jueves, 28 de agosto de 2025

miércoles, 20 de agosto de 2025

465. ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas?


Hace unas semanas fallecieron dos personas muy queridas para mí, que marcaron varios años de mi vida. Al margen de lo triste del momento, todo lo vivido en esos días me llevó inevitablemente a una pregunta que todos deberíamos hacernos de vez en cuando: ¿qué estamos haciendo con nuestra vida?

No es fácil pensar en la muerte. De hecho, solemos evitarla como si nunca fuera a alcanzarnos, aunque sabemos que es lo único seguro que tenemos desde que nacimos. No se trata de obsesionarse con la idea, sino de recordar que el tiempo es limitado y preguntarnos si lo estamos usando en lo que realmente importa.

En el funeral de estas dos personas, cuyos discursos escuché por Zoom, no dejaba de pensar: "¿Qué hago yo con mi vida? ¿La estoy usando bien?". Y ahí me di cuenta de algo: amo vivir. Y creo que todos compartimos ese deseo de querer vivir para siempre. Esa chispa en nosotros nos recuerda que la vida es un regalo, y que vale la pena vivirla de la mejor manera posible.

El problema es que muchas veces corremos de un lado a otro, persiguiendo metas que, aunque importantes, no siempre llenan el corazón: dinero, fama, prestigio, placeres. No digo que esté mal tener sueños o disfrutar de cosas buenas como viajar o alcanzar un logro personal. El punto es el orden en que ponemos las prioridades. Porque al final, ¿qué vale más: tener éxito externo o tener una familia unida, buenos amigos y una relación profunda con Dios y con uno mismo?

La vida está hecha de momentos sencillos que no vuelven: una conversación con tu hijo, un abrazo sincero, una risa compartida con amigos, una oración en silencio. ¿De qué sirve acumular riquezas o reconocimientos si al final no tenemos tiempo para disfrutar de lo esencial?

La muerte nos recuerda que todos llegaremos al mismo destino. Y cuando eso ocurra, lo que quedará será la huella que dejamos en otros. No en cuántas cosas conseguimos, sino en cómo amamos, cómo acompañamos y cómo hicimos sentir a quienes caminaron con nosotros.

Por eso me lo pregunto con sinceridad: ¿cómo me recordarán el día que ya no esté? ¿Como alguien que corrió tras lo superficial, o como alguien que supo estar cerca de su familia, de sus amigos y de Dios?

Yo elijo vivir mi vida con calma. Trabajo, sí, porque es necesario. Pero también disfruto de mi esposa, de mi hija, de mis amigos, y de mi relación con Dios. Porque, de nada sirve ganar el mundo entero si al final se pierde lo más valioso.

Vale la pena detenerse un momento y preguntarse: ¿qué estamos haciendo con nuestra vida?

jueves, 14 de agosto de 2025

464. Viajando con Panchito y Evelyn 19: Talcamávida


Es hora de una nueva entrega de una de mis secciones que más me gustan: Viajando con Panchito y Evelyn. De hace tiempo que no escribo un artículo sobre mis viajes, y en esta ocasión quiero hablarles sobre un hermoso pueblo que queda aproximadamente a 1 hora de Concepción. Visitemos la localidad de Talcamávida.

Conociendo Talcamávida en nuestro aniversario


¿Se acuerda que, hace algún tiempo, les relaté sobre Quilacoya? Pues bien, después de ese pueblo, siguiendo el mismo camino, llegarás a Talcamávida. Claro, también se puede llegar en tren, utilizando el servicio "Corto del Laja" (actualmente "Tren Talcahuano - Laja"), bajándote en la estación homónima del pueblo.

Talcamávida (cuyo nombre significa "Montaña del trueno") está ubicada en la comuna de Hualqui, a 49 kilómetros de Concepción, siguiente la ruta Q-60-O hacia el sur de la provincia de Concepción. Es un lindo pueblo de unos 1000 habitantes. Con mi Eve fuimos para allá a quedarnos un fin de semana (estábamos cumpliendo 1 añito de casados) en unas cabañas que quedaban cerca del río Biobío.
Es un lugar muy tranquilo y campestre, ideal para desconectarse del ajetreo de la ciudad. Estuvimos allí 3 días. ¿Qué cosas conocimos de Talcamávida?

Lugares de interés


Plano de Talcamávida. El camino en rojo es la Ruta Q-60-O, que une Cabrero con Concepción por Yumbel y Rere.

En este artículo les contaré sobre los lugares que nosotros visitamos en aquella ocasión. Claro, hay muchos más, que pueden conocer ustedes mismos al visitar Talcamávida. (Más información en el artículo "Talcamávida" de Wikipedia).
  • Plaza de Armas: visitamos la plaza el sábado por la mañana y, la verdad, había su movimiento. En una de las calles aledañas se instala una feria donde venden sus productos varios locatarios y agricultores. La plaza la sentí como si la hubieran renovado no hace mucho. Es hermosa. Tiene muchos árboles y está muy bien cuidada.





  • Laguna Rayencura: ubicada en la zona oeste del pueblo, entrando a Talcamávida desde Unihue. Recuerdo cuando chico ir varias veces desde Quilacoya a esta laguna para refrescarme en las calurosas tardes de verano. Para cuando fuimos en nuestro aniversario, lamentablemente nos percatamos que estaba algo mal cuidada. En realidad, nunca hallamos una entrada para poder ver la laguna en todo su esplendor. Sólo accedimos a un trozo pequeño de playa por un camino de ripio junto a la posta del pueblo. Esa semana había llovido así que había un poco de barro. Igual admiramos algo de esta laguna.


  • Estación de tren: el tren es algo muy importante y está ligado a Talcamávida, al igual que para Quilacoya. La estación queda en el sur del pueblo, cerca de la plaza. Recorrimos sus antiguos trenes, que están oxidándose frente al paso del tiempo. Es un bonito lugar como para recordar años gloriosos del ferrocarril. Cuando chico viajé mucho en tren para ir a esos lugares en verano y, la verdad, me dio mucha nostalgia ver los trenes abandonados a su suerte.






Además, existe el fuerte de Talcamávida, que no pudimos ir a ver en esa ocasión.

Un pueblo lindo para visitar


El pueblo conta con bomberos, posta, colegio, registro civil, carabineros y varios locales de comida. Ten en cuenta que algunos negocios sólo aceptan efectivo. No hay bencinera en Talcamávida. El más cercano está en Hualqui. En nuestra visita comimos sushi (contaba con reparto a domicilio y nos llegó a la cabaña), y pudimos comprar cosas para comer en la cabaña en uno de los negocios del pueblo.

Talcamávida es un lugar muy bonito y con varios atractivos que valen la pena visitar. Si me permiten darles una sugerencia, vayan en tren. Hay varias salidas diarias desde Talcahuano, Concepción y Hualqui y la vista al río Biobío es espectacular.

Ese ha sido un nuevo artículo de "Viajando con Panchito y Eve". Esperamos que les haya gustado. ¡Hasta el siguiente artículo!

domingo, 10 de agosto de 2025

463. ¿Por qué la gente es tan sucia?

Este artículo formó parte del "Tema de portada" de abril y mayo de 2025

¿Te has preguntado alguna vez por qué la gente es tan sucia? Y no hablo de que no se duchen ni se aseen a modo personal. Hablo de la manía de botar basura en la vía pública. A lo largo de los años en los que he escrito en este blog, varias veces he tocado el tema de cómo la gente. ¿Será la crianza? ¿Será la cultura? ¿Será pura flojera?

Es un tema interesante de tocar, puesto que donde yo vivo hay mucha gente que acostumbra a botar la basura en la calle, en sitios eriazos, sin importar la limpieza de su entorno. Antes de casarme, vivía en casa de mis padres, que quedaba en la esquina de dos calles. Desde que tengo uso de razón que recuerdo basura en el poste de aquella esquina. No importa cuántos letreros pusiera la municipalidad prohibiendo el botar basura: siempre había allí escombros, basura... hasta sillones y refrigeradores en mal estado tiraban en ese lugar.

Me daba rabia: era tanta la indiferencia de la gente que, minutos después de que pasaba un camión a recolectar lo que esta gente desechaba, ya iban de nuevo a botar más porquerías. Nunca hubo un miserable día en que esa esquina estuviera limpia. Y, como no, mis padres también se molestaban. Mi padre en un principio salía a increpar a los sucios. Dejó de hacer luego de que, al encarar a un tipo que había ido en una camioneta a botar desperdicios, justo en esa noche apedrearon la casa. ¿Coincidencia? No lo creo.

Creo firmemente en que el problema de la suciedad en las calles será de nunca acabar mientras los seres humanos gobernemos en este planeta. Al ser humano (en general) no le interesa su entorno. Es egoísta: sólo piensa en sus propios intereses. ¿Cuántas empresas contaminan a destajo sin importar el daño que provocan? Es lo mismo que ese vecino que ensucia la esquina de su pasaje, pero a mayor escala.

Por lo menos quedo con mi conciencia tranquila de que YO hago algo por mantener el frontis de mi casa limpio, por botar la basura donde corresponde, y por inculcar esos valores en mi hija. Como me dijo un buen amigo tiempo atrás: la limpieza de la casa habla de quien la habita. Y eso aplica a toda esfera de la vida: la casa, la vecindad, la ciudad... el planeta. Ahí se las dejo...

lunes, 21 de julio de 2025

462. El concierto de Camilo Sesto


Ha pasado más de un mes desde que, en este mismo lugar, les había comentado que entrábamos en receso por algunos meses. El receso continúa; de hecho, no hemos subido absolutamente nada a nuestro podcast y canal de YouTube. Pero echaba de menos escribir aquí, así que decidí desempolvar un artículo que tenía en borrador hace muchos años y, finalmente, terminarlo.

En el año 2019 les pude relatar, en este mismo lugar, uno de los pocos conciertos a los cuales he ido: el del pianista argentino Raúl Di Blasio, que dio en el teatro de la Universidad de Concepción. Fue un concierto inolvidable, donde escuché buena música y disfruté de la amena conversación que Raúl tenía con nosotros, su público. Pero este no ha sido el único concierto al cual he ido en mi vida. También les relaté el de 31 minutos, que dieron un año antes acá mismo en Concepción. Hoy, eso sí, les hablaré de un concierto que jamás en mi vida pensé que iba a asistir... para ello hay que remontarse al año 2008, año en que Camilo Sesto se presentó en Chile.

Yendo a mi primer concierto

La verdad es que ni siquiera recuerdo cómo obtuve la entrada para ver a uno de los cantautores hispanos más importantes del siglo XX. (Actualización 23.07.25: Mi madre, luego de leer el artículo, me indicó que ella compró mi entrada. Linda mi mami 😍) De hecho, lo mejor de todo es que ni siquiera tuve que viajar a Santiago a verlo (ya que la mayoría de los cantantes cuando vienen a Chile se presentan en Santiago o en Viña del Mar para el festival). Camilo Sesto vino acá donde vivo: a Hualpén. Sí: no es un error. Estuvo en la comuna de Hualpén. Y, en este concierto, pasaron varias cosas, cosas que intentaré recordar y comentarles en las siguientes líneas, incluyendo cómo terminé al lado del vehículo de Camilo, y él saludándome (o eso creo).

Ticket de entrada al concierto

El concierto fue el 23 de mayo de 2008 a eso de las 21 horas. Llegamos con bastante tiempo de anticipación y había su fila para entrar. En total fuimos más de 3000 personas (sí: no fue mucha gente, pero estaba repleto el SurActivo, lugar donde se presentó Camilo). Luego de entrar nos ubicamos a unos cuántos metros del escenario. Para mí era toda una experiencia nueva. Nunca había asistido a un concierto así que mis expectativas eran más bien altas... o en realidad deseaba pasar un buen rato y disfrutar de vivir algo diferente.

Mi mamá estaba refeliz. Siempre le ha gustado Camilo Sesto, y en su casa tiene aún algunos LP de él, aunque no puede escucharlos porque el tocadiscos está malo. Gracias a ella comencé a escuchar las canciones de este cantautor español. A mis hermanos también les gusta, y hasta el día de hoy comentamos, de vez en cuando, alguna noticia o algún videíllo de Camilo que pillamos en YouTube.

Viviendo el concierto

Al concierto fuimos mis hermanos, mi madre, la novia de uno de mis hermanos (actualmente su esposa) y yo. No recuerdo cuánto duró el concierto, pero lo disfruté mucho. La gente coreaba sus canciones (mi madre también) y, a pesar de que para ese año Camilo ya no cantaba como antaño, lo hizo bien para su edad y la cantidad de tiempo que llevaba de carrera.

De las canciones que recuerdo que cantó estuvieron "Amor mío: ¿qué me has hecho?", "Samba", "Tarde o temprano", "Algo de mí", "El amor de mi vida", y muchas otras. Con mi celular grabé un miserable vídeo de 5 segundos de la canción "Samba", pero comprenderán que el celular que tenía en ese entonces tenía una patética calidad de vídeo, así que ni me dignaré a subirlo aquí. Eso sí, les dejo un vídeo de un tercero con la canción "Donde estés, con quien estés", grabado en una excelente calidad (?).


Además, aquí tengo algunas fotos de ese día, tomadas por una cámara NICON que, de hecho, aún tengo en casa. La calidad no es la mejor, incluso intentando mejorarla en el PC:







A la caza de Camilo

La cosa se puso más entretenida una vez que terminó el concierto. Nos sacamos algunas fotos con el escenario de fondo. Si mal no recuerdo, mi hermano Andrés nos sugirió ir a espera a Camilo al estacionamiento trasero del local a ver si podíamos pillarnos con el artista cuando saliera para irse al hotel, que no quedaba muy lejos de allí. Nos pareció una genial idea así que, mis hermanos y yo, partimos a esperarlo.

Claro... era obvio que no íbamos a ser los únicos en tener esa idea. Cuando llegamos atrás la cantidad de personas (casi todas mujeres) era increíble. Todos estaban esperando a Camilo para una foto, un autógrafo o un saludo... lo que fuera. Andrés logró llegar a la puerta de acceso al SurActivo, por donde saldría Camilo, y yo me puse al lado del vehículo que trasladaría a Camilo al hotel.

Yo, al lado del vehículo donde Camilo volvería al hotel
(omitan mi juventud por favor XD)

No sé cuánto tiempo pasó entre que llegamos allí y apareció Camilo. Pero, cuando lo hizo, quedó la santa escoba. Los guardaespaldas y carabineros intentando contener a la gente, las mujeres gritando como locas y Andrés que logra inmortalizar el momento en esta foto:

Camilo Sesto saliendo del centro de eventos


Yo, por mi parte, estaba apretado entre el vehículo y el tumulto de gente que estaba allí. Camilo se sube al vehículo por el lado contrario donde estaba yo, pero al subir se movió y quedó justo en la ventanilla donde podía verlo y saludarlo. "¡Camilo! ¡Camilo!", le grité. Miró e hizo un saludo con sus manos. Luego de ello un guardaespaldas jetón me empujó a un lado y el vehículo se fue. Muchas se fueron corriendo detrás hasta que desapareció en la calle. El griterío continuó unos segundos y, de ahí, todo volvió a la tranquilidad.

¿Me habrá saludado a mí? Quizás. Quiero pensar eso. Fue un momento muy loco que, hasta el día de hoy, recuerdo con mucha nostalgia y risa.


Un detalle curioso: mi madre, junto con mi cuñada, pasaron por detrás de una persona que estaba siento entrevistada para un medio de comunicación. Al día siguiente aparecieron en el vídeo que les dejo. Aparecen específicamente en el segundo 13. Mi cuñada va con un gorro rosado, y mi madre va a su lado.


El crítico de espectáculos siendo entrevistado. Al lado del camarógrafo, de gorro rosado, mi cuñada

De este concierto ha pasado ya más de 17 años. Camilo murió en 2019, y dejó un tremendo legado de muchas canciones hermosas para escuchar y, por qué no, dedicar. Y también dejó atrás cientos de conciertos que dio por todo el mundo. Y puedo decir que yo, Panchito, tuvo el placer de asistir a uno de ellos.
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