olimpiadas. Si no llevas a cabo su voluntad, ten por seguro que serás azotado por sus plagas.
- Eso también es cierto...
- A todo esto, emperador - indica Obelius -... ¿dónde esta ese infeliz ahora?
- Está de nuevo en su celda, totalmente encadenado y custodiado por treinta soldados reales. Espero que eso sea suficiente. Por ahora no he recibido informes de que haya intentado escapar.
- Eso es bueno... pero, ¿qué harás?
- Lo que los dioses han ordenado. Llevaremos a Olimpia a este fulano, y lo sacrificaremos a los dioses - se para de su asiento -. Ha llegado la hora de que sea ejecutado, y que yo, desde mi palco real allá en las olimpiadas, pueda disfrutar cada segundo con la agonía y muerte de Constantine. Ahora, si me permiten, cambiemos de tema y hablemos de cómo van los últimos preparativos de las olimpiadas.
Durante ese día, un centenar de soldados se encargan de que Constantine sea trasladado a Olimpia, para que sea muerto en batalla y sacrificado a los dioses. Ese mismo día, Alejandro y sus principales, así como muchas personas, emprenden el viaje a Olimpia, para disfrutar de más de 100 días de juegos y fiesta. Lo que nadie sabía, es que estas olimpiadas serían inolvidables... tanto para Alejandro como para quienes iban con él.
Nota: recuerda que esta obra, compuesta de varios capítulos, tiene licencia y no puede ser plagiada. Más información en el apartado Licencia y condiciones de uso.
Nota: la imagen al principio de este escrito está tomada Guía de Grecia.