350. ¿Será una invención el calentamiento global?

Este artículo se comenta en "Radio Donde Panchito". ¡Escúchalo!
¿Será cierto o todo es un tongo?
Escucha este artículo (4:07 min)

La mayoría de nosotros estamos conscientes del daño que le hemos hecho a la tierra. Pero no son pocos los que piensan que todo está bien

Vivimos tiempos complicados. Eso no es muy difícil de constatar. En el ámbito climático, desde hace ya varios años que se nos está advirtiendo sobre lo que está ocurriendo con nuestro pobre planeta. Las consecuencias de cómo hemos tratado a nuestro hogar saltan a la vista: incendios forestales (por ejemplo en Australia o aquí mismo en Chile), sequías prolongadas, lluvias torrenciales, derretimiento de los hielos, entre muchas otras.

Sin embargo, aunque cueste creerlo, no son pocas las personas que creen que es una invención esto del calentamiento global. Que el cambio climático tan acelerado que vivimos es "normal" y que no deberíamos preocuparnos. Dicho esto, no sé qué es más preocupante: el calentamiento global, o esta gente que no hará nada por el planeta porque piensa que todo va bien. Y ojo, que este pensamiento no es de hace unos meses atrás. Hace años que hay gente que sigue con su vida como si nada sucediese.

Verán: mientras estaba preparando el inicio de esta temporada, comencé a leer artículos antiguos de mi blog... ya saben: de esos de los años 2007 al 2009. El artículo 044 tiene un título muy acertado: "¿Acaso nadie lo cree?", haciendo alusión a que ya había gente que no creía en el calentamiento global y en sus consecuencias. El artículo, honestamente, no es contundente. Estamos hablando de los albores de mi blog. Sin embargo, en los comentarios se dio una interesante conversación. Y me detuve en un comentario que se hizo en aquel entonces, y que sencillamente alarma.

Imagen usada en el artículo 044, del año 2008
 
¿Me creerás si te digo que una persona comentó que el calentamiento global es una realidad, pero que el motivo de su existencia son "las hojas podridas del otoño"? No: no es una broma. Ese argumento usó Yenny en uno de los comentarios. Claramente se lo refuté. Aquí les dejo el comentario, sacado directamente del artículo anteriormente citado.


No voy a entrar en detalles sobre si realmente los gobiernos se aprovechan de esta situación para sacar más dinero mediante impuesto. Eso es cuestionable. Pero... ¿echarle la culpa del aumento de la temperatura a los volcanes y las hojas de los árboles que caen en otoño? Pensemos un momento. Si fuera realmente así, entonces... ¿Por qué no subió la temperatura de la tierra antes de la revolución industrial? Siempre ha existido el otoño, y siempre han habido erupciones volcánicas, pero el aumento de la temperatura del planeta comenzó justo cuando se industrializó la sociedad humana. ¿Coincidencia? No lo creo.

Este volcán no es el culpable del desastre que hemos creado
 
Pensar que la catástrofe climática que nos afecta es una utopía es peligroso. Pensar así no nos motiva a actuar en favor de la Tierra. Amigo/a lector/a: el calentamiento global no es una invención. No es un chamullo de Estados Unidos para jodernos. Es una triste realidad. Y mientras llega la solución definitiva a este y otros problemas, no dejemos que esta clase de pensamientos hagan que no vale la pena cuidar nuestro planeta porque todo va bien. Te lo digo en serio: esto NO va bien.

¡Hasta un siguiente artículo!

349. Inicio temporada 15 - ¿Qué habrá de nuevo?

Y ya estamos en la temporada 15, año 2020, de "Donde Panchito". En este primer artículo de la temporada entérate de lo que se viene para este año. ¡Gracias por seguir aquí en mi blog!

Bienvenidos, queridos lectores, a la temporada 2020 de Donde Panchito. Ya son 15 temporadas con ustedes, y me siento feliz de continuar con este blog. Estoy bastante entusiasmado, porque pretendo este año hacer un poco más de promoción para que me puedan seguir y que más personas lleguen a Donde Panchito. Estas son las novedades para este año:

a. Suscríbete a los artículos: al final de cada artículo podrás suscribirte a mi blog, ingresando tu correo electrónico. De esta manera, cada vez que escriba un nuevo artículo, podrás recibirlo en tu bandeja de entrada. ¡Así de fácil!

b. Redes sociales: ya saben que estoy en Facebook e Instagram. Aprovecho de invitarlos a que me apoyen siguiéndome en esos lugares. Pero, también, haré un esfuerzo por estar al día en Twitter. Así que, si estás en aquella red social, puedes seguirme también.

c. Videoblog: durante el año 2018 hice varios vídeos que a mis lectores les gustó. Sin embargo, el año pasado dejé eso de lado, no porque no me gustara, sino porque tiempo no tenía para hacerlos. Además, tuve que vender mi notebook que tenía potencia suficiente para hacer vídeos de calidad sin que se pegase el computador. Ahora tengo un netbook algo básico, por lo que se me hace difícil. Procuraré retomarlo apenas pueda. Me gusta hacer vídeos.

d. Más artículos: tengo más de 40 artículos beta, listos para escribir y publicar. Así que esta temporada tendrá, por lo menos, la misma cantidad de artículos que el 2019... eso espero.

e. ¿Te ha gustado lo que has leído? Al final de cada artículo verás enlaces para compartir en diferentes lugares, incluyendo Facebook, Twitter y Whatsapp. Utilízalos y viraliza mi contenido :D Además, podrás comentar con tu cuenta de Facebook en los artículos de esta temporada.

f. Para quienes tienen mi Whatsapp, podrán ver las actualizaciones de mi blog en el apartado "Estado", donde subiré los últimos artículos que vaya escribiendo.

Como siempre, muchísimas gracias por leerme y seguirme, y espero estar a la altura de lo que quieren leer en esta temporada que doy por iniciada. ¡Nos vemos en el siguiente artículo!

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348. Fin temporada 14: Un año menos

Escucha este artículo (3:59 min)


Como todos los años, la gente se junta esta noche en familia o con amigos a celebrar la llegada de un nuevo año. Junto con ello, se hacen los buenos deseos y los propósitos para el 2020, esperando que sea mucho mejor que el año que ya está próximo a irse. Y bueno, como todos los años, aquí vengo a decirles que no. NO será mejor el año 2020. Sin embargo, debo tenerlos lateados diciendo siempre lo mismo cada fin de año. Por lo que este artículo, el último de la presente temporada, tendrá otro enfoque. Un enfoque más positivo.

¿Un año más? No, amigos: un año menos

En varias oportunidades les he relatado que, conforme pasen los años, las cosas irán empeorando. Eso no lo digo yo: lo dice un libro que mucha gente ni lee, y que incluso se burlan de quienes le tenemos un profundo respeto. Me refiero a la Biblia (léete, como botón de muestra, el artículo 0196: No hay peor ciego que el que no quiere ver). Y es que no se puede ir en contra de lo que ya está estipulado. Honestamente, no sé qué tanto celebra la gente. Este año fue horrible en varios aspectos, y las revueltas, que yo veía de lejos en otros países, estos últimos tres meses las he vivido en carne propia. ¿Podría decir, entonces, que el año 2020 será mejor, si ya se ve que seguirán con las protestas, las tomas de calles, los incendios, y un sin fin de barbaries? ¿Podrías tú decirles a los enfermos terminales, a los niños desnutridos del mundo, a quienes han perdido a sus familias en guerras, a quienes viven encerrados en sus casas por temor a la delincuencia, que el año que viene será mucho mejor? ¡Vamos amigo! Seamos realistas: no hay nada que festejar.

Hay una canción de una conocida banda de música que, en una parte, dice: "Un año más, que se va". Seguramente la has escuchado un par de veces. Y es que, claro está, ha pasado un año más. Pero mi pensamiento con respecto a los años es muy distinto a la letra de la canción. Por que, para mí, no es un año más. Es un año menos. ¿Cómo así?

Falta poco y todos nuestros problemas serán cosa del pasado

La idea original no era que viviéramos en estas condiciones tan horribles. Si fuera así, no me cabría en la cabeza de que Dios nos haya creado para sufrir. Hasta dudaría de su existencia (aunque ya sabemos que sí existe, revisa el artículo 251. Tres razones para creer que Dios existe). Lo cierto es que Dios no quiere esta vida para nosotros. Por ello, Él se ha propuesto acabar con todas las causas de nuestro sufrimiento: las enfermedades, la vejez, las guerras, el hambre, los desastres naturales... ¡Hasta la muerte! ¡Incluso volverán a la vida nuestros seres queridos que han muerto! Y como cada vez falta menos para que eso ocurra, ya que las pruebas así lo demuestran, en vez de agregar un año más, le quito un año a esta sociedad moribunda. Sí: un año menos.

Pronto podremos ser felices de verdad, y podremos festejar todo lo que queramos. Hoy no hay mucho que celebrar: y no es que quiera ser un amargado, pero es que ni siquiera en las mejores perspectivas se puede ver algo mejor para el año que viene; y si algo así ocurre, será pasajero. Mientras tanto, sigo con todas mis fuerzas adelante mientras espero con ansias el día en que Dios nos de motivos de verdad para celebrar: el día en que nuestros problemas y nuestro sufrimiento sean cosa del pasado. ¡Nos vemos en la temporada 15 de Donde Panchito! ¡Hasta entonces!

347. "¡Me han asaltado!"


Hace unos dos años, mientras trabajaba en un Pronto Copec en la noche, me sucedió una historia un tanto curiosa que hoy quiero relatarles. Es breve, así que no les tomaré mucho de su tiempo.

A eso de las 6:30 de la mañana, cuando estaba comenzando a amanecer, llega un chico de unos veinticinco años de edad al local de comida, en evidente estado de ebriedad... digamos que estaba corriendo fuerte el viento, o que estaba temblando fuerte. No podía caminar bien. Se notaba que lo había pasado chupete en alguna discoteque, y ahora estaba desorientado o algo por el estilo. Lo cierto es que, entrando al local, grita: "¡Me han asaltado!"y se va.

Mis compañeros, los pocos clientes que habían y yo quedamos pasmados. No sabíamos qué hacer. Una de mis compañeras me sugiere que vaya afuera a hablar con él, y lograr sacar algo más de información. Así que fui y le inquirí sobre su asalto.

Entre todos los sonidos que pronunció, me indicaba que había sido asaltado una vez que salió de una discoteque e iba rumbo a casa. Obviamente yo pensaba llamar a la policía. Parafraseando, se suscitó el siguiente diálogo:

Yo: Ya pero, ¿qué te robaron?
Joven: Nada, no me robaron nada, pero me robaron...
Yo: ¿Cómo puede ser posible que te roben, pero que no te roben nada? Entonces no te robaron po.
Joven: No si me robaron. Le juro que fue así.
Yo: ¿Y dónde te robaron?
Joven: En el kilómetro 10, cerca del peaje Chaimávida.

Ahí quedé plop. ¿En el kilómetro 10, cerca del peaje Chaimávida? Primero, el peaje mencionado no existe hace como mínimo 5 años. Segundo, el kilómetro 10, donde estaba ese peaje, estaba a unos 12 km de donde estábamos nosotros, y más encima en otra carretera (véase mapa al final de este párrafo). Y tercero: el kilómetro 10 como tal ya no existe, ya que con la construcción de la nueva carretera, ahora era el kilómetro 65 aproximadamente. Le pedí que me apuntara hacia dónde fue que lo asaltaron, y me apuntó hacia el norte. Y resulta que el lugar que me mencionó que le robaron queda al este
Igual caminó harto desde el "Kilómetro 10" hasta mi extrabajo

"Este cabro no sabe dónde está parado", pensé. De todas formas decidí llamar a la policía. Quizá efectivamente lo asaltaron y el no recuerda dónde fue. Así que los llamé. Llegaron en unos 15 minutos. Se bajaron de la patrulla y, cuando les indiqué lo que pasó, mostrándoles al joven, dijeron: "¿Tú otra vez?".

Les pregunté a los policías por qué "Otra vez". "Lo que sucede es que es la tercera o cuarta vez que nos llaman porque lo asaltaron. Y resulta que dice que lo asaltaron pero es mentira. Quiere que lo llevemos a casa. Lo llevamos y resulta que se vuelve a salir"

¡Vaya! Quería locomoción gratis para ir a donde quisiera a tomarse unas copas y después que lo fueran a dejar. ¡Qué chistoso! Finalmente se lo llevaron por "tercera o cuarta vez" a su casa.

Y ese es el final de esta pequeña historia. Espero que les haya gustado. Nos vemos en un siguiente artículo, aquí Donde Panchito.

346. Endeudándose para estudiar


Llegamos al último mes del año. Un año bastante movido socialmente hablando acá en Chile. Pero, fuera de eso, en mi vida todo va bien. Tengo un trabajo que me permite mantenerme y muchos amigos que me hacen la vida más amena. Espiritualmente hablando, todo súper bien. Pero hay una pequeña piedra que me impide decir que estoy 100% tranquilo. Y tiene que ver con algo que hice hace más de 10 años, aun cuando no quería hacerlo: ir a la Universidad.

Quienes me leen desde los inicios del sitio web y blog, quizá se acordarán cuando, en aquel lejano 2008 les comentaba que no quería ir a la Universidad. "No tenía muchas ganas de gastar más años de mi juventud en algo que quizás no me sirva para nada", escribí en esa oportunidad (Artículo 0007. Disfrutando de las vacaciones) Y hoy, casi 12 años después de haber escrito eso, sigo pensando igual: ir a la Universidad no sirve para nada. No te asegura tener trabajo. Mírenme a mí: no terminé mi carrera y aquí estoy... no me he muerto de hambre. Pero, al margen de eso, puedo contarles que, para estudiar en la Universidad durante ese año 2008, tuve que endeudarme. Claro, mi familia no contaba con los recursos para pagar la totalidad de las mensualidades y matrícula para estudiar, así que me dieron el Crédito Solidario que otorga el Estado.

Pues bien, el resto de la historia ya la conocen. Abandoné la Universidad y comencé a trabajar (más detalles en los artículos 0033. Mi vida post media y 0078. ¿Qué ha sido de mi?). En el 2011, la Universidad comenzó a exigir el pago del préstamo. La deuda ascendía a 35.9 UTM (Unidades Tributarias Mensuales), que en pesos chilenos de ese año era de $1.400.853.- Todos los años he tenido que declarar cuánto gano y, de ahí, me sacan un porcentaje que debo ir pagando. Durante estos años (desde el 2011 al 2018) he pagado 13,004 UTM ($645.297 actuales).

Al hacer la resta entre lo que debía y lo que he pagado, podemos deducir que he pagado casi la mitad de la deuda, ya que aun me queda por pagar $755.556.- Pero, aquí viene el truco (o los trucos): la deuda está expresada en UTM, no en pesos. Y la UTM sube todos los meses. Además, todos los años me cobran intereses.

Metiéndome en la página de la Universidad, pude constatar que, luego haber hecho los pagos que he mencionado ($645.297), aun me queda por pagar la increíble suma de $1.573.098. ¡Más de lo que debía al principio! ¿Tiene algo de lógica eso? Para nada: es un robo legal. Me han robado más de $600.000, y la ley lo permite. ¿Y qué pasaría si no pago? ¿O si un año no declaro lo que he ganado? Pueden ejercer acciones judiciales en mi contra, meterme en DICOM por moroso, e incluso pagar con cárcel si no cancelo la totalidad de la deuda.

¿Cuál es mi consejo? ¡Jamás se endeuden para estudiar! Claro, quizá hayan muchos que no tienen los recursos para poder estudiar en la Universidad, o que estudiar es un derecho que debe ser gratis, pero... ¿Es realmente necesario ir a la U para ganarse la vida? ¿Es realmente la clave del éxito gastar 6 o más años de tu juventud en un lugar donde, aunque te entreguen tu título, no pueden asegurarte de que trabajarás en lo que estudiaste? El mundo es muy volátil, por lo que nadie puede prometerte el éxito por ir a la Universidad. Soy  la prueba viviente de que, sin títulos ni estudios superiores, uno puede ganarse la vida. Piénsalo... yo sólo estudié un año y miren lo que debo... ¿Te has puesto a pensar si estudias 6, 8 o 10 años? De verdad... piénsalo...

345. Canciones | Somos hijos de la tierra (Los Jaivas, 1995)


A lo largo de mi blog he publicado varias canciones que me gustan, de diferentes artistas, y en diferentes épocas. Pero nunca había hablado de un grupo o cantante de mi país. Y hoy será la primera vez que lo haga: el Grupo Chileno Los Jaivas tiene unos temazos como Mira Niñita o Sube a nacer conmigo, hermano. Pero hoy les traigo una canción que, personalmente, me encanta, y tiene una pequeña historia digna de contar.

Cuando se publicó esta canción en 1995, Los Jaivas hicieron un videoclip para promocionarlo. Pero en Chile fue censurado... ¡Por la iglesia católica! Si quieren saber por qué, les dejo el vídeo de la canción y saquen sus propias conclusiones. ¡Ya se vienen nuevos artículos de peso en mi blog!¡Hasta un siguiente artículo!



Amor se nos va la vida

Ven vamos a buscar entonces
toda la ternura.
Toda la hermosura,
tesoros del alma.

Volcan es mi pecho ardiente,
su lava insolente
cura las heridas.
Cristales de tierra dormida
serán nuestros besos
que en el embeleso
de otros siglos nuevos
tendrán su cabida.

Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.

Amor
Somos hijos de la tierra.
Amor
Somos hijos de la tierra.

Ay ven, vamos a invocar
con la voz más clara
las riquezas puras
del jardín del mundo.

Sultana, cuerpo y maravilla,
eres tú la fuente,
remanso y vertiente,
guardas la semilla.

Ven, vamos a jugar
a que somos dueños
de todos los sueños
que tenemos todos.
El sublime encanto,
llama de la vida.

Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.

Amor
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra,
y su palabra es nuestra historia.

344. Se quema el Amazonas


Con estupor vi en las noticias semanas atrás los incendios forestales en la amazonía, el principal pulmón del planeta, y cómo se iba destruyendo a un ritmo alarmante. Me dio mucha rabia ver cómo los intereses de unos pocos (y su dinero) priman por sobre algo tan básico como el aire que respiramos. Independiente del o los motivos por los cuales comenzó este desastre (dicen que era para dejar terrenos aptos para la ganadería, pero qué más da), lo cierto es que estamos llegando a un punto crítico de la historia de la humanidad, a tal punto de que, si seguimos al ritmo que vamos, en unos 30 años la tierra será un desastre, y todo por culpa de quienes deberíamos cuidarla.

343. Nacionalismo, parte 2 y final

Este artículo está en "Radio Donde Panchito". ¡Escúchalo!


A principios de este mes inicié una pequeña serie de 2 artículos, referente al nacionalismo, y lo absurdo que llega a ser. Tomé como ejemplo los campeonatos de futbol, donde muchos, más que disfrutar de buen futbol, se dedican a insultar a otros tan sólo por ser de otro país, y se sienten superiores al resto tan solo por ser de un país en específico.

La cosa es clara: todos somos iguales, y a mi no me daría orgullo sentirme superior a los demás sólo porque soy de Chile, ni tampoco iría a matar a personas que son exactamente iguales a mi en una guerra sólo porque no son chilenos. No: no me daría orgullo. Me daría vergüenza.

Sin embargo, puedo sentir vergüenza ajena por ciertos comportamientos patrióticos y nacionalistas que veo en los demás. Hasta cierto punto los entiendo, porque les enseñaron a amar su país por sobre todas las cosas. Ojo: quiero dejar bien claro que no odio el país donde vivo. Respeto las leyes y obedezco las autoridades (aun cuando muchos "nacionalistas" no respetan las leyes e insultan a quienes son la autoridad), y tengo respeto por el país donde vivo. Que quede claro eso.

Quiero comentarles hasta qué grado puede llegar a ser ridículo el sentir un amor desproporcionado por el país donde uno, sin elegirlo, nació. Me remitiré a un suceso que sucedió a principios de julio.

El eclipse "chileno"

El pasado 2 de julio acá en Chile se observó un increíble eclipse de sol, un evento natural que, a todas luces, debería invitarnos a reflexionar en lo diminutos que somos ante el gran universo, y en que sin lugar a dudas existe un Creador detrás de estas maravillas. En donde vivo no se vio totalmente. Fue un eclipse parcial. Pero en la región de Coquimbo el eclipse fue total, por lo que, durante unos minutos, el día se transformó en noche. Lo vi por internet en mi trabajo y, sencillamente, lo encontré espectacular. Me imagino cómo debió de ser en vivo y sentirlo en carne propia. Algo totalmente majestuoso.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con que se sienta "un amor desproporcionado por [Chile]", como mencioné hace un rato? Pues, cuando comenzó la cuenta regresiva para el eclipse total, la gente se agolpó por millares en la playa, en los valles, en las calles y en las esquinas, listos para ver el hermoso fenómeno. Pero, ¿saben lo que hicieron cuando el eclipse llegó a su clímax? Vean el siguiente vídeo y bueno... dura un poco más de 6 minutos.



¿Vamos Chile? ¿Viva Chile? ¿Gente con banderas de Chile? Cuando lo vi en vivo ese día, muchos cantaron el himno nacional, en un evento que no tiene absolutamente nada que ver con Chile, como si Chile hubiera traído el eclipse. No tiene ningún sentido atribuirle a un país el evento astronómico. Nacionalismo puro. Y ojo: no soy el único que piensa así. Lean los siguientes comentarios del mismo vídeo:

Algunos de los comentarios del vídeo (clic en la foto para agrandar)

Lo único que se logró fue, aparte de hacer el ridículo, fue quitarle el crédito a Quien realmente se lo merece por darnos estas maravillas de la naturaleza. Sí: Dios, en quien muchos no creen, pero yo sí.

No pretendo hacerlos cambiar de opinión. Cada uno es libre de hacer y pensar lo que estime conveniente. Pero no podía dejar pasar esto sin dar mi opinión al respecto. Y creo que, el día en que la sociedad de cada país deje de ser nacionalista, se acabará el odio, las guerras y la xenofobia. Y eso se los digo tajantemente: así será. ¡Saludos!
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Temporada 14 / Artículo 15

342. Experiencias de un simple cajero 14


¡Estamos ya en pleno mes de agosto! Increíble: el tiempo pasa volando y me estoy acercando con rapidez a las tres décadas de vida. Y aquí sigo con este blog, en su temporada número 14. Apropósito: tal como les conté en las redes sociales, estoy preparando, luego de varios meses, un vídeo para ustedes. Pronto sabrán de qué se trata. Mientras tanto, veamos algunas nuevas experiencias como cajero, en mis más de nueve años en ese oficio.

Experiencias como cajero en estos casi 8 años son muchas. Y así como varias veces les he contado experiencias bien desagradables con clientes pesados e insolentes, hoy les traigo dos casos donde no necesariamente debo lidiar siempre con gente así. Veamos qué sucedió.

¡Mi hijo se está atorando!

Estaba terminando mi turno de tarde cuando, de pronto, un cliente comenzó a gritar que su hijo se estaba atorando. Junto con otro compañero corrimos a socorrer al niño. Mi compañero comenzó a apretarle el abdomen hasta que salió un trozo de papa frita. Luego de ello le traje agua y lo sentamos. Lo intenté calmar un poco y lo logré. El papá estaba muy desesperado pero cuando pasó todo la vorágine, nos agradeció por ayudarlo prontamente. Nos dio $2000 a cada uno. El niño, aun asustado, nos dio un abrazo a los dos por lo que habíamos hecho.

Jóvenes me dan 1000 pesos por cantar con ellos

Una de las cosas que jamás extrañaré de haber trabajado en un local de comida al borde de una carretera son los turnos de noche: extenuantes, con sueño y cero ganas de trabajar. Pero bueno, ¿qué le iba a hacer? Había que trabajar para tener dinero. Así que ahí estaba: día viernes, tipo 4 de la mañana, recibiendo a un montón de jóvenes que venían del carrete a darse el bajón.

En eso, una de las cocineras me pidió si, por favor, podía llevarle un pedido de comida a una de las mesas donde había un grupo de chicos que, a todas luces, estaban pasados de copas. No quería ir ella por ser mujer, y la entendí: podrían haberla molestado o hasta acosado. Así que tomé el pedido y fui a dejárselos.

En este local trabajé, antes de su remodelación el 2017

Casi al llegar a donde estaban, se ponen a cantar... no me acuerdo de la canción, pero sí recuerdo que me la sabía. Se tomaron todos de los brazos y se movían de un lado a otro cantando, sin vergüenza alguna al ridículo que estaban haciendo. Llegué con el pedido a la mesa, con la intención de dejarlo y devolverme rápidamente, pero no pude. Uno de los chicos me agarró y me metió al grupo, me tomaron de los brazos y cantaban. Yo, dejando el ridículo a un lado, me puse a cantar con ellos. Me quedaron mirando y uno de ellos me dio mil pesos de propina. Aplaudieron y yo volví a mi caja.

Lo que uno tiene que hacer por ganar dinero :P

Pues bien, esas son dos experiencias más de las tantas que he tenido. Si bien es cierto al día de hoy sigo siendo repartidor, no dejo de lado mi oficio de cajero al ir a dejar los pedidos y cobrar por ellos. Sí: aunque pase el tiempo, nunca dejaré de ser un feliz cajero, orgulloso de su trabajo. ¡Hasta un siguiente artículo amigos!

341. Nacionalismo, parte 1

Nota: Amigos y lectores de mi blog. Ya está habilitada la caja de comentarios de Facebook para que puedas comentar usando tu cuenta de esa red social. Es muy fácil. Lee el artículo y, al final de este, encontrarás la caja para comentar. ¡Los espero!

Brasil campeón (Tomado de Wikipedia)
Hace un tiempo atrás terminó la Copa América, torneo de futbol donde se enfrentan diez países sudamericanos más dos invitados, y en donde todos aspiran a ser los campeones: ser los mejores de América. Años atrás hablé un poquito sobre esta copa, y lo incómodo que resulta cuando tu país gana y quieres seguir con tu vida normalmente, sin poder hacerlo porque todos celebran, no respetando tu derecho a no hacerlo.
Pero, fuera del espectáculo que se ve en estas copas (yo vi varios partidos de la Copa América), hay un sentimiento en común que impregna, no solamente este torneo, sino cualquier competición en general. Con ustedes, el nacionalismo.