Y así de rápido, queridos amigos, ha pasado este año 2022. Y, como ya es costumbre, les quiero presentar un resumen de lo vivido este año y, además, lo que se viene para la temporada 18 que inicia en marzo del otro año. Recuerden que en enero y febrero me tomo un receso (perdón, nos tomamos un receso).
sábado, 31 de diciembre de 2022
421. Fin de la temporada 2022 de "Donde Panchito"
¿De qué hablo?
Novedades
viernes, 23 de diciembre de 2022
420. Las ventajas de no celebrar Navidad (actualización)
En octubre expliqué por qué no celebro Halloween. Ahora quiero explicarles por qué tampoco celebro Navidad. Puede que se lleven una sorpresa
Escucha este artículo (10:33 min)
Nota 1: Este artículo es una actualización del artículo que publiqué en el año 2011, y que puedes leer aquí.
Nota 2: Como siempre lo he dicho, respeto profundamente a quienes deciden celebrar esta festividad con sus familias y amigos. Pero, así como yo respeto esa decisión, espero lo mismo de quienes deciden leer este artículo: que respeten mi decisión de no celebrarlo, por las razones que expondré a continuación.
Estamos llegando al final de la temporada 17 de mi ya larguísimo blog: Donde Panchito. Y estoy contento con lo logrado en este año. En el último artículo de la temporada les comentaré algunos hitos importantes que mi blog ha alcanzado. Pero, no podía terminar este año sin escribirles una actualización de un artículo que escribí hace ya 11 años, por estas mismas fechas: el artículo 158, titulado igual que este que estás leyendo ahora: "Las ventajas de no celebrar Navidad". Creí necesario hacer uno nuevo ya que, aunque usaré los mismos argumentos de peso de antaño para explicarles el por qué no participo de esta festividad, en 11 años mis circunstancias (y las del mundo) han cambiado enormemente.
Además, en algún tiempo más (quizá para diciembre del año entrante), republicaré una serie de artículos con datos interesantes sobre la Navidad, y que expuse el 2008, en los inicios de Donde Panchito, y que tuve que borrar porque, lamentablemente, recibí muchos comentarios irrespetuosos de gente que no es capaz de aceptar a otros que piensan distinto. Confío en que, en esta ocasión, quienes me lean, puedan hacerlo con altura de miras.
Pues bien, ¿por qué he decidido no celebrar Navidad? Pues, a continuación, estimado lector, te explico (e intentaré ser sencillo y breve) por qué no celebro nada el 25 de diciembre.
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1. El ajetreo de fin de año y la presión de celebrar Navidad
No es necesario mirar muy lejos para darse cuenta de que, después del día 15, todos andan desesperados comprando los regalos navideños... y ojalá a todos, para que ningún amigo o familiar se nos sienta. La presión de comprar, especialmente quienes lo hacen a última hora, termina por afectar la salud de las personas, quienes andan más estresadas que de costumbre, y en algunas ocasiones, estas fiestas que deberían ser de paz y recogimiento, se transforman en conductores manejando irresponsablemente, peleas en la calle, poca tolerancia a los demás, y un largo etcétera. Muchos también ceden a la presión de la envidia. Es decir, que quieren hacer regalos y presumir de ello en las redes sociales, incluso haciendo competencia con familiares y vecinos para ver quién hace los mejores regalos. Y eso, a la larga, cansa, y mucho.
Muchos "Papá Noel" comprando regalos para Navidad... |
¿Qué ventajas puede tener no celebrar Navidad en este punto? Pues, varias. Nadie me presiona para andar como loco días antes del 25 comprando y comprando cosas. Tampoco tengo la presión de estar regalando cosas a los demás sólo por una fecha determinada. Para mí, siempre será mejor hacer un regalo porque me nace hacerlo del corazón. Creo que así es una forma genuina de demostrarle amor a quienes tú quieres. Y puedo andar en paz, sin el ajetreo propio de estas festividades.
2. Los gastos para celebrar Navidad
Nadie puede negar que se gasta harto para estas fechas. Y con esto de la inflación, los gastos aumentan mucho más. En el artículo que escribí hace años, hablaba de personas que llenaban carros con mercadería, superando los $200.000. Ese valor, ajustado a la inflación de los últimos 11 años, da como resultado que, ahora, serían $314.000 de gastos en comestibles. Es más de un 50% de aumento. Y muchas, muchísimas personas, usan tarjetas de crédito para endeudarse hasta por 1 año. No terminan de pagar la Navidad pasada y ya tienen que endeudarse de nuevo para la siguiente Navidad que ya se les vino encima.
Muchos gastan exorbitantes sumas de dinero, o se endeudan y cargan con esa mochila todo el año |
Si bien es cierto no todo el mundo gasta esa cantidad de dinero, muchas familias sí incrementan sus gastos en estas fiestas. En una época donde muchos alegan que no hay dinero suficiente para subsistir cada mes, es curioso ver que varios de aquellos alegones sí tienen recursos para celebrar a destajo, pero el resto del año viven sólo pagando deudas, para luego endeudarse de nuevo, sin poder cerrar ese ciclo. Pero, miren, pongamos un ejemplo práctico.
Imagina que ya estoy casado con mi novia Evelyn y, junto con nuestra hija (mi futura hijastra) decidimos celebrar Navidad con algunos amigos. Calculemos los gastos y veamos:
- Árbol de Navidad decente y adornos para el árbol: $70.000
- Comida para la cena con todos los amigos: $100.000
- Regalos de Navidad (promedio): $70.000
- Luces para adornar la casa: $10.000
- Cuenta de la electricidad de ese mes: $50.000
Quizá el total de $300.000 no parece mucho, pero es sólo para UNA festividad. Es el 75% de un sueldo mínimo en Chile (a diciembre de 2022). Está claro que muchos tienen los recursos para gastar eso en un día, pero yo no.
Adornar el exterior de las casas con luces eleva la cuenta de la electricidad |
¿Qué ventajas tiene no celebrar Navidad? No hago gastos que se salgan de mi presupuesto, y no tengo que andar endeudándome, por lo que no tengo la presión de estar todos los meses pagando, preocupado por si no puedo pagar la deuda por abecé motivos. Ese dinero que no gasto lo podría usar perfectamente para ahorrar, comprar el pedido del mes completo (y no un sólo día), o hacer arreglos en la casa. No necesito una fecha específica para juntarme con amigos y familia para comer y hacernos regalos. Puede ser en cualquier fecha del año y, te aseguro, no saldrá esa cantidad de dinero como gasto.
Pues, las dos razones aquí expuestas no tienen que ver exclusivamente con Navidad. Eso está claro. Siempre hay gente acelerada y estresada, malos conductores y muchos que se endeudan todo el año por cualquier cosa, gastando mucho más de lo que tienen. Pero la tercera razón sólo se puede aplicar a esta festividad, y es que, hablando sinceramente, la Navidad es una mentira. ¿Cómo así?
3. Jesús no nació un 25 de diciembre
Y este punto es, quizás, el más raro. ¿Por qué? Porque muchísima gente sabe que Jesús no nació el 25 de diciembre y, sin embargo, celebra Navidad. Muchos ni siquiera son cristianos, y también la celebran. Pero, si el caso es que tú no sabías que Jesús no nació el 25 de diciembre, te aportaré algunos antecedentes para que veas que es imposible que Jesús haya nacido en esta fecha.
Cuando Jesús nació, habían pastores a las afueras en Belén, cuidando sus ovejitas. A estos pastores los ángeles les dieron la buena noticia del nacimiento del hijo de Dios (Lucas 2:8-11). Lo interesante de este punto es que Belén está en el hemisferio norte, y para el 25 de diciembre los pastores tienen a sus ovejas guardadas debido a las nevazones. Claro, porque allá es invierno, mientras que en Chile es verano. Si fueras pastor, ¿tendrías a tus ovejas a la intemperie en una fría y nevada noche de invierno? No tiene sentido.
Bajo las condiciones climáticas de esta foto sería insensato (y hasta cruel) tener pastando ovejas a la intemperie. |
El mismo relato de Lucas que acabo de citar nos indica que, para el nacimiento de Jesús, Augusto César, emperador del Imperio Romano, había decretado un censo en sus fronteras (Lucas 2:1-4) No sería lógico pensar que Augusto haya hecho este censo en el invierno, conociendo a los judíos, que no apoyaban gustosamente al gobierno Romano. Podría haber sido motivo para una rebelión.
Entonces, ¿de dónde salió esta celebración? Interesante pregunta, puesto que, como indica la Cyclopedia of Biblical, Theological, and Ecclesiastical Literature, de John McClintock y James Strong: "La celebración de la Navidad no es un mandato divino, ni tiene su origen en el Nuevo Testamento”. La verdad es que tiene tintes paganos. The Encyclopedia Americana explica: "La razón para establecer el 25 de diciembre como la Navidad no está muy clara, pero por lo general se sostiene que se escogió el día porque correspondía con las fiestas paganas que se celebraban alrededor del tiempo del solsticio de invierno, cuando los días empiezan a alargarse, para celebrar el 'renacimiento del Sol'. [...] Las saturnales romanas (una fiesta dedicada a Saturno, el dios de la agricultura, y al poder renovado del Sol), también tenían lugar en este tiempo, y se cree que algunas costumbres navideñas tengan sus raíces en esta antigua celebración pagana". Puedes leer más sobre esto en un artículo de la BBC titulado "Qué eran las saturnales, el rito pagano romano al que se atribuye el verdadero origen de la celebración de la Navidad".
Las Saturnales |
La Navidad es una mentira. Jesús jamás nació en esa fecha. La Biblia no menciona el día de su nacimiento ni tampoco nos insta a celebrarlo. La Navidad nació del paganismo. Y a Dios no le gusta cuando mezclamos celebraciones paganas para acercarnos a él (compara con Éxodo 32:4-10). El propio Jesús dijo en una ocasión que su Padre busca a quienes lo adoren con verdad (Juan 4:23, 24). Y como la Navidad se basa en una mentira, entonces no la celebro.
¿Ventajas de no celebrar la Navidad? Tengo la conciencia tranquila de no celebrar algo que es mentira y que está manchado con el paganismo. Dios detesta a los mentirosos (Éxodo 20:16; Apocalipsis 21:8). Yo deseo adorar a Dios con verdad, y si celebrara Navidad me estaría contradiciendo. Esa es la mayor razón por la que no celebro nada el 25 de diciembre.
Tal como escribí cuando hablé de Halloween, puede que alguien piense que soy un amargado porque no paso las fiestas en felicidad con mis amigos y familia. Pero mucho depende de lo que haga el resto del año. Frecuentemente paso momentos de esparcimiento y entretenimiento con mi familia y mis amigos. Con mi novia y su hija también lo pasamos super bien y muy a menudo. No extraño celebrar Navidad porque no necesito una festividad para pasarlo bien, ni debo hacerlo por obligación. Lo hago cuando me nace, y así lo disfruto más.
La Biblia insta a adorar a Dios con verdad. Y si celebro Navidad, iría en contra de lo que Dios pide |
La próxima semana se acaba el año y, también, la temporada 2022 de mi blog. Quedan un par de artículos aun. De hecho, uno de ellos es algo que he querido hacer por años y, por fin, pude realizarlo. ¿De qué hablo? No se pierdan el siguiente artículo.
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Procedencia de las imágenes:
¿De qué hablo?
Espiritualidad,
Reflexiones
martes, 6 de diciembre de 2022
419. Las papas fritas del Doggis
Tengan cuidado si deciden agrandar sus porciones de papas fritas. Una curiosa experiencia comprando con mi novia
Escucha este artículo (4:08 min)
Imagen referencial de un local Doggis |
Hace unos días, luego de un día agotador de trabajo, llamé a mi novia Eve para juntarnos a comer algo rico y charlar sobre nuestro día. Ella también estaba saliendo de su trabajo así que decidimos juntarnos a las 5:30pm en el supermercado Líder de Hualpén, el que está en la autopista Concepción - Talcahuano.
Al juntarnos (donde me convencí una vez más de lo hermosa que es mi Eve), fuimos al local de comida rápida Doggis para comprar unas promociones de completos con papas fritas. Cuando hacíamos el pedido, la cajera nos preguntó si queríamos agrandar la porción de papas fritas por $290. Mi novia no quiso, pero yo sí, así que me cobraron los $290 y, luego de terminar el pedido, pagué y esperamos pacientemente que nos entregaran nuestra comida. Al fin y al cabo, andaba mucha gente, así que había que armarse de paciencia.
Luego de unos 15 o 20 minutos de espera, me llaman para recibir el pedido. Sin embargo, al recibirlo me percaté de que ambas porciones de papas fritas eran exactamente iguales, es decir, mi porción no fue agrandada. Pensando en que había un error, le dije a la chica: "Disculpa, ¿me puedes decir cuál es la porción agrandada de papas fritas que compré?". Me miró y me respondió, indicando una de las porciones: "Es ésta. Se nota que es más grande que la otra". Yo, no muy convencido porque, para mí, eran iguales las dos, le indiqué que le faltaba un completo a mi pedido, a lo cual me lo entregó y, luego de agradecerle su atención, me fui a sentar.
Mi novia, muy perspicaz, lo primero que me dice al ver la bandeja de comida es: "Pero amor, ¿no que usted agrandó las papas?". Al decirle que sí, e indicarle cuál era la porción grande, me dice: "Guagua, esa porción es igual a la mía". Entonces, el problema no era yo que estaba viendo mal, sino de la chica, que me estaba vendiendo una porción no agrandada de papas fritas por el precio de una papas fritas agrandadas. Así que, tomando mi pedido, fui nuevamente al mostrador.
La boleta donde se ve 1: el completo de $990 que no me estaban agregando, y 2: mi Big Box Suprema donde está sumado los $290 de las papas agrandadas |
"Disculpa que te insista, pero estas dos porciones son iguales. No me agrandaron mis papas", le dije a la chica. Se da media vuelta (porque estaba haciendo otro pedido) y me dice: "Pero si le dije que esta es la porción grande". Al ver que no entendía (o no quería entender), se me ocurrió una idea al instante. Claro, porque cuando estaba en la fila para comprar, vi que ella, al armar las porciones de papas fritas, las pesaba. Así que le dije: "Entonces pésame ambas porciones, y así saldremos de la duda". Su cara de desconcertada lo decía todo. Sentía que sabía que estaba equivocada. Me dice: "¿Quiere que las pese?". Va por la pesa y la pone frente a mí.
Primero pesamos la porción de mi novia y dio un total de 80 gramos. "Ahora pesemos el mío y veamos si están agrandadas". Puse mi porción y, efectivamente, era más grande... por 3 gramos.
Mi super mega hiper porción agrandada de papas fritas pesaba 83 gramos, 3 miserables gramos más que la porción normal. "¿Me estás leseando? - le dije -. ¿Voy a pagar $290 por una miserable papa frita más en mi porción?". La chica, sin decir nada, toma mi porción y la llena de papas fritas, y me la devuelve. Intentó sacar la pesa, pero antes me adelanté y puse mi nueva porción de papas fritas: 135 gramos. "Ahí vale la pena pagar un poco más, ¿no? Muchas gracias". Dicho eso, me devolví a la mesa donde estaba mi novia y comimos felices de la vida, disfrutando de estar juntos.
Con mi amor en el famoso Doggis, en otra ocasión |
Mi ánimo no es funar al Doggis, ni mucho menos. Sólo quiero contarles lo que nos pasó para que tengan cuidado cuando agrandan sus porciones, ya sea de papas fritas, bebidas o lo que sea. Asegúrense de que, efectivamente se los agranden. Quizá este fue un caso puntual donde la chica se equivocó, y puede suceder. Pero, ¿no darse cuenta de que las dos porciones eran iguales? No quiero pensar que sea una costumbre...
¿Y a ustedes? ¿Les ha pasado algo similar al comprar comida rápida? Conversemos en los comentarios. ¡Hasta un siguiente artículo!
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Procedencia de la primera imagen:
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Historias de Panchito
viernes, 2 de diciembre de 2022
418. Una segunda oportunidad
Se puede volver a creer en el amor después de un fracaso. Y yo puedo dar fe de eso
Escucha este artículo (4:00 min)
El 7 de junio de 2022 escribí un artículo bien sentido. ¿Lo pudieron leer? Es el 404, cuyo título es "Duele", y básicamente trataba el dolor que se puede sentir cuando, aun dando todo, no lo valoran. Creo que todos hemos pasado por una situación así, pero lo cierto es que, en ese artículo en particular, estaba hablando... de mí.
Sí: de mí. Y, aunque acostumbro a escribir cosas que suceden en mi vida en este blog, lo cierto es que no profundizaré mucho en ese dolor que sentía. Pero, para que puedan entenderme, debo contarles algo que hice hace mucho tiempo.
Quienes me leen de hace años sabrán que, en el año 2016, me casé. Sí: Panchito se casó con una chica que consideraba que era la indicada para su vida. Lamentablemente, las cosas no resultaron como queríamos y, hace 1 año, nos divorciamos. Por respeto a ambos, no ahondaré en los motivos por los cuales decidimos separarnos y que cada uno siguiera con su vida, pero lo cierto es que el dolor fue profundo. Durante muchos meses pensé que no merecía estar con alguien hasta que... bueno, las cosas fueron dándose hasta hoy, en donde puedo decir de que, efectivamente, todos merecemos una segunda oportunidad.
Verán: cuando volví a estar solo, decidí volver a donde viven mis padres, dejando atrás el lugar donde me había establecido luego de casarme. Comencé de cero, apoyándome en mi familia, mis amigos y, por supuesto, Dios. Sin embargo, como les comenté más arriba, sentía que no merecía estar con alguien. O, si lo merecía, nadie querría estar con alguien que ya estuvo casado. Creo que son sentimientos clásicos de alguien con una autoestima baja. En fin, la cosa es que así estuve por harto tiempo.
Me preguntaba si podría hallar el amor nuevamente o me quedaría solo para siempre |
Pero, un día (un muy buen día) de agosto de 2021, conocí una chica que me agradó mucho. Claro, para ese entonces aún estaba casado, en trámites de divorcio, así que nos hicimos buenos amigos. Y, obviamente, al estar casado, ni se me ocurrió mirarla con otros ojos. Me divorcié y, luego de algunos meses, comencé a compartir más con ella. Su nombre: Evelyn.
Conforme fue pasando el tiempo, y al ir conociéndola, comencé a sentirme muy bien estando con ella. Nuestra amistad fue creciendo. Notaba que teníamos muchas cosas en común. Aparte, pasó por lo mismo que yo algunos años atrás, por lo que nos entendíamos. Y, cuando nos bajaba la nostalgia, nos apoyábamos mutuamente para darnos ánimo y no desfallecer. Evelyn tiene una linda hija, por nombre Antonella, y ambos nos afiatamos super bien.
Finalmente, en julio de este año, Evelyn y yo nos confesamos nuestros sentimientos e iniciamos una relación. Yo, que pensaba que nunca jamás de los jamases volvería a estar con alguien, ahora estoy con una linda novia que me ama, me apoya, me entiende y me aguanta. Los tres hemos formado un vínculo super fuerte, y nos ha ido bien. Nos queremos mucho y le estamos poniendo empeño para que todo llegue a buen puerto: a un lindo matrimonio. Porque sí: a pesar de mi fracaso matrimonial, aún creo en el matrimonio como una institución divina donde es el mejor lugar para crear una familia. Y Evelyn me ha enseñado que puedo comenzar de nuevo. Y he aprendido a volver a amar. Porque amo mucho a mi novia, y esta chica me ha hecho volver a creer en el amor verdadero.
Posando en una plaza mientras andábamos en bicicleta |
Las cosas algunas veces no salen como uno quiere. Pero de las malas experiencias o vivencias uno puede rescatar lecciones y aprendizajes para continuar con la vida. Ahora que Dios me ha puesto en el camino una nueva oportunidad para ser feliz con Evelyn y su hijita, estoy poniéndole todo el empeño posible para que todo salga bien y, de una vez por todas, poder tener una vida feliz, los tres, Anto, Eve y yo (y Dios, claro está), formando como les dije a ambas alguna vez, "la familia más bakán y feliz del universo".
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Historias de Panchito
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