martes, 27 de diciembre de 2011

159. ¿Qué son 10 pesos?

Experiencias con choferes tengo muchas. He aquí otra más, pero mientras escribía pensaba que este blog es muy negativo; escribo puros sucesos malos que me pasan, así que ahora escribiré cosas más positivas :D
Diez pesos

Hace mucho tiempo atrás, serán más de 4 años, utilizaba la tarjeta nacional del estudiante, pase para transportarme en micro por la ciudad y pagando solamente la tercera parte de la tarifa adulta. Obviamente, en ese entonces estudiaba en la universidad y por ello tenía pleno derecho a usarlo. Un día fui a clases y, de vuelta, pasé al Mall a hacer algunas compras. Estaba esperando una micro de vuelta a casa cuando, de pronto, aparece al fondo de la autopista una micro de la línea 42, Minibuses Hualpencillo. "Esta me sirve, espero que no venga tan llena", pensé.

jueves, 15 de diciembre de 2011

158. Las ventajas de no celebrar Navidad

Escucha este artículo (8:45 min)
Navidad, Navidad... todos la celebran... todos la "disfrutan"... ¿Todos? No, todos no. Yo no la celebro. ¿Quieres saber por qué? Pues aquí lo sabrás


Navidad, Navidad, ajetreada Navidad...

Antes de comenzar: respeto a todas las personas que por diferentes circunstancias desean celebrar esta festividad el próximo 25 de diciembre. Pero, así como yo respeto a quienes la celebran, también pido que respeten mi posición de no celebrarla, por las razones que expondré en este artículo. Ahora comienza mi artículo.

Diciembre... se acaba el año. ¡Cómo pasa el tiempo! Siento que este año se ha pasado volando. Y así como el 2011 se fue volando, mucha gente este mes anda, literalmente, volando contra el tiempo, porque se les viene una fecha muy importante. ¿Cuál? La Navidad. El 25 de diciembre se celebra en todo el mundo el nacimiento de Jesús, quien dio su vida por todos nosotros. Pero, si tú eres una de esas personas que vienes leyendo mi blog de hace tiempo, sabrás que por allá por el año 2009 escribí un artículo indicando que no celebraba la Navidad.

sábado, 3 de diciembre de 2011

157. Experiencias de un simple cajero 2

Mientras siga trabajando como cajero en un supermercado las experiencias nunca faltarán. Entra en este artículo y verás que ser cajero es para pasarlo... ¿bien? :P
Aquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.

Ya les había comentado que ser un cajero no es tarea fácil. Debemos recordar que ser cajero no solamente implica manejar una caja, pasar productos y dar vuelto. También involucra la atención al cliente y tener mucha, pero mucha paciencia porque, aunque uno quiera tratar bien a los clientes, hay algunos que de verdad sacan de quicio. Pero ¿saben? Aun así, me encanta mi trabajo. Y a pesar de que pareciera ser que me quejo de lo que me pasa en la pega, no es así. Sólo cuento lo que me sucede, que son cosas curiosas y chistosas que de vez en cuando pasan en la caja. ¿Veamos otras experiencias que me han pasado en mi trabajo?

"¿Acaso estái sordo?"


Quizás para ustedes el día 28 de julio de 2010 no signifique mucho. Debió de haber sido un día más de actividades normales... o quizás no. Podría caber la mínima posibilidad de que justo ese día te casaste, o te fuiste de vacaciones, o te pidieron pololeo, o te sacaste un siete en la asignatura más complicada, ¿qué se yo? Lo cierto es que, para mí, ese día fue mi primer día de trabajo como cajero. Estaba muy nervioso y temía que lo hiciera mal.

Llevaba una hora atendiendo en la caja número 13 cuando pasa una tipa (sí, una tipa, no tiene otra calificación) y yo le digo: "Buenos días, ¿boleta o factura?". Y ella me responde balbuseando: "asdjhbd". sí hombre, no leíste mal ni me equivoqué al escribirlo, así respondió ella Yo quedé ¡plop! unos segundos y le pregunté: "¿Cómo?". Y ella, alterada, me responde: "¡¡Boleta, ¿qué acaso estái sordo?!!". Me puse rojo y la cajera que me enseñaba sólo atinó a decirme que pasara los productos no más. Esa fue la bienvenida que me dieron los clientes a mi nuevo trabajo. Genial. ¿no? ¬.¬

"Pase por aquí señora"


En uno de esos días en que me dejaron en la linda caja rápida, habían filas interminables. Yo feliz, porque hasta el momento todos habían respetado el máximo de 10 unidades que permite esa caja. Además, si veía un carro en la fila, le avisaba que era caja rápida y, comprendiendo lo que les decía, se cambiaban de caja.

Sin embargo, no falta el cliente choro que cree que porque compra allí tiene el derecho de hacer lo que se le place en el supermercado. Instaló su carro repleto de productos en la fila de mi caja rápida. Le indiqué que debía cambiarse de fila, a lo cual me respondió muy amablemente: "Voh hu... dedícate a tu pega no más". Lamentablemente, lo que no sabía este individuo es que, si él se creía choro, yo lo soy más :P

Al ver que no se quitaba de la fila, le repetí que se cambiara a otra caja, de lo contrario no lo atendería. Este señor, a punta de groserías, me dijo que no lo haría porque estaba comprando en el supermercado (media novedad, como si no supiera que andaba comprando pos... de veras que uno va al súper a lavar ropa... ufff!!!). Finalmente, llegó con su carro a la caja y comenzó a poner las cosas en la huincha transportadora.

Terminé de atender a la señora que venía inmediatamente antes de él y, luego de darle su vuelto, apoyé mis codos en mi gaveta y lo miré durante algunos segundos. El señor se dio cuenta que lo miraba y me dijo: "¿Qué mirái? Pasa las cosas mejor". "Caballero, buenas tardes - le respondí -. Yo le dije que no lo iba a atender, porque es caja rápida". Él siguió poniendo sus productos como si nada. Entonces se me ocurrió una genial idea. Pensé: "En esta caja el que manda es el cajero, por lo que, si no me hace caso, no lo atiendo. Mejor continúo con la fila y hago como si él no existiera". Le dije a la señora que venía después del caballero que rodeara el carro y pasara su kilito de pan para que lo pagara. "Pase por aquí señora", fue como se lo dije. También le indiqué al resto de la fila, que SÍ respetaba la caja rápida, que rodearan al caballero con su carro por el borde, y los atendería.

Todo iba muy bien. De pronto el caballero se dio cuenta que estaba haciendo el soberano ridículo. Se despailó y, por fin, razonó que estaba equivocado. Así que, de mala gana, agarró sus productos y se cambió de fila. Pero esto no termina aquí.

Al llegar a la caja de al lado, comenzó a hablar pestes de mí, porque según él, lo discriminé. Intentó subirme y bajarme con palabrotas, pero justo estaba una supervisora que era más chora que él y, luego de decirle unas cuantas cosas, con respeto, el caballero calladito compró y se fue.

Ahhhhh... ¡¡Me encanta la caja rápida!! Soy el dueño absoluto de la caja... :D

"Deberían capacitar a las empaques"


Un problema que siempre ocurre donde trabajo, aparte de la falta de sencillo, es la falta de bolsas. Cuando la gente compra, por lo general piden bolsas dobles porque argumentan que necesitan las bolsas para el basurero del baño viajan mucho en micro y se pueden romper en el camino. Entonces, las bolsas duran menos que estornudo de gato... aunque recuerdo que una vez un joven le puso bolsas dobles a un sobrecito de queso rallado... ¡Cuek!

Pues ese día las bolsas escaseaban, y mi empaque estaba haciendo malabares para poder empacar las cosas de los clientes. En eso, una señora que pasaba por la caja del lado le roba unas bolsas a mi empaque. Ella le indica que las bolsas son para su caja, que si quiere bolsas le pida al empaque de su caja. La cosa comenzó a subir de tono cuando el esposo de la señora se metió en el tete. Cuando ya veía que los gritos aumentaban, me di vuelta y le dije a mi empaque: "Pero mujer, ya le explicaste a la señora que no puede sacarte tus bolsas porque las controlan en el supermercado. Si ella no quiere entender, no gastes saliva. Ya se lo dijiste y punto". Mi empaque respondió: "Pero es que igual da rabia pos". "Pero ya pasó, si ya le dijiste y punto", le respondí.

La señora dejó un reclamo en Servicio al Cliente indicando que deberían capacitar a los empaques para poder envolver los productos. En fin, la gente alega por todo, y no son comprensibles con los empaques que se sacan la mugre todo el día para ganarse unos pesitos.

Experiencias en el supermercado sobran, y otras más les contaré más adelante. Lo cierto es que, ya que mencioné el reclamo de la señora referente a capacitar empaques, lo que haré en un futuro cercano es fundar mi propia empresa. Una empresa que se dedique a la capacitación, pero no de empaques. Yo voy a capacitar a los clientes insoportables, para que dejen de ser insolentes con los cajeros y los empaques, para que entiendan que nosotros somos mandados por nuestros jefes y que ellos, aunque compren en mi supermercado, no tienen derecho a pasarnos a llevar. Apuesto a que podría reclutar a una buena cantidad de gente para capacitarla, ¿no lo creen ustedes? :D

¿Aun no has leído la primera parte de las experiencias? Haz clic aquí y léelas. La tercera parte tendrá buenas experiencias también. :)

lunes, 28 de noviembre de 2011

156. ¿Cómo obtuve mi licencia de conducir?

No sé ustedes, pero yo desde pequeño siempre quise aprender a conducir un vehículo. Y este año se me abrieron las puertas. Averigua cómo llegué a tener la licencia de conducir clase B
Autos de una escuela de conducción

Desde que soy un niño que he tenido esa extraña fascinación por manejar automóviles. Mientras muchos otros pequeños soñaban con ser bomberos, carabineros o médicos, yo alucinaba con llegar a ser un buen chofer de micro. Recuerdo perfectamente cuando íbamos al supermercado. ¿Quién manejaba el carrito para comprar? Obviamente: yo. Y no dejaba que mis padres siquiera se apoyaran en él, porque el carro era mío, y yo lo manejaba y nadie más. Incluso, al llegar a casa con las cajas de cartón donde metían los productos comprados, yo las utilizaba como autos y jugaba deslizándome por las piezas de la casa. ¡Qué tiempos aquellos!

Conforme fui creciendo, ya no jugaba con cajas de cartón aparte que ya no cabía dentro de ellas. Pero el gusto por los automóviles y, en general, por cualquier vehículo, aun estaba. Comenzó a rondar por mi mente la idea de obtener una licencia de conducir para cumplir mi sueño y manejar un auto. Y como en ese entonces no trabajaba, sino que estudiaba en  la universidad, mi padre se ofreció voluntariamente a enseñarme.

Al principio todo estaba muy bien. Fuimos a una de las cuatro canchas y nos pusimos a manejar. De a poco le agarraba el ritmo al auto. Mi sueño estaba comenzándose a cumplir. Me sentía muy feliz. Luego de estar una mísera media hora, mi padre decide mandarme a una carretera a aprender a manejar con tránsito. Fuimos camino a la desembocadura del río Biobío, y allí llegué a la exorbitante velocidad de 50 km/h.






Aquí ustedes deben decir: "¡¡¡Ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!", sorprendidos por la velocidad.





De a poco fui acostumbrándome al auto. Varios viajes a Lenga y a Los Lobos me hicieron ser un mini experto al volante. Sin embargo, me habían dicho que es algo complicado aprender a conducir cuando te enseña a manejar un familiar. Y eso es cierto: mi padre me retaba por cada minúsculo error que cometía. Hasta que, en una ocasión, estaba conduciendo en la carretera a Lenga, donde la velocidad máxima es de 60 km/h. Me decía que avanzara más rápido, y yo le decía que no podía exceder la velocidad permitida. Comenzó a alegar hasta que me aburrí, di media vuelta, y entré el auto en la casa.

Nunca más practiqué con él.

Las 4 canchas, donde aprendí a manejar

Pasó el tiempo y dejé de practicar manejo. Le pedía a mi tía, pero nunca se concretó algo. La licencia la necesitaba, especialmente porque después del casamiento de mi hermano, quien sí tenía licencia, el único que podía manejar el auto era mi papá, y si él en caso de algún imprevisto no estaba, ¿Quién iba a manejar?

Pero como nadie quería hacerse el tiempo para andar conmigo y así practicar, decidí meterme a un curso de conducción en una de esas escuelas de conductores. Aquí comienza lo bueno de mi historia.

Tomando un genial curso de conducción

Corría el mes de mayo de 2011. Junto con un amigo del barrio nos inscribimos en una espectacular escuela de conductores, donde en dos meses te dejaban tikitaca para poder manejar. Así, al alistarnos en la escuela, nos indicaron que debíamos asistir a unas clases teóricas antes de subirnos a un auto, cosa que encontramos totalmente lógico. De hecho, de mecánica no tenía ni idea. Recordemos que en la enseñanza media tenía un profesor de física que sólo se dedicaba a decir frases de oro ("Un cabro chico molesta porque es molestoso"). Así, iniciamos el largo recorrido hacia la ansiada licencia.

Señales del tránsito

El primer día de clases, sábado en la mañana, fue entretenido. Aprendimos, entre otras cosas, a cómo estacionarnos y reparar el auto como, por ejemplo, reemplazar una rueda. Todo muy bien... salvo que... el instructor... un mujeriego al por mayor. Según él, tenía polola, pero estaba buscando otra cosa. De hecho, el martes, en la clase de Legislación, instó a las chicas del curso: "Si alguien quiere aprender a andar en moto, quédese conmigo al término de la clase y a solas yo le enseño". Jetón. Con esos instructores...

Luego de las clases teóricas, venían las prácticas. Y la cosa se puso muy buena. En mi primera clase, nos fuimos a la misma cancha donde, años antes, mi padre me había enseñando a conducir. Luego de unas vueltas en la cancha, el instructor me dice: "Tú ya sabes manejar, así que en la próxima clase saldremos a la calle". Así que entusiasmado, salimos a las calles.

Sin embargo, mi preparatoria no estuvo exento de problemas. Y no necesariamente por conducir. Resulta que un día me tocó con otro instructor tan mujeriego como el mencionado anteriormente. Manejaba tranquilamente mientras él me comentaba sus líos amorosos con su polola, y que había tenido un hijo con ella, pero la había dejado. "Uffff, tendré que aguantar esto sólo por la licencia" pensaba. Sin embargo, las cosas fueron subiendo. ¿Cómo? Mi instructor luego se dedicó a piropear a las chiquillas que pasaban por la calle. Para llamar la atención tocaba la bocina del auto. Me decía que eran lindas las wachitas y que le mirara sus atributos. La cosa ya no me estaba gustando. Las chicas, al mirar hacia el auto, me miraban a mí conduciendo, y seguramente pensaban que era yo el que tocaba la bocina.

Cuando iba a tocar la bocina nuevamente para piropear a unas jóvenes en un paradero, me atreví a quitarle el brazo del manubrio. Le dije: "El que va conduciendo soy yo, y yo veré cuándo toco la bocina". Me quedó mirando y, antes de que me dijera algo, continué: "Ustedes mismos me enseñaron que la bocina se toca sólo en caso de emergencia o para advertir de un peligro, no para llamar la atención de las chicas". Más extrañado me miró y, care´palo, me preguntó: "¿Y tú no eres hombre?". Molesto, le respondí: "Claro que lo soy, y me gustan las mujeres, pero no pagué $65.000 para que el instructor se dedique a mirar mujeres en vez de enseñarme a conducir". No dijo nada.

Extrañado quedé cuando llegamos a mi casa y me dijo: "Hasta aquí llegó tu lección por hoy". Miré mi reloj, y le dije: "Aun me quedan 15 minutos, ¿cómo es eso de que hasta aquí llego yo?". "Sí - me respondió -, es que tengo cosas que hacer". Al ver que me iba a quitar el volante, aceleré y le dije: "Hará sus cosas después de que termine mi clase, para eso estoy pagando". Y seguí dando vueltas hasta que se terminaron los 15 minutos y, ahí recién, me bajé del auto en mi casa.

Dando el examen teórico y psicotécnico

Desde ese día, nunca más me dejaron con ese instructor. Fue para mejor porque me asignaron con otro que sabía mucho de autos y aprendí muchísimo. Mientras, fui a la municipalidad a dar el examen teórico, el cual aprobé con 35 preguntas correctas de 35; y el psicotécnico, el cual aprobé sin muchos problemas. El examen teórico fue fácil... igual hay que prepararse, hay preguntas que tienen dos respuestas muy parecidas, pero sólo una es la correcta. Recuerdo que había una pregunta un tanto graciosa:

23. Mire la siguiente escena. ¿Qué haría en este caso al ver que, al virar hacia la derecha, hay peatones cruzando la vía?

a. Acelerar para pasar antes que ellos.  ⇦ ??!?!??!?!
b. Tocar la bocina para advertirles que usted viene  Puede ser...
c. Frenar y esperar a que crucen porque tienen preferencia  Me tinca...
d. Abrir la ventana e increparlos por cruzar frente a usted  ¿Qué diablos?
e. Ninguna de las anteriores  Ehhhh....

La respuesta correcta es la "c". Preguntas así hacen en el examen. Ojo, no es la pregunta literalmente, sólo es un botón de muestra. Quizás en el examen que tú des algún día para tu licencia, no esté esta pregunta, o esté con otras alternativas.

El psicotécnico pone a prueba tus habilidades manuales y tu visión. Te controlan el pulso y tu capacidad de reacción. Es una tarea relativamente sencilla, pero igual puede tener algunas complicaciones, especialmente con lo que tiene que ver con el pulso. Para eso, se utiliza esta herramienta:


¿Cuál es la idea? Seguir el camino sin salirse de él, y hacer el recorrido en el menor tiempo posible. Luego de haber aprobado todo, y de terminar mis clases prácticas en la escuela, me dieron hora para mi examen final de conducción en la municipalidad. Fue a finales de julio.

El examen de conducción

Estaba nervioso. Algunos me decían que, aunque el recorrido era corto, muchos reprobaban porque los nervios se los comían. Aun así, estaba muy confiado en que me iría bien.

"Francisco Albornoz" dijo el inspector municipal. Me subí al auto con él y comenzamos el recorrido. Cuando llevábamos la mitad del trayecto, y como no hablábamos nada, decidí a meterle conversa, arriesgando a que considerara eso como forma de persuadirlo y así recibir mi licencia. El diálogo fue algo así:

- ¿Y no se aburre de hacer esto todos los días? - le pregunté -.
- No, para nada - me respondió -. Además que no es todos los días, sólo los martes y jueves.
- Ahhhh... es que igual estar haciendo el mismo recorrido una y otra vez.
- Claro, igual es monótono. Lo que sí me carga es tener que soportar a gente que ni siquiera sabe conducir - dicho esto me queda mirando -.
- "Ups - pensé -. ¿Manejaré mal? Pero cómo, si no se me ha parado el motor, he respetado los signos del tránsito y la velocidad máxima permitida y..."
- Pero no te preocupes - interrumpió mis pensamientos el inspector -. Tú conduces súper bien, así que tu licencia está asegurada.

Aluciné con esa frase awwww... *.*

Al llegar a la municipalidad, me aprobó y, luego de pagar los permisos correspondientes, a la semana siguiente tenía mi licencia en las manos. ¿Qué tal? No es tan difícil obtenerla... claro, no es llegar y sacarla. Y luego de 4 meses de trabajo, logré mi sueño y tengo mi licencia, licencia con la cual salgo en el auto de mi padre a diversos lugares. Jejejeje. :D ¡¡Saludos!!

lunes, 21 de noviembre de 2011

155. Continuemos con las frases de oro

Actualización 29.03.2017
La sección "Frases de Oro" ya no se publicará más, por lo que todos los artículos de esta sección quedarán sin actualizaciones a partir de hoy.

Frase de oro número 114

Hace unas semanas volvió un clásico de mi blog. Me refiero a las Frases de Oro. Y como no quiero dejar esta sección en el olvido nuevamente, hoy los dejo con más frases para divertirse un rato, en espera de un nuevo artículo que los hará pensar muchísimo (eso espero :P).


241. Hoy estuve trabajando en el trabajo de Artes Visuales.
242. Cállate callado.
243. Esa pelota no se puede patear con el pie.
244. Mi amorcito mío de mí.
245. Y me preguntan por cualquier pregunta.
246. Pueden ser parejas de 29. Un 29 más un 29 es igual a una pareja de veintinueves.
247. Las frases chicles (No es clichés).
248. Se retiran hasta la letra... 18.
249. Me anota su edad donde dice edad.
250. ¿Qué naturaleza? ¿Sube y después baja? ¿O baja y después sube? Y concluimos que no hay ninguna naturaleza.
251. - Profesor, luego de haber visto esto de las parábolas, ¿a qué conclusión llega usted?
        - Pues que todo lo que hemos visto, a la larga, no les va a servir de nada. (por lo menos es sincero)
252. No seai persiguao.
253. Permiso, permiso el lápiz.
254. Cuando yo aprendía a tocar guitarra, no sabía tocar la guitarra.
255. Vamos a comer choritos... este pan con choritos.
256. Cuando yo bajaba la bajada de Tomé.
257. Podríamos ver una pelúcula.
258. Me acerqué al guardia y le dije: "Chao tíatío".
259. Todos los rojos son verdes.
260. Y se está desarrollándose el juicio.
261. Fue tipín... ¿A qué hora? Amm... tipín en la noche.
262. Matuna Matata.
263. Como por ejemplo un profesor por ejemplo.
264. Si no ganamos, vamos a perder.
265. El libro comienza con el final.
266. La Juventus se queda sin sus dos torneos ganados el año 2004, 2005 y 2006.
267. Me río porque me da risa.
268. Me elaboran una entrevista bien elaborada.
269. Chile I'am Bakan
270. Imagina que vas en un autobús, a toda rapidez, en un bello día de verano. De repente la cantidad de movimientos de un molesto insecto cambia súbitamente al incrustarse en el parabrisas. La gran pregunta es: ¿Cuál sufre el mayor daño? ¿El autobús, ,los dos igual o el insecto?
271. Cada dos minutos nos tiene que estar mirando: a las 11:00, 11:02, 11:06, 11:08, etc.
272. El kit va en o en el conjunto.
273. Aquí está su guía. Póngale su nombre, y una las hojas con un chip.
274. A: ¿Cuánto dan de premio?
        B: Son sólo 6 concursantes.
        A: No, ¿cuánta plata dan?
        B: No, de la A a la D.
275. Nosotros estamos viendo la edad antígüeda.
276. Edipo Rey es el rey.
277. La película es como de pelea, pero no de pelea.
278. Esto es una estructura estructural.
279. Tienen que ser del siglo cuarto o cinco.
280. No poh, si el siglo cuatro es IX.
281. Si corre a 15.4 km/hr, avanza unos 150 km/hr.
282. Súpese que la Angelina estuvo de vuelta.
283. ¿Cuál es la característica o definición de "bocois"?
284. Profesor: ¿Dónde está ubicada la meninges?
        Alumna: En el ovario.
285. Dos acelerados son un desacelerado.
286. ¿Sabes como se llama el padre de Katherin Brito? Alan Brito.
287. Está mezclando una mezcolanza.
288. Es un aventurereo muy aventurado.
289. Depende a la forma que se dirige.
290. Y al salir, sale con mucha presión.
291. Como por ejemplo el Vaticano: ¡Que es un paisito chico!
292. La felicidad de Edipos Rey.
293. Parece que tengo problemas con la motorcidad fina.
294. Mira cómo los peces respiran por los poros.
295. Doy por sabido que estaban en primero, segundo y, por lo tanto, deduzco que ahora están en tercero.
296. Profesora: Un ejemplo de "like"
        Alumno: I am like watching TV.
297. Por mi parte, vivo todo con pasión, ya que tener las pocas cosas que me ha dado mi esfuerzo, sólo por pasión a éstas las pude tener, sino me apasiona, no me esfuerzo, y mi mayor esfuerzo es vivir. Eso es lo que me apasiona totalmente.
298. Se pueden trabajar algunas elementos.
299. Si la ciencia avanza, tenemos que estar con la ciencia.
300. Donde los chinos venden puras cosas chinas.