179. Experiencias de un simple cajero 5

Después de varias semanas, creo que ya tengo experiencias suficientes como para escribir la quinta parte de "Experiencias de un simple cajero". Ponte cómodo: espero que te gusten

Si es la primera vez que lees esta sección, te invito a que leas las cuatro partes anteriores:
Ya han pasado más de dos años desde que entré como cajero en un supermercado. Experiencias tengo por montones, pero por tiempo no puedo escribir todas. Aparte, con el correr del tiempo, muchas de ellas se me olvidan. Sin embargo, desde el 1 de julio pasado, ya no soy cajero, sino supervisor de cajas. Claro está, las responsabilidades son mayores, pero la paga es mejor, jejeje. La cosa es que, desde que asumí como supervisor, las experiencias se han multiplicado. Es por eso que debo escribir la quinta parte de Experiencias de un simple cajero para contarles algunas historias interesantes que me han pasado, tanto como cajero, como supervisor de cajas.

Ups, se me cayó la carne
Chispas, la carne :D
No solamente experiencias lindas y desastrosas ocurren en el supermercado. También hay algunas que pasan a ser ridículamente graciosas. Eso me pasó un día mientras atendía un cliente. Entre los productos que llevaba, había un trozo de carne, de unos 3 kilos de peso. Marco el código de barras que tenía puesto en el sato. Hasta ahí, todo bien, todo normal. Pero, al levantar la bolsa jalándola hacia arriba, la bolsa se rompió por abajo y toda la carne quedó desparramada en la caja. La escena fue muy graciosa - por favor, los que me conocen traten de imaginarse la cara que puse cuando quedé con la bolsa en la mano -, ya que por unos segundos quedé con la bolsa en el aire sin saber qué hacer.

El cliente, en vez de enfadarse - y con justa razón -, sólo atinó a reírse y me dijo: "No se preocupe, la lavo en casa". "Ufff, de la que me salvé", pensé yo. Lo más curioso es que, después de ese incidente, me pasó lo mismo con unas presas de pollo. Esa vez, eso sí, la señora se enojó conmigo, como si yo fuera el culpable de las bolsas tan chantas que fabrican ahora para poner la carne o el pollo al igual que las espectaculares bolsas que usan los empaques para envolver los productos, especialmente unas azules y cafés que usan en ciertos supermercados...

El bendito cheque
El año pasado, como les conté en su momento, el supermercado comenzó con un paro que nos obligó a trabajar con ruidos molestos de quienes protestaban y adaptarnos a los nuevos supervisores. En realidad, no sé por qué les cuento esto, siendo que la mini-historia no tiene nada que ver con los supervisores nuevos ni con la huelga... de hecho, ni siquiera sé qué pasó con el cheque, así que pasemos de largo.

Se metieron en mi gaveta
Nadie se mete con MI dinero 
Utilicemos la huelga entonces para dar a conocer una pequeña historia que me pasó justamente el primer día de huelga. Habían llegado los supervisores suplentes, que en realidad nunca me cayeron del todo bien. Yo ese día salía de vacaciones (justito justito), así que trabajé mis cinco horas y fui a que me hicieran arqueo. Al llegar a la sala de arqueo, los 5 supervisores nuevos llegaron y se metieron en mi gaveta a ordenar mi dinero y mis documentos, siendo que por regla general sólo el cajero tiene el derecho a ordenar SU dinero y SUS documentos. ¿Por qué? Pues, la respuesta está en lo que yo les dije a los supervisores cuando de súbito se metieron donde no debían. "¡¡Esta es mi gaveta, y nadie se mete en ella!! Si ustedes la ordenan y se me pierde dinero, le echaré la culpa a ustedes y ustedes deberán pagar la diferencia". 

Cuando dije eso, siguieron unos segundos ordenando mi gaveta hasta que, con sutileza, les quité mi gaveta y yo comencé a ordenarla. Al terminar, y luego que me hicieran arqueo, me dijeron que tenía un faltante de 15 mil pesos. "¿¡Cómo!? No puede ser, de hace meses que no pierdo tanto dinero en un solo día... No sé yo, pero esos 15 mil pesos deben aparecer", les dije.

Salí por un momento y, al volver, extrañamente aparecieron 5 mil pesos en mi gaveta. Me pareció muy raro todo, y por un momento pensé en salir dos veces más y así recuperar los 10 mil pesos que me faltaban XD en que los supervisores se estaban llevando mi dinero. Al fin y al cabo, se metieron en mi gaveta con mi dinero y yo les había advertido de lo que habían hecho. Finalmente, hastiado, dije: "Si a la vuelta de mis vacaciones no aparecen los 10mil pesos que me faltan, hablaremos en otros términos con el administrador del supermercado". Dicho esto, agarré mis cosas, mi bici, y me fui a disfrutar mis vacaciones.

¿Qué pasó al final? Al volver, curiosamente, en mi arqueo de ese día aparecía un sobrante de 32 pesos. Nadie hasta el día de hoy sabe qué pasó con los 10 mil pesos que se habían extraviado. Curioso, ¿no?

Métase la boleta
Y agradezco que era una dama...
Esta última experiencia me ocurrió ayer en mi turno de mañana. Todo esto ya como supervisor de cajas. Una de las cajeras le había cobrado 6 harinas a una señora, siendo que sólo llevaba 5. La señora estaba toda mojada puesto que se dio cuenta en su casa del error y, al volver al super, la pilló una nubada de proporciones. Al llegar yo a ver lo que pasaba, la clienta muy respetuosamente insultaba a la cajera... literalmente, la subía y la bajaba con insolencias de grueso calibre.

Al ver esto, intervine. "Buenos días señora" le dije. La señora me saludó como corresponde y me explicó la situación, diciendo que la cajera era "una ladrona de m..." (palabras de la mismísima clienta). Yo, respondiéndole, le dije: "Primero me deja de insultar a la cajera y luego hablamos de la solución a su problema". La clienta, amablemente, me respondió: "¿Y quién eres tú?". Le respondí: "Qué te importa oh" "Soy supervisor de cajas, señora, así que se me tranquiliza y le arreglaremos el condoro de la cajera problema". Comencé a hacer la nota de crédito (una nota de crédito es un documento en el cual modifico la boleta impresa para hacerle la devolución que corresponda). Luego de todo el trámite, la cajera le devolvió los 430 pesos que le cobró de más. Y ojo: la cajera humildemente PIDIO DISCULPAS.

Lo que me molestó fue que, la señora, muy lejos de aceptar las disculpas e irse a casa, siguió alegando: "Si hubiera venido mi esposo te habría sacado la chu..." increpaba a la cajera. "¿Sabe qué mas señora? - le respondí - Aquí tiene su dinero, hasta luego". Le entregué los 430 y la señora se iba alegando y maldiciendo a medio mundo. En eso, me doy media vuelta y le digo: "Señora, se le olvida su boleta". Y la muy educada mujer gritó: "Métetela por la r..." y se fue.

Qué manera de hacer el ridículo. Y lo que más me da pena, es al nivel que llegan algunas personas por míseros 430 pesos. ¿Es necesario llegar al insulto y al lenguaje obsceno para solucionar problemas? Está claro que la cajera cometió un error, pero ¿para qué denigrarla?

Insisto: no es fácil se cajero... y ahora agrego que no es fácil ser supervisor de cajas.

Esas son las experiencias que tengo para ustedes hoy. Espero poder retomar con más fuerza mi blog. Ahora ya debo pensar en la cara que tendrá mi blog durante el año 2013. Gracias por leer y nos vemos pronto aquí, Donde Panchito.

178. Zanahoriando con Panchito

Hoy hablaremos de las zanahorias... claro está, no me gustan mucho que digamos, pero si transformamos las zanahorias en algo que sea muy dulce y rico de comer, cambia la cosa

Qué feliz me siento de, por fin, retomar mi blog. De a poco han llegado lectores para degustar de mis humildes artículos, y si tú eres uno de ellos, vayan mis gracias más sinceras. Sin sus visitas y comentarios, mi blog no tendría sentido.

¿Te llamó la atención el título de mi nueva entrega? Debes de suponer que "Zanahoriando" viene de la Zanahoria obvio, porque si fuera coliflor, el título diría "Colifloreando con Panchito", o si fuera manzana sería "Manzaneando con Panchito", o Castañas: "Castañeando con Panchito" XD... y es que este artículo tratará específicamente de las Zanahorias. Pero no hablaré así sin más de ella, sino que les contaré algo que marcó un hito en mi vida como joven que, dentro de algunos años más, planea independizarse y vivir su propia vida :)

Todo comenzó en Yungay

Yo en Yungay en el verano pasado
¿Pero qué diantres tiene que ver Yungay en todo esto? Para mi último viaje a Yungay (que realicé en julio pasado) visité la casa de mi fans N°1: Nicol. Estuve en su casa compartiendo con su familia y, en eso, comenzó a preparar un queque. "Será de zanahoria" me dijo. Yo nunca había probado un queque de zanahorias, por lo que me intrigaba saber qué sabor tenían, aunque debo reconocer que la zanahoria no es de mi agrado. Pero es bueno comerlo... dicen que hace bien para la vista.

Luego de una hora, el queque estaba listo. Sin embargo, sólo pude comer un trozo, puesto que para esas alturas me habían llenado de cosas ricas ahhhhh me agrada ir a donde mis amistades... me tratan tan bien :D Así que, como mencioné recién, sólo comí un pedazo de queque. Sin embargo, fue suficiente para encontrarlo delicioso y muuuuuuy rico.

Con mi Fans N°1 (hemos ocultado
su identidad para que no sea
identificada) XD
Ansioso, le pedí la receta a mi amiga Nicol. Gustosamente, me anotó los ingredientes, y luego me dio los pasos para hacer el famoso queque. ¡No hallaba la hora de poder hacerlo yo mismo en mi casa! Luego del queque, leseamos un buen rato en nuestros notebooks, riéndonos de fotos y de canciones, y me fui a la casa donde estaba alojándome en Yungay. Al otro día, me devolví a Concepción.

Preparando el riquísimo queque

Una vez en Concepción, en mi linda casa, guardé las zanahorias gigantes que gentilmente la familia de Nicol me regaló. Para que se hagan una idea, con las 6 zanahorias que me dieron, podría hacer fácilmente unas 25 zanahorias de las que venden acá en los negocios. Según me explicaba Nicol, las zanahorias gigantes son las que mandan al extranjero, y las chiquititas se quedan en Chile. Algo parecido sucede con las manzanas: las mejorcitas se las llevan y las peores se quedan. En fin... así no más es la cosa.

Durante 1 semana y media, no hallé tiempo para poder realizar mi tan ansiada receta. Pero eso cambió el miércoles recién pasado (es decir, el 1 de agosto). Como estaba lloviendo, aproveché de preparar de una vez el queque de Zanahoria. Y los resultados fueron sorprendentes. Veamos cómo se prepara.


QUEQUE DE ZANAHORIA
INGREDIENTES

- 2 zanahorias gigantes, o en su defecto, 4 chicas
- 3 huevos
- 3 tazas de harina
- 2 tazas de azúcar
- 1/2 taza de aceite
- Margarina
- 3 cucharadas soperas de leche en polvo, o en su defecto, leche líquida en proporción
- 4 cucharaditas de polvos de hornear
- 1 batidora XD





Nunca pensé que utilizaría mi blog como recetario de cocina, pero bueno... de algo hay que seguir escribiendo, ¿no? Pues bien, manos a la obra:

Primero, debes tener un bold (o un recipiente de plástico), donde pondrás los 3 huevos. Bátelos. Luego debes echar las dos tazas de azúcar y continuar batiendo hasta que el azúcar se mezcle con los huevos. Echa las zanahorias (previamente peladas y rayadas) y de ahí la harina. Ten cuidado de echar los ingredientes de a poco mientras sigues batiendo la mezcla. 

Echa la leche (prefiero la líquida, para que sea más fácil la mezcla homogénea de los ingredientes). Si utilizas leche líquida échala de a poco, de acuerdo a cómo se vaya comportando la mezcla. En este instante deberás agregar la margarina (en proporción a la mezcla). Sigue batiendo y, por último, pon el aceite en la mezcla. Deberás seguir batiendo unos momentos hasta que la masa sea consistente y esté lista para ser echada en los moldes de queque.

Ese molde sirve, secundariamente, para preparar huevos revueltos :D
Aparte, en un molde, debes echar el mantequillado (junto con harina, para que el queque no se pegue). Mientras, prende el horno para que se caliente. Verter la mezcla dentro del molde, pero procura no llenarlo, puesto que dentro del horno el queque se inflará y se saldrá del molde. Luego introdúcelo en el horno, y déjalo allí durante unos 40 a 50 minutos, dependiendo de la potencia del horno. NO abras el horno antes de ese tiempo, ya que el queque se hundirá y se irá todo a las pailas.

Estas instrucciones me resultaron a mí. En tu caso, si es que quieres hacerlo, dependerá de cuántas porciones, y de otras cosas que pueden influir en el queque. La cosa es que lo pasé excelente haciendo el queque. Cuando mis padres lo probaron, dijeron que estaba riquísimo. Incluso, mi padre mencionó que tenía mejor mano que mi mamá. Jajjajaja. Así que ahora no necesito a ninguna mujer para que me cocine, porque de a poco iré aprendiendo para cuando viva solo... a menos que llegue la indicada, pero eso es tema para otro artículo.

Espero que les haya gustado este pequeño artículo. Lo escribí mientras redacto otros artículos que tengo pendientes por ahí. Saludos! :)
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177. Viajando con Panchito 8: Laja

Después de casi dos meses sin escribir ni una mísera palabra en mi blog, he vuelto a las andanzas. Y qué mejor que retomar mi blog con una de mis secciones favoritas: "Viajando con Panchito". Esta vez, les mostraré la ciudad de Laja, un importante centro de celulosa en el centro sur de Chile. Veamos qué tal me va

Uffff... Pobre blog mío: abandonado por dos meses. ¡Dos meses donde no escribí nada de nada! Sin mentirles, pensé muchas veces en cerrar definitivamente este lugar, básicamente por la falta de tiempo. Con decirles que ya no soy cajero part-time (medio tiempo). Hace casi un mes, subí a supervisor de cajas, y eso conlleva más trabajo y responsabilidades. Ahora trabajo a tiempo completo, y el tiempo libre lo dedico a asuntos espirituales. En esas condiciones, creí que lo mejor y lo más sabio era concluir esta etapa de mi vida como bloguero.

Sin embargo, había algo dentro de mí que me impedía hacer clic en "borrar blog". Algo que me decía que sin escribir, se muere algo de mí. Y pues que, con mucho esfuerzo, por fin salió a flote un nuevo artículo para ustedes, mis queridos lectores si es que queda alguno, porque lo más probable es que nadie visita mi blog después de dos meses de abandono absoluto. Y, curiosamente, es la continuación de mi anterior artículo. ¿Recuerdan que les hablé de Yungay, una pequeña ciudad que visité durante el verano de este año? Pues en aquellas vacaciones - mis primeras vacaciones que tomé de manera solitaria, sin mi familia -, también visite otra ciudad, ciudad que conoceremos brevemente en mi nuevo Viajando con Panchito: nos referimos a Laja.

¿Dónde queda Laja?

Laja desde el espacio :)

Laja es una ciudad ubicada a orillas de dos importantes ríos de la Región del Biobío: el Laja y el Biobío. De hecho, en esta ciudad se unen estos dos ríos, desapareciendo el río Laja, y continuando su curso hacia el mar el río Biobío. Su población, para el censo de 2002, es de 22.450 habitantes. Su nacimiento se debe a la construcción de una estación de ferrocarriles en 1871, formándose un poblado alrededor de éste, transformándose en lo que hoy es Laja (o La Laja).

Pues basta de datos técnicos. Quiero contarles la interesante odisea para llegar a esa ciudad, porque de que fue emocionante el viaje, lo fue. Sólo que no salió tal como pensaba que iba a salir este viaje. ¿Tienes tu equipaje listo? ¿Otra vez no tienes tus maletas? ¡Por Dios! ¿Hasta cuándo tendré que repetirte que cuando leas Viajando con Panchito automáticamente debes tener tu equipaje a tu lado? Uyyyy, apúrate y cógelas, que nos vamos....

El Corto del Laja

Para llegar a Laja, desde Concepción, tenemos dos alternativas. La primera, que es la más expedita, es tomando el tren llamado coloquialmente El corto del Laja, que une las ciudades de Talcahuano, Laja y, también, Renaico, en la Región de la Araucanía. Este tren hace un hermoso recorrido bordeando el río Biobío, llegando en 1 hora y un poquito más a Laja. La otra alternativa es yéndose por la Ruta de la Madera, hacia el sur. Pasando Nacimiento, doblar a la izquierda hacia el este, yendo a Los Ángeles. Luego doblar nuevamente a la izquierda hacia el norte y, pasando Santa Fe, llegamos a Laja. No sé cuánto se demora el recorrido, puesto que nunca lo he hecho.

Mi interesante viaje a Laja

Buses Gupa, trayecto Yungay - Los Ángeles (gentileza de Chilebuses.cl)

Entonces, ¿cómo llegue a Laja? Pues estaba en mis vacaciones en Yungay. Un día lunes, junto con un amigo, decidimos ir a Laja a ver unas amistades. Nos habían informado que salía un bus hacia Los Ángeles, al sur, a las 8 de la mañana. Así que nos acostamos temprano y, al otro día, nos fuimos al terminal de buses. Pero, ¡oh! A una cuadra de la calle principal, vimos al bus (empresa Gupa) yéndose. Eran un cuarto para las ocho.

Esperando el bus de las 11

Esperamos benditas y eternas tres horas, hasta las 11 de la mañana, para abordar el siguiente bus. Partimos con el pie izquierdo nuestro grandioso viaje. Pero aun nos esperaban más sorpresas...

Al las doce del día con treinta minutos llegamos a la ciudad de Los Ángeles. De ahí, debíamos ir al terminal de buses urbanos para abordar un bus con destino a Laja. Conseguimos uno para las 12:45pm. El bus iba atestado de personas y, por muy vergonzoso que sea contarlo, viajé todo el trayecto al lado de una señora que, al ir parada, no necesariamente me iba mostrando su mejor cara :S

¡Ups!

A las 2 de la tarde llegamos al terminal de Laja. De allí, hacia la derecha, en 2 cuadras, llegamos a la Plaza de Armas. La calle que ves, ancha y espaciosa, es la avenida principal de Laja: Balmaceda. Allí se encuentra todo el comercio.

Calle Balmaceda (tomado de wikipedia)

La plaza de Laja

Su economía depende, en gran parte, de la celulosa que se encuentra en la salida sur de la ciudad (la verás al entrar a Laja si tomas la segunda opción que te mencioné). Esta celulosa fue el causante de una gran explosión de su población a mitades del siglo XX, de unos 2.000 habitantes a más de 20.000 en poco tiempo. En el verano, la celulosa organizaba, junto con el Rotary Club, el festival de la canción de Laja, donde por lo general venían algunos artistas que actuaban en el Festival de Viña del Mar. Actualmente ese festival no existe. En menor medida, también se vive del comercio y la agricultura.

La plaza es hermosa. Sólo tiene mucho tránsito por uno de sus lados, por lo que es una plaza muy tranquila para descansar y tomar sombra, especialmente si hay 38 grados como ese día. Allí llegó una amiga a buscarnos y subimos un cerro, donde vivían los tíos de ella. Allí almorzamos.

Lamentablemente, por culpa de la celulosa, los habitantes de la ciudad se han quejado constantemente de los malos olores. De hecho, te sugiero que, si vas a Laja, lleves una buena cantidad de perros para colgar ropa. Te lo aseguro: apenas sientas el olor de la industria, querrás ponerte un perro en la nariz XD

El puente ferroviario, el 2007, durante un paseo que di con mi curso electivo 

Otros lugares que, por tiempo, no pude visitar son el puente ferroviario que une Laja con San Rosendo, las lagunas "La Señoraza" y "Negra", y la confluencia de los ríos Biobío y Laja, cerca del puente anteriormente mencionado.

A las 6.15 de la tarde comenzamos el viaje de vuelta. Regresábamos justito a la hora, puesto que a las 7 llegaríamos a Los Ángeles y, a esa misma hora, salía el último bus con destino a Yungay. El bus se atrasó puesto que se encontró con un accidente en la carretera y llegamos atrasados obvio, si venía atrasado llegamos atrasados ¡No me digas! Como era de suponerse, el bus se había ido y quedamos botados en Los Ángeles, y la noche se nos venía encima.

El bus tirado en la calle

Decidimos, con mi amigo, tomar un bus hasta Huépil (que queda a 13 kilómetros de Yungay) y ahí decidir qué hacer. Pero, justo ese bus que íbamos a tomar, estaban empujándolo, puesto que estaba con desperfectos mecánicos. Finalmente, el bus partió, nos subimos y comenzamos el recorrido de regreso a Yungay, salvo por un pequeñísimo detalle. Al poco andar el bus quedó en pana y nunca más se movió. Eran las 7.15 de la tarde.

Sufriendo porque el bus no partía

El bus estuvo en esas condiciones una hora, hora en la cual con mi amigo estuvimos leseando y conversando con dos pasajeras del bus, que estaban inmediatamente detrás de nosotros. Sacamos fotos y nos reímos. Pero la hora pasaba y el bus, el bendito bus, estaba detenido, y sin señales de que los maravillosos e intrépidos mecánicos altamente preparados para este tipo de emergencias, lograran solucionar el problema.

Cuando ya estaba a punto de tomar un bidón con bencina, rociar el bus y quemarlo con todos nosotros en el interior volverme loco, el bus partió y nos fuimos a las 8.30 de Los Ángeles rumbo a Huépil. Al llegar, nos bajamos y, como no habían más buses, comenzamos a caminar por la carretera para recorrer los 13 kilómetros que quedaban. Eran casi las 10 de la noche y el sol ya se había ocultado. 

Caminando por la noche 

Pronto sería de noche y la idea de caminar solos por la carretera me daba un poco de cosa ya que podía aparecer un ovni y raptarme hacia una dimensión extraña donde extraterrestres me harían su esclavo para sus inicuos proyectos de conquista de la tierra. Sin embargo, con el transcurso de los minutos encontré genial caminar tranquilamente por en medio del campo. Como casi ni pasaban vehículos, sólo escuchaba el canto de los grillos. ¡Espectacular!

Finalmente, luego de un poco más de una hora de caminata, una camioneta nos llevó gentilmente a Yungay. Llegamos a las 11.30 de la noche. ¡Qué viaje tan loco! Uno de los Viajando con Panchito más extremos que he tenido, por no decir el más extremo. En una siguiente edición, veremos lo que significa quedar botado en medio de la patagonia en la noche, sin bencina y sin un mapa. ¡Hasta entonces!

Hice dedo, pero nadie me pescó :(

176. Viajando con Panchito 7: Yungay

En una nueva entrega de mi sección favorita, saldremos de los límites de mi querida ciudad, Concepción, y nos iremos de viaje. Conoce por dónde anduve en mis últimas vacaciones donde por fin pude descansar del trabajo
Y nos vamos de viaje :D

Tenía muchas ganas de escribir un nuevo Viajando con Panchito. Como ya les he comentado en otras oportunidades, me encanta esta sección, donde les muestro alguno de los lugares donde he estado. Pensando y pensando, me acordé de que, tiempo atrás, les estaba relatando mis vacaciones 2008, pero quedaron inconclusas. Y así quedarán, puesto que Viajando con Panchito reemplazará a las secciones Vacaciones Coihaique 2008 y Vacaciones Punta Arenas 2009, secciones que desaparecerán de este blog.



La última vez que escribí en esta sección, les relaté mi experiencia en la visita a la Plaza Acevedo, conocida por sus gigantescos dinosaurios al aire libre. También les había comentado la posibilidad de salir de los perímetros de Concepción. Y pues hoy lo haremos: saldremos de Concepción y nos iremos hacia la cordillera. Hoy marcamos un hito en Viajando con Panchito: nos vamos de viaje y visitaremos nuevos lugares, lugares que quizás tú ni siquiera sabes que existen. ¿Tienes tu equipaje listo? Shhhh, ¿otra vez no lo tienes listo? Por la mismísima... Sabes que cuando hacemos el bendito Viajando con Panchito tienes que traer tu equipaje pos, ya apúrate, queda poco tiempo ¡Qué bien! Entonces ponte cómodo: nos vamos a Yungay.

Yungay

Pues bien, si mal no recordarán, en mis pasadas vacaciones de febrero fui a dos ciudades cerca de Concepción: una es Laja, y la otra es Yungay. Esta última queda aproximadamente a unos 120 kilómetros al este de Concepción. Su población (la ciudad en sí) es de 9.288 habitantes (según el censo de 2002). Dentro de la comuna podemos encontrar otros pueblos, como Campanario (con 2.181 habitantes) y Cholguán (482 habitantes). El nombre Yungay, se debe a la Batalla de Yungay, donde el ejército de Chile le ganó a la Confederación Perú-Boliviana. Se fundó el 20 de enero de 1842.

Pensando durante el viaje

Para llegar desde Concepción deberás tomar la Av. General Bonilla y continuar derecho por la ruta 146 hasta Cabrero. Luego de pasar sobre la carretera Panamericana, continuar derecho durante unos 30 km. hasta Cholguán donde, en una rotonda, tomar la tercera salida y, en 6 kilómetros, se llega a Yungay. Hay que pasar por dos peajes, debido a que la carretera casi en su totalidad es concesionada.

Bueno, yo fui en bus, así que no tuve que ir mirando ninguna señal de tránsito para poder llegar ni pagar ningún peso para los peajes.

En la Plaza de Yungay

La plaza, el día en que me vine a Conce

Entre los lugares para visitar podemos encontrar la Plaza de Armas, mucho más frondosa que la de Concepción (recordemos que en Concepción se sacaron algunos árboles para la construcción de los estacionamientos subterráneos). A media cuadra de la plaza encontrarás una heladería, con unos exquisitos helados de plátano para pasar el calor. Si vas en verano el calor es extremo. Durante los 9 días que estuve allá, nunca bajamos de los 30 grados como máxima, llegando a increíbles 37 grados imagínate cómo estaba yo allá... parecía sauna ese pueblo: ¡Bajé 5 kilos! Lo que pasa es que no se me nota porque comí mucho allá XD

Un rico helado

Es común que se instalen ferias artesanales en la Plaza, y se realicen conciertos musicales a todo volumen frente a la municipalidad para conmemorar diversos hitos de la ciudad.

Hacia el sur, a algunos kilómetros, podemos encontrar el Río Cholguán, un hermoso río que baja desde la cordillera. Allí se puede disfrutar de un pequeño lugar para picnic construido precariamente por un dueño de unos de los terrenos que colindan con el río, el cual cobra por pasar por su terreno y así llegar al río. Si no quieres pagarle, deberás buscar algún paso de servidumbre (que no hallamos, pero debería haber uno), para acceder al río. Algunas fotos:





Yungay cuenta con los servicios básicos: banco, hospital, estadio, y hay líneas de buses directo a las grandes ciudades (Concepción, Chillán, Los Ángeles). Si bien es cierto, a mi juicio, no es una ciudad netamente turística, sí tiene lugares hermosos para visitar.

¡Ah! Como detalle, y no sé si siempre será así, en febrero se instaló el gran Circo del Sol. Recuerdo que un día, viniendo de casa de una amiga, pasé en frente de la carpa a eso de la media noche, y estaban en función. No habían más de 15 personas viendo el espectáculo :S

Algunos personajes del circo


Si tienes tiempo y dinero, puedes ir por el día a esa ciudad. El pasaje cuesta $2.300 (en 2012) y el viaje toma alrededor de una hora y media. A mi me gustó esa ciudad, y cada vez que puedo, vuelvo para allá, aparte que hice buenas amistades

Pero, quedó la otra ciudad en el tintero. En la próxima entrega de Viajando con Panchito seguiremos nuestro viaje, rumbo a Laja. Gracias por leerme y nos vemos pronto aquí, en Donde Panchito.

No me quería devolver, pero Concepción me esperaba XD

175. Top five de Donde Panchito

Vuelve la sección "Top Five de Donde Panchito". Sabremos cuáles han sido los artículos más leídos del último mes. También te recomendaré algunos artículos escritos en años anteriores
Donde Panchito

Hoy por fin vamos a retomar una sección que inicié hace mucho tiempo atrás y que tiene por finalidad ver cuáles son los artículos más leídos de Donde Panchito en el último tiempo. La idea es que esta sección, Top Five de Donde Panchito, no llegue a ser un fracaso más de la larga lista de secciones que tengo y que, de hace años que no agrego nuevos artículos.

Hace unas semanas pasamos la barrera de las cien mil visitas a mi blog. Este hecho aun me tiene contento, y trabajo arduamente para construir nuevos artículos que sean del interés de mis lectores. Esa no es una labor simple. De hecho, desde hace más de una semana que no he podido escribir ni siquiera algún bosquejo. Tengo que preocuparme de mis actividades seglares, espirituales y de otras índoles.

Pues bien, ¿cuáles han sido los cinco artículos más leídos de Donde Panchito en el último mes?
Basándonos en estas estadísticas, los artículos más leídos son justamente los escritos recientemente. Por eso, aparte de recomendarte a leer esos 5 artículos si es que no los has hecho, porque si ya lo hiciste ¿para qué leerlos? O quizás puedes leerlos de nuevo y, si no has comentado, lo puedes hacer, o tal vez... ¿sabes qué? Haz lo que quieras también :P , te recomiendo leer estos artículos que a mi me gustan:
Como última cosa, quizás te habrás dado cuenta de un pequeño cambio en la plantilla de mi blog. Éste se mantendrá hasta el 31 de diciembre de 2012. Saludos!

174. Sexto aniversario de Donde Panchito

Tener un blog en funcionamiento durante 6 años, no te la hace cualquiera. Somos muy pocos los que podemos decir: "Tengo un blog que escribo inniterrumpidamente desde el 2006". Pues, hoy, 16 de mayo, se cumplen 6 años desde que, en ese entonces un joven Panchito de 16 años, comenzó con esta aventurilla que hoy conoces como Donde Panchito
En este escritorio me inspiro y escribo en mi blog

Un día como hoy, hace 6 años atrás, por fin había cumplido mi sueño: estaba en pleno funcionamiento mi página web, en ese entonces Panchito On Line. ¡Cómo ha pasado el tiempo! En 6 años he logrado crear un blog atrayente, con un pequeño público fiel que lee todos mis artículos. ¡E incluso con dos fans N°1!

Si conoces la historia de Donde Panchito, sabrás que me ha costado un triunfo llegar a donde estoy hoy. Ponte cómodo: te contaré brevemente la historia de cómo Donde Panchito es lo que es hoy.

El gusto por los sitios web


Panchito, creador de este blog

Hace mucho tiempo atrás, cuando yo tenía sólo 10 añitos, miraba cómo mi hermano Andrés construía una página web, llamada SuperSitio, y la había subido a la red. Me entusiasmé tanto que, casi inmediatamente, comencé con la titánica misión de construir mi propio sitio web. Pero comprenderás que, a mis 10 años, sólo pensaba en jugar y jugar en el computador, por lo que nunca avancé de manera notable. Pero sí hubo algunos pequeños proyectos que nunca dieron a la luz en internet, pero fueron los primeros pasos para llegar a Donde Panchito:

1. Juegos.com (2001): Como en mi computador tenía muchos juegos de Nintendo y Super Nintendo, mi idea era compartir esos juegos en internet para que otros pudieran descargarlos. Pero a los pocos días abandoné el proyecto. Era engorroso hacer eso, además que ni siquiera sabía cómo hacerlo. Por último, el título de mi sitio se llamaría "Juegos.com", ¿y de dónde un niño de 11 años podría sacar plata para comprar un dominio .com? No digo yo... cosa de niños no más.

2. Francisco Albornoz (2001 - 2002): Si hay algo que sea extremadamente egocéntrico, es este intento de sitio web. ¿A quién diablos le interesaría mi vida en la internet? Claro, quizás muchos ahora se ríen de las experiencias que me suceden como cajero, o cuando tomo micro, pero... ¿la vida de un niño de 11 años? Jajajjaa, permítanme reírme.

3. El cuerpo humano (2002 - 2004): podríamos decir que este fue el primer proyecto serio que comencé a idear. Recuerdo que era azul el fondo y, como su título lo indica, trataría de nuestro hermoso cuerpo humano. Esta idea no fracasó: sólo cambió de nombre, a...

4. Megatareas (2004 - 2005): En este proyecto gasté mucho tiempo y energías. Fue el proyecto más maratónico y gigantesco que he creado, incluso más majestuoso que el actual Donde Panchito. Contenía un sinfín de información de diversas materias, para poder descargarlas y así ayudar a hacer las tareas del colegio. Una especie de Icarito modesto. Sin embargo, cuando llevaba un 15% del sitio construído, mi hermano Andrés quemó el disco duro y perdí toda la información.

Me desmoralicé y de ahí no intenté construir ninguna burrada más... al menos por un tiempo.

Panchito On Line: el precursor de Donde Panchito

A finales del año 2005, tan sólo unos cuantos meses después de la bufonada que hizo mi hermano, estaba en el colegio mirando el fotolog de una compañera. En eso me pregunté: "¿Por qué no te construyes uno?". Eso hice, pero fue una estupidez: sólo subí una foto y ya ni siquiera sé cómo recuperarla :P

Pero eso me impulsó nuevamente a intentarlo. Tras largos meses, y gracias a nuevamente mi hermano Andrés, quien me mencionó un servidor para construir sitios web on line, pude por fin, el 16 de mayo de 2006, específicamente a las 3 de la tarde (hace 6 años ya) abrir al mundo mi humilde página web. Su nombre: Panchito On Line.

Panchito On Line en agosto de 2007

Para construirlo, tuve que hacerlo en casa de mi tía, puesto que ese entonces no tenía internet banda ancha en mi casa. Sin embargo, a los pocos meses mi padre contrató internet y hasta el día de hoy puedo escribir gracias a ello, aunque yo aporto con la mitad de la cuenta cada mes. Pero, con el correr del tiempo, se me comenzó a hacer difícil seguir con Panchito On Line en aquel servidor, llamado Googlepages. La razón principal era porque todo estaba en inglés, y yo para inglés soy un cero a la izquierda.

Panchito On Line en "Página web Gratis"

Así, el 19 de agosto de 2007, me trasladé a Página web gratis. Ese cambio duró poco, ya que para ese entonces le estaba echando una miradita a Blogger. Y luego de pensarlo, y de descubrir que tener un blog era mucho más fácil que un sitio web, decidí crearme una cuenta y continuar con Panchito On Line en Blogger, pero con un pequeño cambio. Su nombre sería Donde Panchito, nombre que mantiene hasta hoy.

Donde Panchito en la actualidad

Han pasado 6 años desde que por allá por el año 2006 se dio el vamos a lo que actualmente es mi blog. Y me siento muy feliz por todos los logros que he tenido. Son 5 premios que he ganado en estos 6 años. La cantidad de visitas llega a más de 100 mil, y más de 700 comentarios en 206 artículos publicados, y somos 92 en la página oficial de mi blog en Facebook, y 3 en Google+ (puedes unirte a cualquiera de ellos). Con eso, me doy por satisfecho.

Donde Panchito, el 2 de septiembre de 2008

Como forma de agradecimiento, he decidido regalar dos marcadores para libros a quienes respondan una sencilla pregunta en el evento de Facebook "6to aniversario de Donde Panchito". Únete y participa. No es la gran cosa, pero algo es algo, ¿no?

Muchas gracias a cada uno de ustedes que visitan mi blog, que dejan su comentario o que, cuando me ven, me dicen que se ríen con mis experiencias. Eso me entusiasma a trabajar más para elaborar mejores artículos para deleite de mis lectores. ¿Te gustó mi blog? Compártelo con tus amigos, haz crecer este pequeño lugar. ¡Haz que más gente pueda leer lo que escribo! ¡¡Gracias y nos veremos donde siempre pues, Donde Panchito!!

PS: Si deseas conocer la historia completa de cómo surgió Donde Panchito, véase la página Acerca de, aquí mismo en Donde Panchito.

173. Experiencias de un simple cajero 4

Llevo casi 2 años trabajando como cajero. En ese trabajo he aprendido a cultivar la paciencia. También he vivido gratos momentos junto a mis compañeros y con clientes que son excelentes personas. Pero nadie puede negar que cada día la gente está más alterada que nunca. En este artículo, sólo les contaré dos experiencias curiosas que me han sucedido en el supermercado. Pero, además, meditaré un poco en lo difícil, sí, realmente difícil que es ser cajero hoy en día.




Una gaveta con dinero

Esto sucedió un día en que me tocó trabajar desde la apertura del supermercado, a las 9 de la mañana. Para poder abrir la caja, en ese entonces nos entregaban $50.000, divididos de la siguiente forma: $20.000 en billetes de mil, $10000 en monedas de $500, $10000 en monedas de $100, $4000 en monedas de $50, $1000 en monedas de $10, y $5000 en monedas surtidas o, en su defecto, un billete de $5000.

A las 9.03 de la mañana, apenas 3 minutos desde que abrió el supermercado, pasa la primera clienta con un paquete de galletas cuyo valor es de $89. Lo marco y, luego de indicarle que debe pagar $89, me pasa un billete de $20.000. Yo, atónito, le pregunté: "¿No tiene $100?". Su delicada respuesta fue: "No poh, necesito el sencillo, así que apúrate que estoy apurada". Incrédulo, le dije: "¿Acaso me vio cara de banco que quiere sencillo?". La señora me quedó mirando y, antes de que respondiera, le dije: "Yo no le voy a vender este producto, a menos que me pague con un billete de menor valor".

La señora siguió insistiendo hasta que, hartándome, le pasé el producto y me entregó los $20.000. "Un momento - le dije -, iré a conseguir un poco de sencillo y le doy el vuelto". Fui y, cuando volví, la señora no podía creerlo: volví con los $20.000, pero en monedas de $100, $50 y $10. Lentamente los acumulé en montoncitos de $1000. Cuando reuní los $19.911 de su vuelto, se lo metí todo en una bolsa, lo cerré cuidadosamente, y se lo entregué junto a su boleta: "Aquí tiene su sencillo, que tenga un lindo día, hasta luego". La señora, sin poder decirme nada, se fue.

Desde ese día ya no hago eso: cuando ocurre esos casos sencillamente no se vende.


Aquí fue puesta a prueba mi paciencia y mi honradez. Déjenme contarles. Me tocó la caja vecina a la caja express. A mi compañera de aquella caja le dijeron que cerrara su caja para poder ir a colación. Mientras, yo atendía un pedido de dos carros. En eso veo que se hacía filas en la caja express, que ya estaba cerrada. Mi compañera intentaba, en vano, hacer que un caballero se fuera de allí, argumentando que iba a colación. Se lo dijo dos veces, y el caballero no se movió. Luego de algunos segundos, le dije a mi compañera: "Pero, si ya le dijiste que la caja está cerrada, ¿para qué insistes? Sólo ándate a colar y listo".

El caballero se enojó, y dijo: "¡Tú no te metas, a tí te pagan por trabajar!". "Sí - le respondí -, pero no somos máquinas, y tenemos derecho a colación... como usted quizás ya comió, lo invito a que pase a mi caja y yo lo atiendo, pero después de terminar con este pedido". Molesto, el caballero se puso en mi fila, y seguía alegando. Yo, tranquilo, seguí con mi trabajo sin tomar en cuenta sus comentarios.

Cuando llegó a mi lado, me retó: "No seas intruso, tú no tení por qué meterte en donde no te llaman". Me tiró las cosas para que lo atendiera. Yo, tranquilamente y sin responder, le pasé los productos. Su vuelto se lo entregué en billetes de $1000 y monedas de $100 y $10, cosa que no le agradó. Sin embargo, no tenía otra forma de entregar su vuelto. Me quedó mirando furioso unos segundos y, al irse, se le cayó un billete de $1000.

Mil pesos

"Caballero - le dije -, disculpe que sea tan intruso, pero se le cayeron $1000 de su vuelto". La cara que puso al verme con el billete en mis manos sinceramente... no tiene precio. Se acercó y agarró el billete. Sin agradecerme, se fue con rumbo desconocido.


Estimado lector. Seguramente tú has ido a un supermercado y has tratado con algún cajero o cajera, y obviamente esperas que el trato sea de lo mejor. Pero también debes reconocer que nosotros esperamos lo mismo del cliente. Si un cliente llega malhumorado, gritando e insultando a diestra y siniestra, aunque estemos capacitados y seamos lo más pacientes posibles, no podemos aguantar todo porque somos humanos. Las cajas pueden fallar, el sistema se puede caer, y yo puedo equivocarme al pasar los productos. Todos erramos, y los sistemas de cajas fueron echas por humanos, por lo que también tienen errores.

A todo eso, súmale que tenemos una gran responsabilidad: manejamos millones de pesos todos los días y eso cualquiera no puede hacerlo. Tenemos que lidiar con filas interminables de personas que desean pasar lo más rápido posible, pero, si no lo sabes, no somos pulpos, y no podemos ir más rápido. ¡Qué mas quisiera yo ser super flash y así atender a todos rápidamente y que la fila se acabe! Pero los clientes pesados no entienden eso.

¡Qué ciertas las palabras del señor Felipe Pumarino! Él escribió lo siguiente en una columna del diario "Las Últimas Noticias" del 12 de mayo de 2012: "Lo que a menudo olvidamos es que con nuestro dinero no compramos el derecho a tiranizar a quien eventualmente nos presta un servicio. Las personas a quienes humillamos [como a los cajeros en un supermercado] cumplen responsabilidades complejas, suelen trabajar a comisión y tienen a su cargo grandes cantidades de plata que deben reponer si cometen cualquier error". (a continuación te dejo la columna para que la leas, haciendo clic sobre la foto). Y eso es verdad: una vez perdí $45.000 y me lo descontaron del sueldo.

La columna que quiero que leas

Pero pareciera ser que a la gente no le importa eso y nos tratan peor que a animales. Sino, miren este video encontrado en YouTube, donde una clienta insulta a una cajera porque una tarjeta no pasa por la caja. La cajera explota y le responde porque la presión ya no la puede aguantar más.

Vídeo: cajera sale de quicio por clienta histérica


Por favor, respétanos. Si eres una de esas personas que pierde la paciencia en una caja, compréndenos. No somos perfectos, ni supermáquinas. Tenemos la responsabilidad de manejar dinero, y eso nunca es fácil. Sé paciente y espera a que te atendamos. Si llegas con buena disposición, ten por seguro que yo, y todos mis colegas, te atenderán de la misma manera, y tú te irás con una sonrisa a tu casa y yo, con mi gaveta, me iré con una sonrisa a la sala de arqueo. :)