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sábado, 13 de octubre de 2012

181. Sobreviviendo en una sociedad sin respeto

Este artículo está en "Radio Donde Panchito". ¡Escúchalo!
Habría que estar muy ciego como para no darse cuenta de que la sociedad va en franca decadencia. Y no me refiero al grupo musical "La Sociedad", sino a la sociedad humana en su conjunto. Dos hechos específicos me han hecho meditar en la teoría del yoísmo, y de que cada vez hay más personas que no les importa los demás, sino sólo su interés propio. Te invito a que reflexiones leyendo este artículo.
Una sociedad cada vez más irrespetuosa
 
¡Qué rabia! De verdad que este artículo debe ser el que comienzo con más rabia de los 213 que he escrito en este blog. ¡¡Rabia de cómo puede haber tanta gente inculta, rota, irrespetuosa, y un sin fin de otros calificativos...!! Pero no quiero caer en la misma palabrería de ellos. Yo no quiero llegar a ser un inculto, roto o irrespetuoso faltándoles el respeto a aquellas personas. Pero, lisa y llanamente, pareciera ser que algunas personas necesitan un tate quieto para que reaccionen y se den cuenta de cómo son.
Tan molesto estoy, que tuve que poner en Youtube un vídeo con el sonido del mar, para poder relajarme. Y vaya que resulta. Claro, no es lo mismo estar en frente del mar, escuchando el rompimiento de las olas en las rocas costeras, que estar acostado en tu cama escribiendo un artículo y escuchando un vídeo del mar. Pero la sensación de relajación es parecida... me hace meditar... meditar en que vivimos una sociedad cada vez peor. Una sociedad donde nadie respeta a nadie, y quedas como bicho raro si tratas respetuosamente a los demás.

Pero, ¿por qué estoy tan enrabiado? ¿A qué se debe que diga que vivimos en una sociedad donde nadie respeta a nadie? Ponte cómodo: te contaré dos experiencias que me pasaron justo ayer viernes, y luego saca tus propias conclusiones.

En la micro, yendo al médico

Aprovecho la instancia para comentarles que, hace unos días, me diagnosticaron un quiste en la zona sacra (esto es, un poco más abajo de la columna), por lo que deberán operarme en los próximos días. Eso quizás haga que deje un poco de lado mi blog, ya que no podré actualizarlo por estar en reposo. Pues hoy fui al médico para hacerme unos exámenes para corroborar el quiste. Y, al tomar la micro, junto con mi madre, nos encontramos con la misma historia de siempre: la micro totalmente llena.

¡Hey! Cede el asiento
Pero para mí eso no fue lo más molesto. Lo que me molestó fue que, junto con nosotros, se subió una señora de edad. Bueno, bueno, eso tampoco me molestó XD Lo que me molestó fue que NADIE fue lo suficientemente respetuoso para cederle el asiento, aun cuando en las micros hay una pegatina que dice: "Estudiantes: es signo de cultura ceder el asiento a mayores de edad". Y es que, en realidad, no es necesario ser estudiante para ceder el asiento. Habría que ser muy pavo como para no despailarse y ceder el asiento.

En los primeros asientos (donde yo quedé parado, ya que no pude avanzar mucho), viajaban dos jóvenes, que no pasarían los 25 años de edad. Sé que vieron a la señora... pero ninguna se paró. ¡Qué vergüenza! Y ojo: esos asientos son preferencias para tercera edad. ¿Dónde está el respeto? Por el suelo... y nadie lo recoje... Me hace pensar en que esta sociedad es muy egoísta, y va en franca decadencia. Bien dice cierto libro antiguo, del cual mucha gente se burla o ni la pesca, ese libro fantástico llamado Biblia: "En los últimos días vendrán tiempos difíciles. La gente estará llena de egoísmo,[...] ingratos, [...] insensibles, [...] enemigos de todo lo bueno" (2 Timoteo 3:1-5) ¡¡Qué imagen tan realista con respeto a la sociedad actual!! ¿Acaso no está la humanidad con estas características?

Por favor, si tú eres joven, recuerda que algún día llegarás a ser viejo. ¿Te cuesta ceder el asiento a mayores de edad? Ahhh, seguramente también mereces descansar mientras viajas en la micro, ¿cierto? Pues, te digo: descansa en tu casa. Una señora de 85 años que apenas pueda subir a la micro no puede, ni debe, viajar parada. Es tu deber moral ceder el asiento. Piensa por un momento: Si tú tuvieras 85 años, te cuesta caminar, apenas puedes subir a la micro, y ves que nadie, NADIE, absolutamente NADIE te cede el asiento, ¿cómo te sentirías? Y anda a alegar, porque los jóvenes de ahora andan tan sensibles, que les dices una palabrota y te sacan los derechos humanos y quizás qué otras cosas.
¡Hey! No es necesario que tú seas parte de un sistema yoísta: una sociedad que sólo piensa que primero "yo", segundo "yo", tercero "yo" y último... "yo". Mostrar un pequeño acto de cortesía, como ceder el asiento, dar las gracias, pedir por favor, o pedir permiso, no sólo demuestra respeto: demuestra que eres una persona educada que valora al prójimo y la trata como lo que son: personas de carne y hueso... como tú.

¿Acaso es tontito?

Lo relatado anteriormente ocurrió en la mañana. No sabía lo que me iba a esperar en la tarde. En el trabajo, como cajero, me tocó la caja express, donde sólo se permiten un máximo de 10 unidades. Es decir, no pueden pasar carros llenos, por lo que el cajero, en este caso yo, debo indicarles que se cambien de caja. Pero no sé si la gente no sabe leer español que igualmente pasan con carros, aun viendo los dos letreros que indican "Máximo 10 unidades". Intento ser amable con esas personas, y algunas me responden amablemente, e incluso me piden disculpas. Pero hay otras que, sinceramente, sacan de quicio. Una señora me dijo que "yo no tenía ganas de atenderla" porque la eché de la caja por llevar un carro lleno. Otras personas me han tratado de "flojo", "sacador de vuelta" y otras cosas más, tan sólo por respetar la caja. Pero lo de hoy, casi me hace llorar de pena y de impotencia.
 
Insisto: NO ES FÁCIL ser cajero
 
A eso de las 8.30 de la noche había una fila considerable de gente en mi caja, y al atender mucho público, la caja se bloquea al llegar a cierta cantidad de dinero, para que obligadamente una supervisora me retire el dinero y no tenga yo el riesgo de que me roben mucho dinero. Pues justamente eso ocurrió: se bloqueó la caja y la supervisora llegó a mi caja. Mientras me retiraban el dinero, la supervisora me cuenta cosas y yo le respondo y así nos reíamos; claro, mientras me sacaba el dinero. En eso, un par de señoras, mal educadas por cierto, comenzaron a decir que apurara la causa, porque estaban apuradas. Dígame usted, estimado lector: ¿Qué culpa tiene el cajero que de ellas vayan apuradas? ¿Qué culpa tiene el cajero de que el supermercado tenga pocas cajas abiertas? Claramente se sabe que el cajero no tiene la culpa: al fin y al cabo, es un peón más del ajedrez llamado Supermercado. Pero eso pareciera ser que a los clientes se les olvida.>

Es comprensible que aleguen por la poca cantidad de cajas, pero ¿Será necesario faltarle el respeto a quien les da un servicio? La historia prosigue: la siguiente persona que pasó por mi caja, tenía un problema con su tarjeta al pagar, por lo que comenzamos a demorarnos. El par de señoras comenzó a increpar a la clienta que tenía el problema con la tarjeta. La cosa no se veía muy bien, porque al atender al par de señoras, una de ellas le dijo a la otra: "Y más encima el cajero es choro".... recuerdo perfectamente cómo eran esas señoras (por si algún día leen este artículo, o por si alguien las reconoce): una era rubia, flaca, de unos 55 años de edad, y la otra era de contextura más gruesa, de pelo negro, con lentes, de unos 50 años. Intenté por todos los medios explicarle a la señora de lentes que no era culpa mía que hayan tantas filas. Todo fue en vano: me interrumpía y decía: "¿Sabí qué más? No quiero escucharte más". Le entregué el vuelto y le respondí: "Entonces, puede irse. Muchas gracias". Y proseguí con el siguente cliente.

Mi empaque me contó más tarde que, mientras la señora de lentes me hacía callar, la señora rubia le había dicho que yo era un tontito, o dicho de otro modo, un enfermo mental que no tenía más cabeza para ser más que un cajero. Mi empaque me defendió, claro está. Pero saber eso me hizo casi llorar... no miento que se me pusieron los ojos llorosos. Indirectamente menoscabó mi trabajo y, de paso, me menoscabó a mí mismo. ¿Acaso es fácil ser cajero? Basta con que leas tooooooooodas mis experiencias que he tenido para que te des cuenta que NO, NO ES FÁCIL. Y se exige concentración y MUCHA PACIENCIA para tratar con personas... como este par de señoras.

Respeta a los demás
Qué curioso. Siempre pensé que las personas de más edad tenían más respeto que los jóvenes de la actualidad. Pero veo que estoy equivocado. Mi teoría se ha derrumbado: la edad no es sinónimo de respeto. La ecuación no es tan así como que, mientras más edad, más respetuoso. La ecuación es: mientras más educación, más respetuoso. ¿Habrán ganado algo las señoras con insultarme y hacerme enrabiar? Claro que no, la fila seguía allí, yo no me apuré. y todos nos enojamos. Yo perdí 800 pesos en mi caja, quizás por el nerviosismo y el mal rato que me hicieron pasar estas señoras.

Estimado lector: no nos hagamos los ciegos. La cosa no anda bien. La gente anda alterada, con poca paciencia, descriteriada, insolente y mal educada. Pero no debemos ser como el resto. ¡Sí se puede ir contra la corriente! Ser respetuoso con los demás habla bien de tí, das un excelente ejemplo digno de imitar, y lo mejor de todo... ser respetuoso con tu prójimo te llevará a respetarte a tí mismo. Espero que este artículo haga pensar a más de alguno que aun podemos cultivar buenos modales para llevarnos bien con los demás.
Se sabe....
 
¡¡Ahhh!! Durante todo este artículo estuve escuchando las olas del mar... y fue tan rico... ¡Relajante! Boté todo el estress del día de hoy. Y con este artículo me he desahogado. Espero tenerles prontamente una nueva entrega. ¡Recuerda! Tu comentario me es importante. Déjalo a continuación, bajo el artículo. ¡Hasta pronto!

viernes, 28 de septiembre de 2012

180. Donde Panchito 3.0

Después de mucho trabajo, por fin puedo entregarles la nueva cara de Donde Panchito, con un estilo más sencillo y sobrio, para poder leer mis artículos, sin tantos artilurgios. Quizás no es la plantilla más hermosa que pueda existir, pero lo que me interesa es que sea fácil de mantener y así preocuparme de escribir. ¿Quieres conocer las nuevas características?
La nueva cara de Donde Panchito
Después de más de un mes sin escribir, no quería dejar pasar septiembre sin artículos. Si te habrás dado cuenta (claro está, si constantemente visitas mi blog), durante los últimos 5 días Donde Panchito se encontraba cerrado por mantención. Y es que lo más probable es que al ver mi blog te des cuenta por qué estuvo cerrado todo este tiempo. Y, aprovechando que estoy en reposo absoluto en mi casa, y con licencia médica por enfermedad ya que anda algún bicho jetón bufoneando en el aire y me pilló volando bajo, puedo escribir este artículo: Te presento la nueva cara de Donde Panchito.

Como comenté en el Facebook de Donde Panchito, quería algo más sobrio y sencillo... no tantos adornos y cosas así. Si aquí, lo más importante, es lo que escribio, no el color de fondo, ni otras cosas. Modifiqué la plantilla de tal forma de que sea sencillo poder leer y comentar. Déjame mostrarte, en breves minutos, algunas características de la versión 3.0 de Donde Panchito.

1. Artículos y comentarios
Como ha sido la tónica en mi blog desde hace algún tiempo atrás, en la página principal podrás ver la lista de artículos, con una imagen, y una breve descripción. Para leer el artículo completo deberás hacer clic en "Léete el resto del artículo" (se ve a simple vista). Los comentarios podrás emitirlos al final de cada artículo. Recuerda, una vez más, que cualquier comentario es bienvenido en Donde Panchito, si cumple con los requisitos de ser respetuoso, no hablar de política y/o religión, e intentando escribir lo mejor posible. ¡Ah! Respondo todos y cada uno de los comentarios que realizan. ¡Vamos! No te tomará más de 5 minutos comentar.

2. Compártelo con tus amigos
Compártelo con tus amigos :)
Algo nuevo en mi blog, aunque blogger lo había implementado hace años, son las cápsulas para compartir el artículo que estés leyendo. Lo encontrarás al final de cada artículo. Puedes hacer clic en cualquiera de ellos: compartirlo en Gmail, Blogger, Twitter, Facebook y Google+. Mientras más compartan lo que leen, mi blog podrá llegar a más personas, y esa es la idea. ¿Te gustó lo que escribí? ¿Te hizo reír o quedaste pensando en lo que publiqué? ¡No lo dudes! Compártelo :) te volví loco con la rayita arriba de la palabra "esto" en la foto de más arriba, ¿eh? No es una manchita en tu pantalla, la imagen es así XD

3. Sígueme en Facebook
A la fecha somos 104 en el Facebook de Donde Panchito. ¿Aun no te has unido? ¿Eres nuevo por estos lados? Únete y recibe en Facebook las últimas actualizaciones de mi blog, además de datos curiosos y fotos.  El recuadro de Facebook se encuentra en la parte superior del blog, bajo el título. También estamos en Google+, pero estoy trabajando en la implementación de un botón para que te unas a esa plataforma. Somos 7 en Google+.

4. Encuesta Panchito
Vuelve en gloria y majestad la "Encuesta Panchito". Durante octubre y noviembre mantendré una encuesta en mi blog, donde podrás dejarme tu impresión. La pregunta es: "¿Te ha gustado el nuevo look de Donde Panchito?". Espero tu voto :)

Espero que estos cambios hayan sido de su agrado. La plantilla está a prueba, por lo que está sujeta a modificaciones. ¡Gracias a todos quienes forman parte de este pequeño lugar llamado Donde Panchito, y que han contribuído a llegar a la histórica cifra de 110 mil visitas! Ya tengo artículos en borrador, que darán a luz durante los siguientes días. Así que no dejes de visitar Donde Panchito, comenta qué te parece lo que escribo y compártelo con tus amigos. ¡Nos vemos!
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miércoles, 22 de agosto de 2012

179. Experiencias de un simple cajero 5

Después de varias semanas, creo que ya tengo experiencias suficientes como para escribir la quinta parte de "Experiencias de un simple cajero". Ponte cómodo: espero que te gusten

Si es la primera vez que lees esta sección, te invito a que leas las cuatro partes anteriores:
Ya han pasado más de dos años desde que entré como cajero en un supermercado. Experiencias tengo por montones, pero por tiempo no puedo escribir todas. Aparte, con el correr del tiempo, muchas de ellas se me olvidan. Sin embargo, desde el 1 de julio pasado, ya no soy cajero, sino supervisor de cajas. Claro está, las responsabilidades son mayores, pero la paga es mejor, jejeje. La cosa es que, desde que asumí como supervisor, las experiencias se han multiplicado. Es por eso que debo escribir la quinta parte de Experiencias de un simple cajero para contarles algunas historias interesantes que me han pasado, tanto como cajero, como supervisor de cajas.

Ups, se me cayó la carne
Chispas, la carne :D
No solamente experiencias lindas y desastrosas ocurren en el supermercado. También hay algunas que pasan a ser ridículamente graciosas. Eso me pasó un día mientras atendía un cliente. Entre los productos que llevaba, había un trozo de carne, de unos 3 kilos de peso. Marco el código de barras que tenía puesto en el sato. Hasta ahí, todo bien, todo normal. Pero, al levantar la bolsa jalándola hacia arriba, la bolsa se rompió por abajo y toda la carne quedó desparramada en la caja. La escena fue muy graciosa - por favor, los que me conocen traten de imaginarse la cara que puse cuando quedé con la bolsa en la mano -, ya que por unos segundos quedé con la bolsa en el aire sin saber qué hacer.

El cliente, en vez de enfadarse - y con justa razón -, sólo atinó a reírse y me dijo: "No se preocupe, la lavo en casa". "Ufff, de la que me salvé", pensé yo. Lo más curioso es que, después de ese incidente, me pasó lo mismo con unas presas de pollo. Esa vez, eso sí, la señora se enojó conmigo, como si yo fuera el culpable de las bolsas tan chantas que fabrican ahora para poner la carne o el pollo al igual que las espectaculares bolsas que usan los empaques para envolver los productos, especialmente unas azules y cafés que usan en ciertos supermercados...

El bendito cheque
El año pasado, como les conté en su momento, el supermercado comenzó con un paro que nos obligó a trabajar con ruidos molestos de quienes protestaban y adaptarnos a los nuevos supervisores. En realidad, no sé por qué les cuento esto, siendo que la mini-historia no tiene nada que ver con los supervisores nuevos ni con la huelga... de hecho, ni siquiera sé qué pasó con el cheque, así que pasemos de largo.

Se metieron en mi gaveta
Nadie se mete con MI dinero 
Utilicemos la huelga entonces para dar a conocer una pequeña historia que me pasó justamente el primer día de huelga. Habían llegado los supervisores suplentes, que en realidad nunca me cayeron del todo bien. Yo ese día salía de vacaciones (justito justito), así que trabajé mis cinco horas y fui a que me hicieran arqueo. Al llegar a la sala de arqueo, los 5 supervisores nuevos llegaron y se metieron en mi gaveta a ordenar mi dinero y mis documentos, siendo que por regla general sólo el cajero tiene el derecho a ordenar SU dinero y SUS documentos. ¿Por qué? Pues, la respuesta está en lo que yo les dije a los supervisores cuando de súbito se metieron donde no debían. "¡¡Esta es mi gaveta, y nadie se mete en ella!! Si ustedes la ordenan y se me pierde dinero, le echaré la culpa a ustedes y ustedes deberán pagar la diferencia". 

Cuando dije eso, siguieron unos segundos ordenando mi gaveta hasta que, con sutileza, les quité mi gaveta y yo comencé a ordenarla. Al terminar, y luego que me hicieran arqueo, me dijeron que tenía un faltante de 15 mil pesos. "¿¡Cómo!? No puede ser, de hace meses que no pierdo tanto dinero en un solo día... No sé yo, pero esos 15 mil pesos deben aparecer", les dije.

Salí por un momento y, al volver, extrañamente aparecieron 5 mil pesos en mi gaveta. Me pareció muy raro todo, y por un momento pensé en salir dos veces más y así recuperar los 10 mil pesos que me faltaban XD en que los supervisores se estaban llevando mi dinero. Al fin y al cabo, se metieron en mi gaveta con mi dinero y yo les había advertido de lo que habían hecho. Finalmente, hastiado, dije: "Si a la vuelta de mis vacaciones no aparecen los 10mil pesos que me faltan, hablaremos en otros términos con el administrador del supermercado". Dicho esto, agarré mis cosas, mi bici, y me fui a disfrutar mis vacaciones.

¿Qué pasó al final? Al volver, curiosamente, en mi arqueo de ese día aparecía un sobrante de 32 pesos. Nadie hasta el día de hoy sabe qué pasó con los 10 mil pesos que se habían extraviado. Curioso, ¿no?

Métase la boleta
Y agradezco que era una dama...
Esta última experiencia me ocurrió ayer en mi turno de mañana. Todo esto ya como supervisor de cajas. Una de las cajeras le había cobrado 6 harinas a una señora, siendo que sólo llevaba 5. La señora estaba toda mojada puesto que se dio cuenta en su casa del error y, al volver al super, la pilló una nubada de proporciones. Al llegar yo a ver lo que pasaba, la clienta muy respetuosamente insultaba a la cajera... literalmente, la subía y la bajaba con insolencias de grueso calibre.

Al ver esto, intervine. "Buenos días señora" le dije. La señora me saludó como corresponde y me explicó la situación, diciendo que la cajera era "una ladrona de m..." (palabras de la mismísima clienta). Yo, respondiéndole, le dije: "Primero me deja de insultar a la cajera y luego hablamos de la solución a su problema". La clienta, amablemente, me respondió: "¿Y quién eres tú?". Le respondí: "Qué te importa oh" "Soy supervisor de cajas, señora, así que se me tranquiliza y le arreglaremos el condoro de la cajera problema". Comencé a hacer la nota de crédito (una nota de crédito es un documento en el cual modifico la boleta impresa para hacerle la devolución que corresponda). Luego de todo el trámite, la cajera le devolvió los 430 pesos que le cobró de más. Y ojo: la cajera humildemente PIDIO DISCULPAS.

Lo que me molestó fue que, la señora, muy lejos de aceptar las disculpas e irse a casa, siguió alegando: "Si hubiera venido mi esposo te habría sacado la chu..." increpaba a la cajera. "¿Sabe qué mas señora? - le respondí - Aquí tiene su dinero, hasta luego". Le entregué los 430 y la señora se iba alegando y maldiciendo a medio mundo. En eso, me doy media vuelta y le digo: "Señora, se le olvida su boleta". Y la muy educada mujer gritó: "Métetela por la r..." y se fue.

Qué manera de hacer el ridículo. Y lo que más me da pena, es al nivel que llegan algunas personas por míseros 430 pesos. ¿Es necesario llegar al insulto y al lenguaje obsceno para solucionar problemas? Está claro que la cajera cometió un error, pero ¿para qué denigrarla?

Insisto: no es fácil se cajero... y ahora agrego que no es fácil ser supervisor de cajas.

Esas son las experiencias que tengo para ustedes hoy. Espero poder retomar con más fuerza mi blog. Ahora ya debo pensar en la cara que tendrá mi blog durante el año 2013. Gracias por leer y nos vemos pronto aquí, Donde Panchito.

martes, 7 de agosto de 2012

178. Zanahoriando con Panchito

Hoy hablaremos de las zanahorias... claro está, no me gustan mucho que digamos, pero si transformamos las zanahorias en algo que sea muy dulce y rico de comer, cambia la cosa

Qué feliz me siento de, por fin, retomar mi blog. De a poco han llegado lectores para degustar de mis humildes artículos, y si tú eres uno de ellos, vayan mis gracias más sinceras. Sin sus visitas y comentarios, mi blog no tendría sentido.

¿Te llamó la atención el título de mi nueva entrega? Debes de suponer que "Zanahoriando" viene de la Zanahoria obvio, porque si fuera coliflor, el título diría "Colifloreando con Panchito", o si fuera manzana sería "Manzaneando con Panchito", o Castañas: "Castañeando con Panchito" XD... y es que este artículo tratará específicamente de las Zanahorias. Pero no hablaré así sin más de ella, sino que les contaré algo que marcó un hito en mi vida como joven que, dentro de algunos años más, planea independizarse y vivir su propia vida :)

Todo comenzó en Yungay

Yo en Yungay en el verano pasado
¿Pero qué diantres tiene que ver Yungay en todo esto? Para mi último viaje a Yungay (que realicé en julio pasado) visité la casa de mi fans N°1: Nicol. Estuve en su casa compartiendo con su familia y, en eso, comenzó a preparar un queque. "Será de zanahoria" me dijo. Yo nunca había probado un queque de zanahorias, por lo que me intrigaba saber qué sabor tenían, aunque debo reconocer que la zanahoria no es de mi agrado. Pero es bueno comerlo... dicen que hace bien para la vista.

Luego de una hora, el queque estaba listo. Sin embargo, sólo pude comer un trozo, puesto que para esas alturas me habían llenado de cosas ricas ahhhhh me agrada ir a donde mis amistades... me tratan tan bien :D Así que, como mencioné recién, sólo comí un pedazo de queque. Sin embargo, fue suficiente para encontrarlo delicioso y muuuuuuy rico.

Con mi Fans N°1 (hemos ocultado
su identidad para que no sea
identificada) XD
Ansioso, le pedí la receta a mi amiga Nicol. Gustosamente, me anotó los ingredientes, y luego me dio los pasos para hacer el famoso queque. ¡No hallaba la hora de poder hacerlo yo mismo en mi casa! Luego del queque, leseamos un buen rato en nuestros notebooks, riéndonos de fotos y de canciones, y me fui a la casa donde estaba alojándome en Yungay. Al otro día, me devolví a Concepción.

Preparando el riquísimo queque

Una vez en Concepción, en mi linda casa, guardé las zanahorias gigantes que gentilmente la familia de Nicol me regaló. Para que se hagan una idea, con las 6 zanahorias que me dieron, podría hacer fácilmente unas 25 zanahorias de las que venden acá en los negocios. Según me explicaba Nicol, las zanahorias gigantes son las que mandan al extranjero, y las chiquititas se quedan en Chile. Algo parecido sucede con las manzanas: las mejorcitas se las llevan y las peores se quedan. En fin... así no más es la cosa.

Durante 1 semana y media, no hallé tiempo para poder realizar mi tan ansiada receta. Pero eso cambió el miércoles recién pasado (es decir, el 1 de agosto). Como estaba lloviendo, aproveché de preparar de una vez el queque de Zanahoria. Y los resultados fueron sorprendentes. Veamos cómo se prepara.


QUEQUE DE ZANAHORIA
INGREDIENTES

- 2 zanahorias gigantes, o en su defecto, 4 chicas
- 3 huevos
- 3 tazas de harina
- 2 tazas de azúcar
- 1/2 taza de aceite
- Margarina
- 3 cucharadas soperas de leche en polvo, o en su defecto, leche líquida en proporción
- 4 cucharaditas de polvos de hornear
- 1 batidora XD





Nunca pensé que utilizaría mi blog como recetario de cocina, pero bueno... de algo hay que seguir escribiendo, ¿no? Pues bien, manos a la obra:

Primero, debes tener un bold (o un recipiente de plástico), donde pondrás los 3 huevos. Bátelos. Luego debes echar las dos tazas de azúcar y continuar batiendo hasta que el azúcar se mezcle con los huevos. Echa las zanahorias (previamente peladas y rayadas) y de ahí la harina. Ten cuidado de echar los ingredientes de a poco mientras sigues batiendo la mezcla. 

Echa la leche (prefiero la líquida, para que sea más fácil la mezcla homogénea de los ingredientes). Si utilizas leche líquida échala de a poco, de acuerdo a cómo se vaya comportando la mezcla. En este instante deberás agregar la margarina (en proporción a la mezcla). Sigue batiendo y, por último, pon el aceite en la mezcla. Deberás seguir batiendo unos momentos hasta que la masa sea consistente y esté lista para ser echada en los moldes de queque.

Ese molde sirve, secundariamente, para preparar huevos revueltos :D
Aparte, en un molde, debes echar el mantequillado (junto con harina, para que el queque no se pegue). Mientras, prende el horno para que se caliente. Verter la mezcla dentro del molde, pero procura no llenarlo, puesto que dentro del horno el queque se inflará y se saldrá del molde. Luego introdúcelo en el horno, y déjalo allí durante unos 40 a 50 minutos, dependiendo de la potencia del horno. NO abras el horno antes de ese tiempo, ya que el queque se hundirá y se irá todo a las pailas.

Estas instrucciones me resultaron a mí. En tu caso, si es que quieres hacerlo, dependerá de cuántas porciones, y de otras cosas que pueden influir en el queque. La cosa es que lo pasé excelente haciendo el queque. Cuando mis padres lo probaron, dijeron que estaba riquísimo. Incluso, mi padre mencionó que tenía mejor mano que mi mamá. Jajjajaja. Así que ahora no necesito a ninguna mujer para que me cocine, porque de a poco iré aprendiendo para cuando viva solo... a menos que llegue la indicada, pero eso es tema para otro artículo.

Espero que les haya gustado este pequeño artículo. Lo escribí mientras redacto otros artículos que tengo pendientes por ahí. Saludos! :)
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viernes, 27 de julio de 2012

177. Viajando con Panchito 8: Laja

Después de casi dos meses sin escribir ni una mísera palabra en mi blog, he vuelto a las andanzas. Y qué mejor que retomar mi blog con una de mis secciones favoritas: "Viajando con Panchito". Esta vez, les mostraré la ciudad de Laja, un importante centro de celulosa en el centro sur de Chile. Veamos qué tal me va

Uffff... Pobre blog mío: abandonado por dos meses. ¡Dos meses donde no escribí nada de nada! Sin mentirles, pensé muchas veces en cerrar definitivamente este lugar, básicamente por la falta de tiempo. Con decirles que ya no soy cajero part-time (medio tiempo). Hace casi un mes, subí a supervisor de cajas, y eso conlleva más trabajo y responsabilidades. Ahora trabajo a tiempo completo, y el tiempo libre lo dedico a asuntos espirituales. En esas condiciones, creí que lo mejor y lo más sabio era concluir esta etapa de mi vida como bloguero.

Sin embargo, había algo dentro de mí que me impedía hacer clic en "borrar blog". Algo que me decía que sin escribir, se muere algo de mí. Y pues que, con mucho esfuerzo, por fin salió a flote un nuevo artículo para ustedes, mis queridos lectores si es que queda alguno, porque lo más probable es que nadie visita mi blog después de dos meses de abandono absoluto. Y, curiosamente, es la continuación de mi anterior artículo. ¿Recuerdan que les hablé de Yungay, una pequeña ciudad que visité durante el verano de este año? Pues en aquellas vacaciones - mis primeras vacaciones que tomé de manera solitaria, sin mi familia -, también visite otra ciudad, ciudad que conoceremos brevemente en mi nuevo Viajando con Panchito: nos referimos a Laja.

¿Dónde queda Laja?

Laja desde el espacio :)

Laja es una ciudad ubicada a orillas de dos importantes ríos de la Región del Biobío: el Laja y el Biobío. De hecho, en esta ciudad se unen estos dos ríos, desapareciendo el río Laja, y continuando su curso hacia el mar el río Biobío. Su población, para el censo de 2002, es de 22.450 habitantes. Su nacimiento se debe a la construcción de una estación de ferrocarriles en 1871, formándose un poblado alrededor de éste, transformándose en lo que hoy es Laja (o La Laja).

Pues basta de datos técnicos. Quiero contarles la interesante odisea para llegar a esa ciudad, porque de que fue emocionante el viaje, lo fue. Sólo que no salió tal como pensaba que iba a salir este viaje. ¿Tienes tu equipaje listo? ¿Otra vez no tienes tus maletas? ¡Por Dios! ¿Hasta cuándo tendré que repetirte que cuando leas Viajando con Panchito automáticamente debes tener tu equipaje a tu lado? Uyyyy, apúrate y cógelas, que nos vamos....

El Corto del Laja

Para llegar a Laja, desde Concepción, tenemos dos alternativas. La primera, que es la más expedita, es tomando el tren llamado coloquialmente El corto del Laja, que une las ciudades de Talcahuano, Laja y, también, Renaico, en la Región de la Araucanía. Este tren hace un hermoso recorrido bordeando el río Biobío, llegando en 1 hora y un poquito más a Laja. La otra alternativa es yéndose por la Ruta de la Madera, hacia el sur. Pasando Nacimiento, doblar a la izquierda hacia el este, yendo a Los Ángeles. Luego doblar nuevamente a la izquierda hacia el norte y, pasando Santa Fe, llegamos a Laja. No sé cuánto se demora el recorrido, puesto que nunca lo he hecho.

Mi interesante viaje a Laja

Buses Gupa, trayecto Yungay - Los Ángeles (gentileza de Chilebuses.cl)

Entonces, ¿cómo llegue a Laja? Pues estaba en mis vacaciones en Yungay. Un día lunes, junto con un amigo, decidimos ir a Laja a ver unas amistades. Nos habían informado que salía un bus hacia Los Ángeles, al sur, a las 8 de la mañana. Así que nos acostamos temprano y, al otro día, nos fuimos al terminal de buses. Pero, ¡oh! A una cuadra de la calle principal, vimos al bus (empresa Gupa) yéndose. Eran un cuarto para las ocho.

Esperando el bus de las 11

Esperamos benditas y eternas tres horas, hasta las 11 de la mañana, para abordar el siguiente bus. Partimos con el pie izquierdo nuestro grandioso viaje. Pero aun nos esperaban más sorpresas...

Al las doce del día con treinta minutos llegamos a la ciudad de Los Ángeles. De ahí, debíamos ir al terminal de buses urbanos para abordar un bus con destino a Laja. Conseguimos uno para las 12:45pm. El bus iba atestado de personas y, por muy vergonzoso que sea contarlo, viajé todo el trayecto al lado de una señora que, al ir parada, no necesariamente me iba mostrando su mejor cara :S

¡Ups!

A las 2 de la tarde llegamos al terminal de Laja. De allí, hacia la derecha, en 2 cuadras, llegamos a la Plaza de Armas. La calle que ves, ancha y espaciosa, es la avenida principal de Laja: Balmaceda. Allí se encuentra todo el comercio.

Calle Balmaceda (tomado de wikipedia)

La plaza de Laja

Su economía depende, en gran parte, de la celulosa que se encuentra en la salida sur de la ciudad (la verás al entrar a Laja si tomas la segunda opción que te mencioné). Esta celulosa fue el causante de una gran explosión de su población a mitades del siglo XX, de unos 2.000 habitantes a más de 20.000 en poco tiempo. En el verano, la celulosa organizaba, junto con el Rotary Club, el festival de la canción de Laja, donde por lo general venían algunos artistas que actuaban en el Festival de Viña del Mar. Actualmente ese festival no existe. En menor medida, también se vive del comercio y la agricultura.

La plaza es hermosa. Sólo tiene mucho tránsito por uno de sus lados, por lo que es una plaza muy tranquila para descansar y tomar sombra, especialmente si hay 38 grados como ese día. Allí llegó una amiga a buscarnos y subimos un cerro, donde vivían los tíos de ella. Allí almorzamos.

Lamentablemente, por culpa de la celulosa, los habitantes de la ciudad se han quejado constantemente de los malos olores. De hecho, te sugiero que, si vas a Laja, lleves una buena cantidad de perros para colgar ropa. Te lo aseguro: apenas sientas el olor de la industria, querrás ponerte un perro en la nariz XD

El puente ferroviario, el 2007, durante un paseo que di con mi curso electivo 

Otros lugares que, por tiempo, no pude visitar son el puente ferroviario que une Laja con San Rosendo, las lagunas "La Señoraza" y "Negra", y la confluencia de los ríos Biobío y Laja, cerca del puente anteriormente mencionado.

A las 6.15 de la tarde comenzamos el viaje de vuelta. Regresábamos justito a la hora, puesto que a las 7 llegaríamos a Los Ángeles y, a esa misma hora, salía el último bus con destino a Yungay. El bus se atrasó puesto que se encontró con un accidente en la carretera y llegamos atrasados obvio, si venía atrasado llegamos atrasados ¡No me digas! Como era de suponerse, el bus se había ido y quedamos botados en Los Ángeles, y la noche se nos venía encima.

El bus tirado en la calle

Decidimos, con mi amigo, tomar un bus hasta Huépil (que queda a 13 kilómetros de Yungay) y ahí decidir qué hacer. Pero, justo ese bus que íbamos a tomar, estaban empujándolo, puesto que estaba con desperfectos mecánicos. Finalmente, el bus partió, nos subimos y comenzamos el recorrido de regreso a Yungay, salvo por un pequeñísimo detalle. Al poco andar el bus quedó en pana y nunca más se movió. Eran las 7.15 de la tarde.

Sufriendo porque el bus no partía

El bus estuvo en esas condiciones una hora, hora en la cual con mi amigo estuvimos leseando y conversando con dos pasajeras del bus, que estaban inmediatamente detrás de nosotros. Sacamos fotos y nos reímos. Pero la hora pasaba y el bus, el bendito bus, estaba detenido, y sin señales de que los maravillosos e intrépidos mecánicos altamente preparados para este tipo de emergencias, lograran solucionar el problema.

Cuando ya estaba a punto de tomar un bidón con bencina, rociar el bus y quemarlo con todos nosotros en el interior volverme loco, el bus partió y nos fuimos a las 8.30 de Los Ángeles rumbo a Huépil. Al llegar, nos bajamos y, como no habían más buses, comenzamos a caminar por la carretera para recorrer los 13 kilómetros que quedaban. Eran casi las 10 de la noche y el sol ya se había ocultado. 

Caminando por la noche 

Pronto sería de noche y la idea de caminar solos por la carretera me daba un poco de cosa ya que podía aparecer un ovni y raptarme hacia una dimensión extraña donde extraterrestres me harían su esclavo para sus inicuos proyectos de conquista de la tierra. Sin embargo, con el transcurso de los minutos encontré genial caminar tranquilamente por en medio del campo. Como casi ni pasaban vehículos, sólo escuchaba el canto de los grillos. ¡Espectacular!

Finalmente, luego de un poco más de una hora de caminata, una camioneta nos llevó gentilmente a Yungay. Llegamos a las 11.30 de la noche. ¡Qué viaje tan loco! Uno de los Viajando con Panchito más extremos que he tenido, por no decir el más extremo. En una siguiente edición, veremos lo que significa quedar botado en medio de la patagonia en la noche, sin bencina y sin un mapa. ¡Hasta entonces!

Hice dedo, pero nadie me pescó :(

lunes, 28 de mayo de 2012

176. Viajando con Panchito 7: Yungay

En una nueva entrega de mi sección favorita, saldremos de los límites de mi querida ciudad, Concepción, y nos iremos de viaje. Conoce por dónde anduve en mis últimas vacaciones donde por fin pude descansar del trabajo
Y nos vamos de viaje :D

Tenía muchas ganas de escribir un nuevo Viajando con Panchito. Como ya les he comentado en otras oportunidades, me encanta esta sección, donde les muestro alguno de los lugares donde he estado. Pensando y pensando, me acordé de que, tiempo atrás, les estaba relatando mis vacaciones 2008, pero quedaron inconclusas. Y así quedarán, puesto que Viajando con Panchito reemplazará a las secciones Vacaciones Coihaique 2008 y Vacaciones Punta Arenas 2009, secciones que desaparecerán de este blog.



La última vez que escribí en esta sección, les relaté mi experiencia en la visita a la Plaza Acevedo, conocida por sus gigantescos dinosaurios al aire libre. También les había comentado la posibilidad de salir de los perímetros de Concepción. Y pues hoy lo haremos: saldremos de Concepción y nos iremos hacia la cordillera. Hoy marcamos un hito en Viajando con Panchito: nos vamos de viaje y visitaremos nuevos lugares, lugares que quizás tú ni siquiera sabes que existen. ¿Tienes tu equipaje listo? Shhhh, ¿otra vez no lo tienes listo? Por la mismísima... Sabes que cuando hacemos el bendito Viajando con Panchito tienes que traer tu equipaje pos, ya apúrate, queda poco tiempo ¡Qué bien! Entonces ponte cómodo: nos vamos a Yungay.

Yungay

Pues bien, si mal no recordarán, en mis pasadas vacaciones de febrero fui a dos ciudades cerca de Concepción: una es Laja, y la otra es Yungay. Esta última queda aproximadamente a unos 120 kilómetros al este de Concepción. Su población (la ciudad en sí) es de 9.288 habitantes (según el censo de 2002). Dentro de la comuna podemos encontrar otros pueblos, como Campanario (con 2.181 habitantes) y Cholguán (482 habitantes). El nombre Yungay, se debe a la Batalla de Yungay, donde el ejército de Chile le ganó a la Confederación Perú-Boliviana. Se fundó el 20 de enero de 1842.

Pensando durante el viaje

Para llegar desde Concepción deberás tomar la Av. General Bonilla y continuar derecho por la ruta 146 hasta Cabrero. Luego de pasar sobre la carretera Panamericana, continuar derecho durante unos 30 km. hasta Cholguán donde, en una rotonda, tomar la tercera salida y, en 6 kilómetros, se llega a Yungay. Hay que pasar por dos peajes, debido a que la carretera casi en su totalidad es concesionada.

Bueno, yo fui en bus, así que no tuve que ir mirando ninguna señal de tránsito para poder llegar ni pagar ningún peso para los peajes.

En la Plaza de Yungay

La plaza, el día en que me vine a Conce

Entre los lugares para visitar podemos encontrar la Plaza de Armas, mucho más frondosa que la de Concepción (recordemos que en Concepción se sacaron algunos árboles para la construcción de los estacionamientos subterráneos). A media cuadra de la plaza encontrarás una heladería, con unos exquisitos helados de plátano para pasar el calor. Si vas en verano el calor es extremo. Durante los 9 días que estuve allá, nunca bajamos de los 30 grados como máxima, llegando a increíbles 37 grados imagínate cómo estaba yo allá... parecía sauna ese pueblo: ¡Bajé 5 kilos! Lo que pasa es que no se me nota porque comí mucho allá XD

Un rico helado

Es común que se instalen ferias artesanales en la Plaza, y se realicen conciertos musicales a todo volumen frente a la municipalidad para conmemorar diversos hitos de la ciudad.

Hacia el sur, a algunos kilómetros, podemos encontrar el Río Cholguán, un hermoso río que baja desde la cordillera. Allí se puede disfrutar de un pequeño lugar para picnic construido precariamente por un dueño de unos de los terrenos que colindan con el río, el cual cobra por pasar por su terreno y así llegar al río. Si no quieres pagarle, deberás buscar algún paso de servidumbre (que no hallamos, pero debería haber uno), para acceder al río. Algunas fotos:





Yungay cuenta con los servicios básicos: banco, hospital, estadio, y hay líneas de buses directo a las grandes ciudades (Concepción, Chillán, Los Ángeles). Si bien es cierto, a mi juicio, no es una ciudad netamente turística, sí tiene lugares hermosos para visitar.

¡Ah! Como detalle, y no sé si siempre será así, en febrero se instaló el gran Circo del Sol. Recuerdo que un día, viniendo de casa de una amiga, pasé en frente de la carpa a eso de la media noche, y estaban en función. No habían más de 15 personas viendo el espectáculo :S

Algunos personajes del circo


Si tienes tiempo y dinero, puedes ir por el día a esa ciudad. El pasaje cuesta $2.300 (en 2012) y el viaje toma alrededor de una hora y media. A mi me gustó esa ciudad, y cada vez que puedo, vuelvo para allá, aparte que hice buenas amistades

Pero, quedó la otra ciudad en el tintero. En la próxima entrega de Viajando con Panchito seguiremos nuestro viaje, rumbo a Laja. Gracias por leerme y nos vemos pronto aquí, en Donde Panchito.

No me quería devolver, pero Concepción me esperaba XD