247. Canciones: Elizabeth (Nino Bravo, 1970)



Durante estos últimos días he estado amononando mi blog, ordenando las temporadas (que ya son doce y contanto) y actualizando los artículos, cambiando fotos y agregando vídeos que habían sido dados de baja.

Hoy quiero compartir con ustedes un temazo en vivo del extinto Nino Bravo. Un hombre con una voz terriblemente extraordinaria. No me imagino cómo habría sido la historia de la música moderna si no hubiera fallecido en 1973. La canción que les dejo es Elizabeth, y la cantó en un festival en Brasil donde, increíblemente, a pesar de semejante voz, no ganó. Por favor, noten cómo canta y dónde pone el micrófono. Es impresionante. Disfrútenlo.


246. El internet de antaño: Nostalgia Pura

Estamos en el mes de junio de 2017. Han pasado más de 11 años desde que creé este blog, así que es obvio concluir que el internet como lo conocemos ha cambiado muchísimo durante esta última década. Cuando creé Donde Panchito en mayo de 2006, MSN Messenger la llevaba para chatear, acá donde vivo estaba recién llegando la banda ancha, el wifi. Youtube llevaba sólo un año de vida y aun arrendábamos películas físicas para verlas en casa, ya que no existía Netflix.

Pero, ¿cómo era el internet más atrás en el tiempo? Digamos... ¿durante los años 90? En este artículo quiero que hagamos un viaje muy interesante. Un viaje en el tiempo para poder comprender cómo vivimos en un mundo tan digitalizado y conectado por esto que llamamos internet.

¿Cómo llegó internet a mi casa?

En este artículo no pretendo comentarles cómo surgió internet ni quién lo creó. De hecho, el título de esta entrega apela a la nostalgia, por lo que me remitiré meramente a mis recuerdos que tengo de chico, acerca de cómo internet llegó a casa de mis padres y de a poco comenzamos a sumergirnos en este gran mar de información.

Mi papá compró el primer PC en el año 1997 ó 1998, cuando mi hermano Cristián salió de la secundaria. Un PC Windows 95 con 4GB de disco duro. Antes de la existencia del wifi, para conectarse a internet utilizábamos el cable del teléfono. Claro está, utilizar un cable como éste no brindaba una velocidad aceptable. Éramos felices si descargábamos algo a 4kb/s. Sí, no me equivoqué: son 4 kilobits por segundo. Es difícil pensar que hace tan sólo 20 años esa era la velocidad con la que transitábamos por internet, en especial cuando hoy 10 mb/s es muy poco para descargar un archivo.

Descargando canciones con el programa Morpheus, en noviembre de 1998

Una canción de 3 minutos en formato .wav podía tomar horas, y en .mp3 unos cuantos minutos. Hablamos de una época en que todo era más lento, la gente andaba con más calma y nadie andaba apurado... excepto tu mamá, si debía llamar a tu abuela, ya que estabas usando el cable del teléfono.

Sí, internet era paradógicamente incompatible con el teléfono de mi casa. Al levantar el auricular, se escuchaban sólo chirrillos. Debíamos desconectarnos del internet, realizar la llamada telefónica, colgar, y luego conectarse de nuevo. ¡Y cómo olvidar ese mítico sonido de cuando hacíamos conexión con el naciente internet!



Visitando algunas páginas de ese entonces

Altavista en Enero de 1999
Internet Explorer 3.0, mostrando Yahoo! en 1997

Google no existía. Entonces, ¿cómo buscábamos algo en internet? Si bien es cierto, no había mucha información, era la suficiente como para perderse. Entonces, el buscador por excelencia, aunque no muy bueno, era el Altavista. Para navegar en ese entonces sólo teníamos el - amado por unos y odiado por otros - Internet Explorer, aunque el pionero, si mal no recuerdo, fue Nestcape.

No es difícil encontrar en internet hoy algunos pantallazos de páginas web antiguas, de finales de los años 90. Haz el ejercicio. Te sorprenderás de cómo lucían con esos gif tan hermosos para la época. Veamos algunos:

Web de Adobe el 4 de noviembre de 1996

Sitio web de un candidato a la presidencia de
Estados Unidos en 1996. Aún existe.

MSN Hotmail el año 2000

Latinmail el año 2000

Portal de noticias MSN en 1999
SuperSitio, el sitio web de mi hermano Andrés, en el año 2000

¿Querías navegar en varios sitios a la vez? Bueno, si tu computador Windows 95/98/2000 no se colgaba con el pantallazo de la muerte, había un problema: los navegadores de ese entonces no tenían pestañas, por lo que debías abrir una ventana nueva por cada página web que querías visitar, llenando la barra de tareas si era necesario. Toda una odisea.

En esta época mi hermano Andrés creó su sitio web SuperSitio que, aunque no lo creas, aún está vivo y en pie, a 17 años de su estreno y posterior abandono. Una arqueología con todas sus letras.

¿Correo electrónico y chateo? No había problema...

Mi primer correo electrónico es el que aun uso actualmente; una cuenta de hotmail de increíbles 2MB que me creé el año 2001. Paralelamente me creé un correo en latinmail, pero con poco uso. Recién en el 2004 se creó Gmail con un 1GB de capacidad y de ahí en adelante los correos comenzaron a crecer en capacidad. ¡Qué memorable época donde nos mandábamos cadenas o postales por mail! 

MSN Messenger

El rey indiscutido del chateo era MSN. Apenas llegaba de clases me sentaba a chatear con mis amigos y compañeros de clase. Facebook ni se asomaba con su poca privacidad... Whatsapp ni hablar, si lo celulares de ese entonces a lo sumo eran a color. No faltaba el que te llenaba de zumbidos en el MSN o usaba una aplicación para saber quién lo había bloqueado del chat.

Me encanta recordar lo vivido tiempo atrás. Una época que fue genial, por lo menos para mí. Buscando tareas en monografías.com, el rincón del vago, o en la enciclopedia Encarta. Usaba los CD con enciclopedias que al poco andar quedaban desactualizados. Mi niñez fue muy entretenida averiguando más sobre este incipiente mundo del internet. Conforme fueron pasando los años, las cosas cambiaron. Se fue MSN y apareció Facebook. Whatsapp es el rey de la mensajería instantánea. Llego la banda ancha y el wifi. Wikipedia es la herramienta para hacer tareas y Encarta quedó en el olvido.

Mi primera Encarta

Gracias por haberme acompañado en este pequeño recorrido por los inicios de internet en mi vida. ¿Y tú? ¿Desde cuándo usas internet y recuerdas cómo era hace unos buenos años? Conversemos en los comentarios. ¡Nos vemos!
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245. Experiencias de un simple cajero 9


Amigos: hoy he vuelto con una nueva versión de Experiencias de un simple cajero, donde les contaré una situación que he vivido constantemente a lo largo de los años en mis diferentes trabajos. Lo más triste de todo, es que la gente cada día está peor. Díganmelo a mi, que trabajo atendiendo público.

La gente ni saluda al pagar

Yo entiendo que muchas veces las personas pueden ir apuradas, que estén atrasadas por muchos motivos, ya sea porque se pillan con un taco o porque se quedaron dormidos y despertaron tarde. También los entiendo si andan como la mona, mal genio, irritables por abc motivos. Pero en ningún caso se justifica que, cuando vayan a mi caja y los salude, simplemente se limiten a pedirme lo que quieren, como si fuera su criado o su esclavo.

Cada vez es mayor la cantidad de personas que ni siquiera tienen la decencia de saludar a otra persona al llegar, por ejemplo, a una caja. Hay otras que sí lo hacen, y en una sociedad cada vez más agresiva y menos amorosa con el prójimo, ver que saluden ya se convierte en un acto raro. Pero no es nada raro que alguien llegue a mi caja, yo lo salude y simplemente me dice: "Dame tal cosa". Ni siquiera lo piden por favor. Siento que simplemente soy una máquina que debo obedecer todos sus requerimientos...

Pero, ¡Sorpresa! Soy un ser humano: merezco respeto. No saludar cuando te saludan es, con todas sus letras, una rotería.

Muchas veces los saludo de nuevo, quizá pensando que no me escucharon. Algunos me piden disculpas por no corresponder el saludo al principio. Pero otros, simplemente repiten la orden: "Dame tal cosa", y más encima se molestan. Ahí me aburro y simplemente lo atiendo lo más rápido para que sigan su camino. Al fin y al cabo, ellos son quienes quedan mal por no tener respeto hacia su semejante.

Amigos: no hay que ser mal educados. Saluden. Den un buen día. Sonrían. Al llegar a una caja saluden amablemente. Y si el cajero te saluda, devuélvele el saludo. Y si no te saluda, no importa. Debes demostrar que tus padres te educaron bien, incluyendo el respeto por los demás. No seamos rotos, y lo digo en buena. :D

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La foto fue tomada del sitio de internet Grandes Pymes de Argentina.

244. Aniversario número 11 de "Donde Panchito"


Y bueno, hoy es un día especial. Hace ya 11 años abrí este lugar en internet. Ya son 11 años de muchas aventuras y muchos buenos momentos. Estoy feliz, nunca había logrado que un proyecto hecho por mí dure tanto. Nada, ni mi primer pololeo (3 meses), ni haber juntado plata para mi auto (3 años), ni mi largo diario de vida (10 años) ha durado tanto como Donde Panchito.

En esta ocasión, no les relataré nada referente a cómo creé mi blog. Esa historia la repito año tras año cada 16 de mayo. Si quieren releerla, está en la sección "Acerca de". Pero se vienen muchas cosas interesantes para los siguientes meses. Pretendo retomar mi sección de escritos. Me encanta escribir, no solamente en mi blog, sino también novelas y cuentos. En los inicios de mi blog, por allá en el año 2007, les contaba que también dibujaba comics. Por ahí también anda dando vueltas una obra de teatro. Todo eso intentaré plasmarlo en mi blog, en una sección llamada "Mis Escritos", que, si Dios quiere, pronto estará aquí.

Aprovecho también de comentarles que, oficialmente, ya no publicaré más artículos referentes a las Frases de Oro, aunque los artículos que haya escrito sobre ello no serán eliminados y podrán seguir consultándolos.

Intentaré, en la medida de lo posible, seguir a un buen ritmo para que puedan seguir leyéndome. Agradezco infinitamente el apoyo de ustedes, lectores, en estos 11 años de vida. Y espero que pueda estar a la altura de lo que ustedes esperan, aportando con artículos de calidad y que les guste leer.
¡Feliz aniversario Donde Panchito! Veremos si en unos 50 años más, bates el record del blog más longevo del mundo.... Eso espero :D
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243. Clases de relajación usando el mar

El mar (Foto tomada de hdfondos.eu)

Hace unos años les conté en este mismo blog que me habían operado de un quiste. ¿Se acuerdan? Estuve un par de días en el hospital y con cuatro meses de licencia porque no podía trabajar en las condiciones en las que había quedado. La cosa es que los primeros días, luego de volver del hospital al hogar, dormir se me hacía muy difícil. No sabía por qué, pero me quedaba hasta altas horas de la noche intentando conciliar el sueño, y lo lograba a eso de las 2 de la mañana.

Sin embargo, indagando en internet, logré dar con una solución que, al principio, la encontré descabellada. Pero luego de los años, puedo decir que en parte me ayudó a dormir mejor. Déjenme contarles.

El sonido del... ¿qué?

A principios de 2013, en casa luego de mi operación, comencé a buscar información referente a cómo poder dormir mejor. Salían muchas soluciones, que de acuerdo a mi presupuesto, estaban alejadas de mí. Entonces, encontré un artículo (no recuerdo dónde, ha pasado mucho tiempo ya), donde hablaba del sonido del mar como método de relajación.

"El sonido del... ¿Qué?", fue lo primero que pensé. Lo encontré un disparate. Sin embargo, se me vino inmediatamente a la mente cuando, siendo un niño, mi padre me llevaba a pasear a la desembocadura del río Biobío, que queda cerca de casa de mis papás. En ese lugar corre muchísimo viento, y se levantan olas muy altas que rompen con fuerza sobre las rocas. Ese sonido me gustaba mucho. Tanto así que me sentaba sobre las rocas más altas y cerraba los ojos, sólo para relajarme escuchando el sonido del mar y del viento.

Pero, vamos.... No podía ir todas las noches a dormir a orilla del mar, ¿no? Pero decidí buscar en Youtube si alguien había grabado el sonido del mar como para relajarse. Y bueno, internet está plagado de vídeos con el sonido del mar. Y veía comentarios de personas que lograban dormir mejor dejando este sonido por las noches. "Debe ser una locura - pensé -. ¿Cómo puede ser posible eso?". 

En fin... no perdía nada con intentarlo, y un día decidí dejar el sonido del mar como fondo en mi habitación.


Relajación pura con el mar, la lluvia... ¡y hasta con la lavadora! 


Les acabo de dejar el vídeo original que usé la primera noche. Descargué el sonido y lo puse en el reproductor de música repetidas veces. Aunque pareciera extraño, ese día dormí tranquilamente toda la noche. Pensaba que el ruido no me dejaría dormir, pero al contrario: dormí muy bien. Al otro día hice lo mismo, y también logré dormir muy bien. El sonido claramente no era igual a cuando estás realmente frente al mar, pero los efectos son similares. Hay que usar la imaginación, cerrar los ojos y el resto viene por añadidura.

Una lavadora
Mis papás al darse cuenta que tenía ese ruido, les pareció muy raro lo que hacía. Pero al final se acostumbraron. Aparte que no les molestaba porque dormían al otro lado de la casa.

Luego me di cuenta que sucede algo parecido con la lluvia, y el ruido que produce al chocar las gotas del agua en el techo. ¿Acaso no es relajante escuchar la lluvia, acostadito, leyendo un buen libro o un buen blog como el mío? Y hace unos días me di cuenta que también sucede lo mismo con el sonido del centrifugado de una lavadora automática. Claro, pero en menor escala.

Hay de todo en internet. Sonido del mar, la lluvia, de lavadora... e incluso de secador de pelo y de aspiradora. Todo esto es para intentar dormir mejor. En mi caso, durante esos años ponía ese ruido por las noches (el del mar) y me dio resultado. Últimamente ya no lo hago tan seguido. Pero de vez en cuando, uso mis audífonos, le doy play al vídeo... ¡Y a relajarse se ha dicho!

242. Panchito Schumacher

La velocidad máxima siempre ha sido un tema entre los conductores

Enfermo: sí, así amanecí hoy. Completamente enfermo. Hoy tengo día libre de mi trabajo, y justo tengo que enfermarme. Estuve toda la noche tomando agua de Natre, más unas pastillas y miel con limón, y me siento un poco mejor.

Aprovecharé, entonces, ya que estoy encerrado en casa porque afuera el tiempo está muy cambiante y eso hace mal, de escribir una nueva entrega para ustedes, mis fieles lectores de mi blog. Avanzamos muy rápido hacia el aniversario número 11 de mi querido blog. No les prometo nada, pero mi idea es hacer algo especial ese día. Veamos si me resulta. Ahora vamos con el tema de hoy.

Locura en la carretera

La historia que les contaré me ocurrió hace aproximadamente un año. Fui a casa de unos amigos a Lirquén, a unos 18 kilómetros desde mi casa. Me quedé hasta las 10 de la noche aproximadamente conversando sobre diversos temas. En eso, salió el tema de la conducción. Uno de mis amigos tiene problemas a la vista... problemas severos. Debe usar unos lentes con un aumento muy grande. Aun así, manejaba sin lentes y en varias ocasiones casi ha chocado con árboles o postes.

Claro está, para mí no era mucho el chiste, puesto que es peligroso. Actualmente no tiene licencia porque se le venció y no lo ha renovado. La cosa es que le decía que podía sacarle un parte por manejar de esa forma, y peor si en su licencia dice que debe usar lentes. Seguimos hablando de otras cosas y luego me fui.

Ruta 150: Carretera Concepción - Penco, a la altura del km 1.


Era de noche, y había mucho tránsito en la carretera. Viajaba a unos 85km/h cuando me cambié de pista (derecha a izquierda) para adelantar a un furgón. Me costaba mucho, porque iba más rápido que yo. Iba a aumentar mi velocidad cuando, en eso, de la nada, sin mentirles, DE LA NADA, aparece "un amigo en tu camino" (un carabinero), que se tomó la molestia de cruzar la carretera completa para atajarme a mí. Como iba por el carril izquierdo, que es el que se usa para adelantar, tuve que frenar en seco porque el carabinero se quedó frente a mí, con una linterna, indicándome que me estacionara en la berma. Como pude, me cambié de pista de nuevo y me estacioné en la berma, justo delante de un letrero que indicaba que la velocidad máxima era de 90 km/h.

"Buenas noches - me dijo el carabinero -. Sus documentos por favor". Se los pasé y, luego de ir a corroborar la información, me dice: "El motivo de esta fiscalización es para indicarle que usted ha infringido la velocidad máxima de esta carretera, ya que viajaba a 93km/h en una zona de 70km/h". Dicho esto, concluye: "Por lo que lo citaré al juzgado para proceder al parte".

Yo quedé plop. No iba a 93 km/h, sino a 85, como indicaba el velocímetro de mi auto. Pero, ¿Cómo refutar a la autoridad, si no tenía pruebas de ello? Aparece una carabinera con una pistola de velocidad y me muestra un 93 gigante. Yo la miro, y le digo: "¿Cómo sé yo que usted apuntó a mi auto y no al que iba al lado mío?". No dijo nada; dio media vuelta y se fue a la patrulla.

Reconozco que iba excedido de velocidad, puesto que el último letrero con la velocidad máxima permitida efectivamente decía 70 km/h. Pero, una cosa es ir a 85km/h, y otra muy distinta es ir a 93km/h. ¿Por qué digo esto?

Diferentes velocidades, diferentes partes

Hablemos un poco de leyes viales. Todo vehículo motorizado debe respetar la velocidad máxima permitida, que en ciudad es de 60 km/h, y en carretera es de 100 km/h en una vía por lado, y 120 km/h en dos o más vías por lado (autopistas), a menos que un letrero indique otro valor. Si tú te excedes hasta 10 km/h, corresponde pagar entre 0.5 y 1.0 UTM ($23.323 - $46.647); entre 11 y 20 km/h es entre 1.0 y 1.5 UTM ($46.647 - $69.970); y más de 20 km/h es entre 1.5 y 3.0 UTM ($69.970 - $139.941)* más la suspensión de la licencia hasta por 45 días. 

¿Ven por qué les digo que es distinto ir a 85 que a 93 en una zona de 70 km/h? Si me hubieran cobrado el parte a los 85 km/h que marcaba mi velocímetro, tendría que haber pagado como máximo $69.970. Pero como el parte fue hecho por 93 km/h, entonces la multa era como máximo de $139.941.# La diferencia era mucha, más considerando que en esa fecha estaba juntando aun dinero para el matrimonio.

Pero, seamos sinceros. Si no hubiera ido a exceso de velocidad, jamás habría pasado esto, y reconozco mi error. Fui el día en que me citaron y terminé pagando casi $68.000 y me suspendieron la licencia por 5 días. Me sirvió de lección para manejar con más cuidado y, por sobre todo, respetar las leyes del tránsito que están para nuestro beneficio. ¡Saludos amigos! 
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*: Más información sobre las multas de tránsito puedes visitar este link.
#: Para calcular el valor de la UTM puedes visitar la página del Servicio de Impuesto Internos aquí.

241. Series de televisión 12: TV Condoro / Lo Persistí

Para despedir el mes de abril y así entrar de lleno al mes de aniversario de mi blog, les muestro un vídeo del extinto programa de televisión "TV Condoro", que daban en Chilevisión en los años 90.

Ya les había comentado de este programa donde se mostraban diversos vídeos divertidos, en una época en que internet era en pañales y Youtube no existía. En esta ocasión, un vídeo sobre un supuesto clarividente que resultó ser muy chanta. Disfrútenlo.


240. Este será el artículo con el título más largo en la historia del blog "Donde Panchito", blog que fue inaugurado el 16 de mayo de 2006 bajo el nombre de "Panchito on Line", y que el 19 de noviembre de 2007 cambió su nombre al que actualmente posee, y que al día de hoy tiene más de 200 mil visitas en sus casi 11 años de vida, formando así parte de la vida de su creador, que desde hace ya mucho tiempo que se dedica a contar experiencias de su vida a través de este pequeño espacio en la gran y descomunal internet, y esta no será la excepción, ya que les contaré lo que me pasó el otro día en el trabajo luego de una jornada agotadora. ¡Saludos y que tengan una linda mañana, tarde o noche (depende de dónde vivas y a que hora leas este tremendo artículo)!

Acabo de darme cuenta que, al parecer, Blogger no pone un límite en la cantidad de caracteres que puedes escribir en el título de una entrada. Interesante, ¿no?

Para que este artículo, el que tendrá el título más extenso en la historia de mi blog, no sea en vano, les contaré una pequeña experiencia que me pasó días atrás en mi trabajo.

El otro día me tocó trabajar de mañana en la tienda de comestibles donde trabajo como cajero hace ya casi 1 año. En vísperas de fin de semana largo, el local estaba atestado de gente, ya que la tienda está ubicada en una carretera en las afueras de la ciudad donde vivo, por lo que la cantidad de vehículos que pasan es considerable. Estaba vuelto loco atendiendo a los clientes, y mis compañeras cocineras hacían lo suyo preparando los pedidos de comida rápida.

A eso de la 1 de la tarde ya no podía más. Las filas no acababan y estaba cansado. El sencillo escaseaba y la gente apuraba para que atendiera rápido... O sea, pónganse a pensar que les estaba robando 4 ó 5 minutos de su fin de semana largo esperando en la fila. ¡Qué desconsiderado fui! Eso me muestra la poca paciencia y empatía de la gente en la actualidad. Ya, pero el tema no era ese.

Lo único que quería era que se acabara mi turno e irme a casa para descansar. Al día siguiente iría con mis padres a ver a mi hermano a Ninhue. Pensaba que el turno no podía terminar de peor forma cuando, de la nada, a eso de las 2 de la tarde, el local se vacía por completo. Era el momento propicio para hacer algo de aseo antes de que se llenara de nuevo. Atendí a la última chica y le di su vuelto, que correpondía a exactamente 10 mil pesos.

"Un lindo y hermoso billete de 10 mil pesos"

Tomé la escoba y la pala y salí a barrer la sala cuando, de pronto, algo me llamó la atención en el piso. Miro con atención y, al ver detenidamente, tooooodos los malos ratos del día se esfumaron: un lindo y hermoso billete de 10 mil pesos botados. "¡Oh! ¡Qué genial!", pensé. Los recogí, pero antes de dejármelos, quise corroborar si eran de la chica que le había dado el vuelto, puesto que ella estaba al lado del billete.

Claro está, si le preguntaba si el billete que recogí era de ella, al tiro me diría que sí, así que me acerqué y le pregunté: "Disculpa, pero no recuerdo si te di el vuelto de tu compra. ¿Te di tu vuelto?". A lo que ella respondió: "Sí, aquí lo tengo", y me mostró el billete de 10 mil pesos.

Nada que hacer, me fui al auto, y guardé el billete de 10 mil en mi billetera. La desgracia de algunos es la dicha de otros, dicen por ahí. Lamento por quien haya perdido ese billete, son cosas que pasan.

¡Nos vemos en una siguiente entrega, aquí en Donde Panchito!
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239. El extraño caso del robo de la cámara fotográfica

Yo en el liceo, en 2007

Cursaba cuarto año medio, por allá por el año 2007. Este blog aun no existía, aunque ya tenía en funcionamiento mi sitio web Panchito on Line, precursor de este lugar. Me gustaba ir a clases: compartir con mis compañeros y aprender cosas nuevas. Por ese entonces me gustaba una chica de primero medio, llegaba de clases a meterme al MSN y estaba aun dubitativo en cuanto a qué haría con mi vida luego de licenciarme. Me gustaba salir en bicicleta y arreglar mi pequeño sitio en internet.

Ahora que los puse en contexto, les contaré este extraño caso del robo de la cámara fotográfica. Pero, estimado lector, no es cualquier cámara... era la cámara de fotos de mi papá.

Es muy común que en la sala de clases se sienten los más desordenados atrás, donde payasean y muchas veces le hacen la vida imposible al profesor de turno (hablé de eso un poco en mi artículo Al Maestro, con Cariño). En fin, yo me sentaba al medio de la sala de clases... término medio, ni fu ni fa. No era un mateo, pero tampoco un desordenado desenfrenado.

Cada cierto tiempo llevaba la cámara de fotos de mi padre (que la usábamos todos), y que recién la había comprado ese año. Era la última chupada del mate en tecnología, para ese entonces. La cosa es que un día, por allá por agosto, llevé la cámara para sacarme fotos en el colegio con mis compañeros. Algunas fotos de este blog fueron tomadas con esa cámara.

Esta foto, donde por extrañas razones salía humo del suelo del colegio, fue tomada con la cámara en cuestión

Lo que no sabía, es que uno de mis compañeros, de esos que se sentaban atrás de la sala, era amigo de lo ajeno. A la hora de almuerzo dejé mi cámara fotográfica en la mochila, y me fui al casino a almorzar con mis compañeros. Al volver... bueno, es como obvio lo que pasó: la cámara había desaparecido. La mochila estaba abierta y estaba todo, menos la cámara.

Tocaba clase de Argumentación, y yo desesperado buscaba la cámara por todos lados. Mis compañeros no vieron quién se la robó. Y yo estaba muy mal, porque si no aparecía, mi padre me iba a castigar. Decidí ir donde el inspector general, y explicarle lo ocurrido. Decidió abrir una mini investigación para descubrir quién se lo había robado.

Al llegar a casa a explicarle a mi padre lo sucedido, no me castigó ni mucho menos. Pero me dijo que con eso aprendería a que tuviera más cuidado, porque la ocasión hace al ladrón.

Un par de semanas después, y luego de dar por perdida la cámara, me llama el inspector general a su oficina. Yo, extrañado, fui para allá. Nunca fui un cabro extremadamente desordenado como para que me fuera a retar por algo que hubiera hecho. Me imaginé mil cosas, pero nunca me imaginé lo que vería al entrar a la oficina del inspector.

Entro y el inspector estaba en su escritorio y, frente a él, dos personas. Una de ellas era mi compañero de curso y al lado, su mamá. Mi compañero lloraba a mares y desconsoladamente. Se suscitó el siguiente diálogo (parafraseando, por lo que me acuerdo... ya han pasado casi 10 años de esto):

Inspector: Bueno Francisco, te mandé a llamar porque tu compañero de clases quiere decirte algo muy importante.
Yo: Ah, pues, soy todo oídos.
Compañero: - llorando - Perdóname por favor. Yo fui el que te robé la cámara pero lo hice sin ninguna mala intención. ¡Perdóname!
Yo: ¿Así que tú te metiste en mi mochila?
Compañero: Sí, vi tu cámara y me la llevé.
Mamá: Sí, joven. Mi hijo te la quitó, pero hoy te la va a devolver.

La susodicha cámara

Dicho esto, la mamá de mi compañero saca de su cartera mi cámara de fotos intacta. Lo único que le faltaban era la tarjeta de memoria y las pilas. Pero eso era lo de menos. Por segunda vez recuperaba algo que me habían robado. Un par de meses antes, me habían asaltado y robado mi mp3, siendo recuperado por carabineros ese mismo día. Sin embargo, quería saber el motivo por el cual mi compañero había sustraído mi cámara de fotos. Y he aquí la explicación:

Días antes del robo, mi compañero se encontraba en un Cyber haciendo una tarea de la escuela. En eso entran unos tipos a asaltar el local. Amedrentan al locatario y le quitan todo el dinero. Pero al irse, se dan cuenta de que estaba mi compañero en uno de los computadores. Lo agarraron por el cuello y lo amenazaron. Le dijeron que no le contara a nadie lo que había visto, y le exigieron una cierta cantidad de dinero, o sino le iban a sacar la mugre. Dicho esto, se fueron.

Entonces, cuando me vio con la cámara, vio una excelente manera de conseguir el dinero que necesitaba. Me la robó e inventó un dolor de estómago para retirarse ese día a la 1 de la tarde, en vez de a las 4:15. Al salir, fue a donde un amigo de él (ex-compañero de los dos) y éste la redujo en el mercado negro. Consiguió la plata, pero por extrañas circunstancias no llevó a cabo la entrega del dinero.

¿Habrá sido un invento? ¿O realmente habrá ocurrido? ¿Le habrá pesado la conciencia? ¿O todo esto fue fruto de la investigación del inspector general? O quizás la mamá se dio cuenta, ¡qué se yo! A estas alturas, poco importa responder esas preguntas. Lo que importa es que, en sólo dos semanas, se pudo resolver el extraño caso del robo de la cámara fotográfica.

238. Viajando con Panchito 11: Caleta Lenga

Panorámica de la Playa de Lenga

Se nos fue el verano, pero eso no quiere decir que no podamos salir a seguir disfrutando de los lindos lugares que nos rodean. Claro, puede que este mes de marzo que recién pasó haya sido un tanto traumático, puesto que volvemos de las vacaciones a la triste rutina de trabajar. Los niños y jóvenes vuelven a sus estudios, y los días de relajo llegaron a su fin. Pero, si les sirve de consuelo, yo no tuve vacaciones. Así que imagínense cómo me sentía al ver que mis familiares y amigos salían de vacaciones y yo... bueno, trabajando.

Pero bueno... hoy es una nueva entrega de mi ya clásica sección "Viajando con Panchito", una de las secciones que más me gustan. Ponte cómodo: nos vamos a Lenga.

Caleta Lenga: de una caleta de pescadores a un polo gastronómico

Entrada a Lenga, en la carretera que une aquella localidad con Hualpén y Concepción

Vista hacia el Estero Lenga (con su humedal). A la derecha la caleta.

Costanera de Lenga (tomado de juvenoide.cl)

Saliendo del radio urbano de Hualpén, en el Gran Concepción, son sólo 6 kilómetros para poder llegar a Lenga. Hay que tomar la autopista Concepción - Talcahuano (Ruta 154), y virar a la derecha en la trompeta O'Higgins (pasado el mall). Seguir derecho por la Av. Las Golondrinas para, luego de pasar por las 4 esquinas y por algunas industrias, lleguemos a Lenga al virar la carretera a la izquierda y apareciendo el mar. Hay señalización para llegar a la caleta. También la línea 71 (buses Puchacay) llega allá.

Caleta Lenga es una pequeña caleta cuya mayor actividad no es la pesca, sino la gastronomía. Su población es de aprox. unos 350 habitantes. Posee una Av. Principal (llamada Av. Lenga) y varias calles y pasajes secundarios. Posee una cancha de futbol, un colegio y una gran costanera de 1 km de largo aproximadamente. Durante todo el año los restaurantes ofrecen una gran gama de productos de mar, como pescados, mariscos, curantos, y una infinidad de platos muy sabrosos.

Mirador hacia el humedal Lenga

Como Lenga pertenece al Santuario de la Naturaleza Península de Hualpén, podemos encontrar lugares bonitos para deleitar la vista. Hace poco inauguraron un mirador hacia el río Lenga, donde podemos divisar algunas especies de aves y árboles. Además, durante la época estival, se puede disfrutar de conciertos al aire libre frente al mar, campeonatos de castillos de arena, deportes en la playa y ferias artesanales. De verdad, y no es porque yo viva cerca de allá, vale la pena la visita por el día.

Desde hace un par de años, la playa de Lenga es apta para el baño durante algunas semanas en el verano. La playa da hacia la bahía de San Vicente, y la jurisdicción le corresponde a la Capitanía de Puerto de San Vicente. Hay un proyecto de crear un club de yates, pero aún no se ve nada concreto.

Yo en el mirador

Ramuntcho

Cruzando el puente (en muy mal estado) ubicado al final de la Av. Lenga, el camino se divide en dos. Hacia la izquierda se va al sector "El Castillo", bordeando el río Lenga. Hacia la derecha se va a unas instalaciones de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. A pie, se puede subir el cerro (se recomienda llevar ropa ligera y tener buen físico. No es complicado el camino, pero tampoco hay que subestimarlo). El cerro que cruzamos es una de las famosas "Tetas del Biobío". Son dos cerros que están junto a la desembocadura del Biobío. Desde arriba se obtiene una hermosa vista del mar, del río, de Lenga y, en general, de todo Concepción.

En fin, al final de camino cruzando el cerro, llegamos a Ramuntcho. Es una hermosa playa de aguas cristalinas, algo escondida, donde se puede disfrutar de un lugar muy tranquilo y relajado. Para quienes se preguntan si sólo se puede llegar a pie, la respuesta es que también se puede llegar en auto. En otra oportunidad les hablaré de eso.

Sentado en la carretera que une Hualpén con Lenga

Para quienes vivimos en Concepción, es muy fácil visitar Lenga y disfrutar de las bondades que sus restaurantes y de la belleza que hay en ese lugar. Si tienes la oportunidad, visita está pequeña pero pintoresca caleta: te aseguro que no te arrepentirás. ¡Hasta un nuevo Viajando con Panchito!