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| A comprar se ha dicho :D |
A pesar de todos los problemas que he tenido al tratar con los clientes, me gusta ser cajero. Y a pesar de que he tenido experiencias desabridas, que por algunos instantes me han hecho pensar en abandonar este oficio, hay otras experiencias y otros sucesos que me hacen feliz y que me empujan a seguir trabajando como cajero. En esta tercera parte sólo tocaré experiencias positivas y curiosas que me ha tocado vivir en estos 18 meses pasando productos por caja.
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Contenido del artículo (?) |
"Me dio mucho gusto pasar por aquí"
Llevaba aproximadamente unos 5 meses trabajando cuando pasó una abuelita muy simpática junto a una jovencita, que debo suponer que era su nieta. Llevaba un carro llenado a la mitad. La saludé de manera cortés y comencé a pasar los productos. La abuelita me miraba atentamente y, cuando la compra estaba realizada, me dice: "¿Sabe? Primera vez que me atiende un cajero varón ni modo que sea cajero mujer :P, pero se entiende, y me dio mucho gusto pasar por aquí. Te felicito hijo: dejaré un mensajito a tus jefes indicando que eres un buen chico". Mis ojos se iluminaron. Le agradecí a la señora por su amabilidad y claro, después leí en el libro de reclamos que me había dejado una notita hablando muy bien de mí. :D
Con gente así, da gusto trabajar. Es verdad que cada uno tiene sus problemas, y por ejemplo, ayer estaba agotadísimo mentalmente atendiendo a la gente, y no con muy buen ánimo. Pero ambas partes, tanto clientes como cajeros, debemos dar lo mejor de nosotros mismos y así la cosa se pone más amena e, incluso, más entretenida.
"A mí tampoco me sirven"
Un grupo de jóvenes fueron al supermercado a comprar cosas para lo que ellos llaman carrete. Pasaron por mi caja con cervezas, vinos y algunas cosas para comer. No me acuerdo cuánto les salió, pero recuerdo que terminaba en 16. Supongamos que les haya costado $5216. Ellos me entregaron todo con sencillo. Entre todo ese sencillo venían 16 monedas de $1. Por mi no había ningún problema. De hecho, esas monedas me sirven para los clientes que me exigen el vuelto exacto. Lo que sí me molestó un poquito fue que, mientras me entregaban los $16, se burlaban de mí, diciendo que no me servirían de nada esas monedas y que me iba a faltar plata en la caja. Yo guardé silencio.
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| Un peso |
Cuando se iban, uno de los chicos se acordó que debían llevar otros productos. Cuando llegaron a mi caja nuevamente, me pagaron, y el vuelto curiosamente fue de $16. Yo, tranquilamente, procedí a devolverles una por una las 16 monedas de $1 que burlescamente me habían dado en la compra anterior. Incrédulos, al ver el vuelto, me dijeron: "A nosotros no nos sirven estas monedas". Los miré y, con una pequeña sonrisa, les respondí: "A mí tampoco, ahí tienen su vuelto. Muchas gracias". Calladitos, se fueron del supermercado.
"Qué honrado es usted"
En mi familia, y en la congregación a la cual asisto, me han enseñado desde niño a ser honrado. La Biblia nos insta a "comportarnos honradamente en todas las cosas" (Hebreos 13:18 TNM). Y algo relacionado con la honradez me pasó en la caja 11.
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| Los billetes se pegan con facilidad |
Un caballero pasó por mi caja y me pasó un billete de $10.000 de más. Los conté como cinco veces para asegurarme que de verdad me había pasado un billete de más. "Caballero - le dije -, me está pasando un billete de más". El caballero quedó asombrado y me dijo: "Qué honrado es usted". Casualmente, en la fila, estaba mi hermano mayor comprando y dijo: "Es que él es de tal religión"*. Cuando el caballero supo, se puso feliz y dijo: "Ojalá que todos fueran como ustedes de esa religión. El mundo sería distinto".
Fui muy feliz.
Se vienen más experiencias
Para mí es imposible no llevarme bien con mis compañeros de trabajo. Y es que cuando pasas buena parte de la tarde metido en medio de ellos, suceden cosas que quedan grabados entre nosotros y que nos unen como personas. Así como a mí me han pasado tantas experiencias, a mis compañeros/as de trabajo también les ha sucedido lo suyo. Y las tallas que nos tiramos en la sala de arqueo se recuerdan durante meses.
Me encanta mi trabajo. E intento no olvidar todas las vivencias que he tenido en este tiempo para poder escribirlas en mi blog. Así que no te pierdas más de estas historias en los siguientes artículos de la sección "Experiencias de un simple cajero". ¡Saludos!






