321. La ley del redondeo


Hace un poco más de un año comenzó la "Ley del Redondeo". Esta nueva ley implica, básicamente, dos grandes cambios:

1. Desaparecen las monedas de $1 y de $5, puesto que fabricarlas cuesta más que su valor nominal. Sin embargo, éstas siguen teniendo su valor y pueden usarse para pagar.
2. Al desaparecer estas monedas, los montos para pagar por productos en efectivo están sujetos a redondeo. Las monedas de $1 y de $5 pueden usarse DESPUÉS de efectuado el redondeo. (Más info por acá)

Si compro varias cosas en un supermercado y el valor a pagar es de $5.893, la ley indica que se debe redondear hacia abajo, quedando en $5.890. Si el valor a pagar es de $5.897, la ley indica que se debe redondear hacia arriba, quedando en $5.900. En caso de que el valor termine en 5 ($5.895 por ejemplo), el valor SIEMPRE se redondeará hacia abajo, quedando en $5.890. Esto no puede ser tomado como un chiste, porque el no cumplimiento acarrea una multa de hasta dos millones de pesos (véase nota aquí).

Explicación de la "Ley del redondeo"

En la práctica resuelve una gran problemática en lo que refiere a los vueltos, ya que los montos a dar de vuelto siempre terminarán en 0, por lo que expresiones como "Ustedes son unos ladrones porque se quedaron con mis 3 pesos del vuelto" nunca más serán oídas por los cajeros, y que de hecho hace algunos años les comenté ese problema.

Sin embargo, pareciera ser que las empresas no comprenden bien la ley, y si lo comprenden, sencillamente no quieren hacer caso e intentan continuar con sus hurtos a escondidas. Esta es la sensación que me quedó luego de ir a pagar una cuota de mi tarjeta de crédito en la tienda Paris del Mall Plaza Trébol de Talcahuano. Déjenme contarles.

Foto 1: monto a cancelar
Hace unos días atrás fui al mencionado local para pagar una cuota de aquella tarjeta, tarjeta que, dicho sea de paso, no la uso desde hace unos buenos meses. Solo estoy pagando el celular que me compré a principios de año. El asunto es que, llegando a la tienda, saco mi cupón de pago, que se las muestro en la imagen adjunta (foto 1). El monto a cancelar es de $26.205.

Paso a la caja a pagar. Cancelo con un billete de $20.000, uno de $5.000 y uno de $2.000. Total: $27.000. Pero mi sorpresa es mayúscula cuando, al darme el vuelto, me entrega $790. "Disculpe, pero me dio mal el vuelto", le indiqué a la cajera. Ella me respondió: "No caballero. El vuelto es correcto. El valor a cancelar es de $26.210 y su vuelto es de $790". Miré el comprobante de pago (foto 2) y, efectivamente, usando la ley de redondeo, tomaron el valor de $26.205 y lo redondearon HACIA ARRIBA, siendo que la ley indica que es HACIA ABAJO.

"Disculpa que insista, pero me están robando 10 pesos. La ley de redondeo indica que, en caso que el valor termine en 5, deben redondear hacia abajo, por lo que debo cancelar $26.200, y mi vuelto es de $800", le dije. La cajera me mira y me responde: "El sistema me arroja eso. Eso debe pagar y ese es su vuelto". "Perfecto - le dije -. Como todos los meses la cuota es la misma, entonces el mes siguiente cancelaré justo los $26.200. Que tenga un buen día". Dicho eso, me fui.
Foto 2: Monto cancelado

Lo sé. Más de alguno debe haber pensado que soy un amarrete, un coñete, un "mano de guagua" por alegar por miserables 10 pesos. Pero para comprender mejor este asunto, quiero mencionarte algunas cosas importantes:
  1. Es una ley: DEBEN OBEDECER LA LEY DEL REDONDEO. 
  2. Son mis 10 pesos. No tienen derecho a quedarse con ellos.
  3. Como dije un poco más arriba, las cuotas son iguales todos los meses. Como mi celular lo saqué en 10 meses, al haber cancelado todas mis cuotas, Paris me habrá robado $100.
  4. Como yo, deben haber muchos clientes a quienes Paris le hace lo mismo, y quizás no se dan cuenta.
Hagamos unos sencillos cálculos. Supongamos que, al día, en la tienda Paris del Mall pasan unos 100 clientes a quienes le redondean sus compras y pagos terminados en 5, hacia arriba. Según el sitio web de Paris, hay 42 sucursales. Veamos cuánto reciben en sus arcas solo por robar:

100 clientes x $10* = $1000 x 42 sucursales = $42.000 diarios
$42.000 x 30 días = $1.260.000 al mes
$1.260.000 x 12 meses = $15.120.000 al año

*Nota: Los $10 se dividen en $5 que NO redondean hacia abajo, y los $5 que SI redondean hacia arriba.

Es obvio que $15.120.000 al año no es absolutamente NADA comparado con las tremendas utilidades de Paris (tienda que pertenece a Cencosud, una tremenda empresa dueña de Santa Isabel, Paris, Johnson, Easy y Jumbo). Pero ese dinero es obtenido por medio de un robo. Solo quiero pensar que mi caso es un hecho aislado y que no se quieren aprovechar de sus clientes.

Chiquillos: tengan cuidado con eso. Fíjense bien y exijan sus derechos. Este mundo está creado para engañarnos. No caigamos en eso. ¡Saludos!

PS: Si multiplicamos el valor por la cantidad de tiendas que controla Cencosud, el valor asciende a $75.600.000. Podría ser más, puesto que Santa Isabel y Jumbo son supermercados, con un mayor volumen de clientes que pueden estafar sin que se den cuenta.

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320. Justicia para Emma | T13/A52

Este artículo está en el Podcast "Donde Panchito". ¡Escúchalo!

 
 


Me encantan los animales. En especial las mascotas. Y muy especial aun, los gatos. Adoro los gatos, y creo que quienes me leen seguido saben que es así. El artículo anterior trataba justamente de Jerónimo III, mi mascota (si no lo has leído, te invito a que lo leas aquí). Lo cierto es que, como me encantan los animales, no solamente los gatos, sufro mucho cuando me entero de algún maltrato animal por parte de un energúmeno.

En los albores de mi blog, en la temporada 3, les comenté acerca de otro tipo de maltrato animal, referente a los toros, ¿se acuerdan? Pues siempre he sentido que la agresión hacia los animales es una maldad horrible. Y hace unos días me enteré de un terrible caso de maltrato animal acá en Chile, protagonizado por una mocosilla de tan sólo 14 años.

Según indica el portal de noticias adn.cl, esta niña (niña entre muchas comillas) se le ocurrió la fantástica idea de torturar a una gatita, llamada Emma, dejándola con problemas en los ojos, en sus orejas, y dos de sus cojinetes en las patas quemadas. Sí: QUEMADAS. Debido a la gravedad de sus heridas, finalmente Emma murió, a pesar de los intentos por salvarla.

Marchas exigiendo justicia (tomada de adn.cl)
A tanto llegó el impacto de este caso, que hubo protestas en todo el país llamando a la justicia para esta pobre gata. La mamá, intentando justificar ese acto, indicó que estaba bajo tratamiento con medicamentos. A este caso se le suma uno, ocurrido el año pasado, donde un estúpido (esa es la palabra más adecuada) mató a palos a una gata preñada en un supermercado.

Bibliografía de ambas noticias:
1. Justicia para Emma: El caso de maltrato animal que terminó con una pequeña gatita muerta
2. Gata preñada muere apaleada en supermercado Unimarc de Las Condes y alcalde presenta querella

¿Hasta cuándo deberemos soportar a idiotas como estos dos personajes? ¿Cómo puede ser tanta la maldad dentro de ellos como para matar a animales indefensos? Existe una ley que supuestamente endurecería las penas para quienes maltratan animales. Pero, obvio, una ley no es más que un mandato... una ley no puede cambiar el corazón y el alma de estos criminales, porque al final quienes se abstienen de maltratar a gatos, perros, etc., lo hacen más por miedo a la condena de la ley, que por amor y cariño a los animales.

Publicación en Facebook comunicando la muerte de Emma

La ley nunca, pero nunca podrá reemplazar la crianza que se reciba en casa. Es en el hogar donde se debe enseñar a respetar a todos los seres vivos. Y esto, claramente, incluye tanto a los animales como a las plantas. Todos merecemos vivir y en paz. Pero bueno, este mundo está en decadencia, y eso todo el mundo lo sabe.

¿Saben? No quiero lograr con este artículo que la gente cambie. No soy nadie para hacer eso. Solo me estoy desahogando de ver tanta injusticia y maldad en este mundo. Pronto cambiará, pero por mientras, deberemos aguantar todo este caos en que vivimos. Por lo pronto, espero que se haga justicia para Emma, y para todos los animales que no tienen cómo defenderse. ¡Saludos!

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319. El regreso de Jerónimo


Corría el año 2011. En este mismo blog les comenté de la muerte de mi gato, Jerónimo, luego de haber estado con nosotros durante 10 largos años. Fue muy triste todo. Y, sin mentirles, a 7 años de su muerte, aun me emociona ver el vídeo que le hice en su oportunidad. Y es que uno se encariña mucho con las mascotas y, cuando éstas mueren, dejan un vacío que solo los amantes de los animales podemos comprender a cabalidad. Por ello, durante algunos meses, no tuvimos ninguna mascota en casa de mis padres. 

Luego vino Óliver, quien no estuvo mucho tiempo con nosotros, ya que lamentablemente lo atropellaron y murió. El idiota que iba manejando le pasó por encima y ni siquiera se inmutó. Siguió su camino como si nada... Bueno... gente mala hay en todos lados.

Jerónimo II
Mis papás nunca más quisieron tener una mascota en casa luego de Óliver. Les bastaba con el hermano de éste, Tomás, quien es de mi abuela, pero que se lo pasa en casa de mis padres. Yo quería un gatito para nosotros, pero no me dejaron.

Algún tiempo después, independizado, decidí adoptar una gatita. Se llamaba Fanny. Era hermosa, blanquita con patitas negras, muy llorona y regalona. Un día salió a pasear por el vecindario y nunca más volvió. Quizás qué fue de ella.

Pasó el tiempo, y nos mudé a mi actual casa. Ahí decidí adoptar un nuevo gatito, así que di el aviso para que nos regalaran uno. Luego de algunas semanas, un matrimonio amigo me indicó que su gata había dado a luz hace un tiempo y podía llevarme un gatito. Es así como en noviembre del año pasado llega a mi casa Jerónimo.

Óliver
Sí, se llama igual que el anterior Jerónimo que tuve en casa de mis padres. Pero, para diferenciarlo del gato blanco con negro que nos duró 10 años, nuestro actual gato se llama Jerónimo III ("tercero" puesto que es el tercer gato con ese nombre durante mi vida).

Jerónimo III es un gato muy, pero muy regalón. Su rutina es muy movida y ajetreada (entiéndase esto como una ironía). A las siete de la mañana me despierta con sus maullidos para que le de desayuno. Luego descansa en su cama. Se pasea por el patio y toma sol. Almuerza y se echa a dormir en el futón o en la cama. Ronronea como loco y le encanta que le haga cariño. Incluso llega a desesperarse si escondo mis manos, y las busca para que le haga cariño. Luego de comer por última vez, se va a su cama y duerme hasta el otro día, donde hace exactamente lo mismo.

Jerónimo III, jugando en el patio cuando era chiquitito

Es un excelente cazador. Hasta el momento ha cazado lauchas pequeñas y saltamontes. Como casi todos los gatos, no se los come. Simplemente juega con ellos. Después los deja abandonados y sigue con su rutina descrita anteriormente. Ha intentado cazar gorriones y palomas, sin éxito hasta el momento.

Descansando

Espero que Jerónimo III me dure unos buenos años. Cuando estoy en casa Jero me hace compañía, aunque algunas veces bota mucho pelo o se mete en mi comida, pero lo quiero mucho. Es que, sencillamente, tener una mascota es hermoso.

Bueno, eso quería comentarles sobre mi gato. Quería que lo conocieran, ya que hace años tuvieron la oportunidad de conocer a Jerónimo II, más conocido como Poromo. ¿Y ustedes tienen mascota? Conversemos en los comentarios. ¡Hasta pronto amigos!

318. El oso teddy

 
Hoy les quiero hablar (o mejor dicho, escribir) sobre algo que me trae muchos recuerdos. Es algo que recibí cuando era muy pequeño, y que me ha acompañado por muchos años. Hoy les quiero hablar de Teddy, mi oso Teddy

Teddy es un oso café, con ojos anaranjados, que tengo hace ya la no despreciable suma de 28 años. Sí, casi tres décadas. ¿Cómo llegué a tenerlo? La historia cuenta que, para cuando nací, mi padre me regaló ese hermoso oso. Claramente, cuando me lo regaló, era muchísimo más grande que yo. Junto con él, también me regaló otro oso, más chico, de color amarillo, cuyo nombre era Panchito.

Algunas veces le da por creerse humano
Conforme fueron pasando los años, Teddy y Panchito me siguieron acompañando. Claro, obviamente al crecer, estos osos quedaron chicos al lado mío. El vínculo que tenía con ellos era único. Les agarré mucho cariño. Es raro, porque al fin y al cabo son solo unos osos de peluche. Pero bueno, eso pasó: les tomé cariño y siempre estaban en mi cama cuando iba a dormir.

Lamentablemente, Panchito "murió" hace unos años, por el desgaste propio del tiempo. El que sigue "vivo" aun es Teddy. Y hoy, casado y con 28 años a cuestas, aún lo tengo en casa. Claro, ya no duermo con él, pero está en el dormitorio. Quizá termine viviendo con él hasta que me muera... o se "muera" él primero :P

¿Y tú? ¿Tienes algún oso de peluche que sea de tu niñez? ¿O algo que sea de cuando eras niño y lo guardes en la actualidad? Conversemos en los comentarios. ¡Hasta la próxima!

Izq: yo, cuando chico, con Panchito (a mi derecha) y Teddy (a mi izquierda). Der: Con Teddy hace un par de años 



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317. Obsesión por las visitas


Cuando inicié este blog, hace ya más de doce años, jamás pensé que, primero, duraría tanto tiempo. Tampoco pensé que la cantidad de visitas llegarían a las 230 mil. Pero aquí estoy: acercándome al final de la temporada 13. Y siempre me pone feliz que la gente visite mi blog y pueda comentar (saludos especiales a Wladimir y a Carlos, quienes son los que más comentan).

Sin embargo, hubo un tiempo en que las visitas decayeron notablemente. Durante los años 2010 - 2012, las visitas estaban a la orden de unas 2500 mensuales aproximadamente. Pero desde ese año en adelante, la cantidad que gente que llegaba a Donde Panchito decreció hasta unos 500 mensuales. Claramente era una gran disminución, y comencé a sentirme frustrado puesto que concluía que mis artículos no eran lo suficientemente interesantes como para que más gente llegara acá.

La desesperación fue en aumento, a tal punto de que, rendido, dejé el blog algo abandonado. Eso lo podrás notar en las temporadas 2013 al 2016, donde la cantidad de artículos escritos por año bajó considerablemente, llegando a los míseros 8 artículos en el 2016. Para que se hagan una idea, en todo el año 2016 escribí la misma cantidad de artículos que en marzo de este año.

Mi blog en el año 2015

Pero, luego de un profundo análisis, llegué a pensar que estaba saliéndome del motivo principal por el cual estaba escribiendo en este blog, motivo que está en el primer artículo de Donde Panchito, escrito en noviembre de 2007: abrí "este humilde blog para dar a conocer lo que me gusta"

¡Claro! ¿Qué importa si la cantidad de gente que me lee es mucha o poca? Nunca he dejado de recibir gente en mi blog, y cualquiera que llegue aquí será bien recibido. Este blog es mi pasión, es mi hobbie, y aquí cuento "lo que me gusta": mis escritos, mis vacaciones, mis reflexiones sobre la vida, mis curiosas historias que vivo día a día... ese es el motivo por el cual Donde Panchito existe, y no la cantidad de visitas que lleguen mensualmente.

Desde chico escribiendo "lo que me gusta".

Entonces, decidí volver en grande. Y sí que lo hice, puesto que este año ha sido el año en que más artículos he escrito (este es el número 52 del año, y el 49 de la temporada 13). ¡Qué gran logro! Sigo teniendo en promedio unas mil visitas mensuales. Y eso me tiene muy feliz. Y agradezco, como siempre, a todos quienes llegan a mi blog, ya sea por primera vez, o quienes ya son frecuentes por este lugar.

¡Por fin saqué un nuevo artículo! Espero sacar adelante otros borradores y seguir contándoles "lo que me gusta". ¡Hasta una nueva entrega!

316. Canciones: Me cuesta tanto olvidarte (Mecano, 1986)


¡Vaya! Ya estamos en octubre. El tiempo no se detiene y dentro de solo 3 meses se acabará este año y, por consiguiente, la temporada 13 de mi blog.

En esta ocasión quiero dejarlos con un tema que se ha convertido en un clásico. Me refiero a la canción "Me cuesta tanto olvidarte", del grupo Mecano. Esta canción es del año 1986, y el vídeo que verás a continuación es de cuando la cantaron en el Festival de Viña del Mar, en 1992. Disfrútenlo.


315. Millonarios detrás de una pelota

 

Vivimos en un mundo difícil. Y esa es una realidad. Nadie puede negarlo. Llevar el sustento al hogar es cada día más complicado. Lo sé por experiencia propia. Uno se saca la mugre de sol a sol con tal de llevar el pan a la mesa, y aun así, mi esposa debe trabajar a medio tiempo porque con mi sueldo no alcanzamos a cubrir todos nuestros gastos.

Esa es la realidad de muchas familias, no solamente en Chile, sino en todo el mundo. Y la mayoría de ellos trabajan extenuantes jornadas laborales por un miserable sueldo. Sin embargo, en este planeta existe un selecto grupo de personas que por ir detrás de una pelota, reciben millones y millones de dólares al mes. Y si lo comparamos con los esfuerzos que hacemos nosotros por ganar el sustento, entonces concluimos que la vida es terrible, pero terriblemente injusta.

Futbolistas que ganan millones de dólares

Es de conocimiento público que los futbolistas ganan millones de dólares. Es verdad que se esfuerzan por llegar a lo más alto en sus carreras. Y eso no es fácil... pero... díganme, ¿quién de ustedes, después de esforzarse durante un par de años, llega a ganar tanto dinero, que pueden jubilarse a los 35 ó 40 años, y después vivir tranquilamente con el dinero ganado? Pues eso justamente es lo que hacen los futbolistas.


Para entender esto, les pondré el ejemplo de Cristiano Ronaldo. Nadie puede negar que es un extraordinario jugador. Sus increíbles jugadas son el deleite de quienes disfrutan el fútbol. Pero, ¿son tan impresionantes para el sueldo que gana? Veamos.

Según el sitio web El Espectador, Cristiano Ronaldo, cuando se cambió del Real Madrid a la Juventus, su sueldo quedó en increíbles 30 millones de euros por año. Eso quiere decir que gana 2.5 millones de euros por mes. A la tasa de cambio del 17 de septiembre, él estaría ganando al mes en pesos chilenos... la no despreciable suma de $2.005.751.212 (se los escribo: Dos mil cinco millones, setecientos cincuenta y un mil, doscientos doce pesos mensuales). Para que se hagan una idea de toda esta locura, el ganaría por día $66.858.373 (sesenta y seis millones ochocientos cincuenta y ocho mil trescientos setenta y tres pesos), por hora $2.785.765 (dos millones, setencientos ochenta y cinco mil, setencientos sesenta y cinco pesos)...


¿Saben cuánto gana por segundo? $773. Eso gana por segundo. Hagamos el ejercicio con alguien que gana el sueldo mínimo en Chile. Es de $276.000. Al segundo se ganaría escuálidos 10 centavos de peso. ¡Increíble! Alguien que gana el sueldo mínimo necesitaría aproximadamente 10 meses para ganar recién lo que este futbolista gana en solo 1 hora. ¿Tiene sentido eso?

Y eso que no hemos hablado de Lionel Messi, ya que su sueldo es de 40 millones de euros... hagan ustedes sus cálculos y sorpréndanse.

Reciben autos de lujos

Como si no ganaran lo suficiente para mantenerse a él y a su familia (con sus sueldos podrían mantener ciudades enteras o incluso países pequeños), algunos clubes de fútbol les regalan autos de lujo a sus nuevos jugadores. Es el caso de Arturo Vidal. Según el portal de noticias AhoraNoticias, Arturo Vidal recibió un auto de lujo al llegar al Barcelona este año. ¿Saben cuánto costó el auto? El equivalente a $46.000.000. Como si Vidal no tuviera cómo pagarlo.

Siguiendo con las comparaciones, alguien que gana el sueldo mínimo en Chile necesitaría 166 meses (o el equivalente a casi 14 años) para poder comprarse ese auto, siempre y cuando no tuviera ningún otro gasto que hacer en esos 14 años, cosa que es imposible.

No es de picado: es la injusticia del sistema

No faltará el que diga que estoy picado porque ellos, con mucho menos esfuerzo que yo o cualquier mortal que se saca la mugre trabajando, obtiene como sueldo millones y millones de dólares o euros. En realidad, no estoy picado. Pero de que es injusto, lo es. Yo soy feliz con mi trabajo y con lo que gano. Muchos futbolistas, y no solamente ellos, sino que también músicos, cantantes, etc., ganan millonadas y no encuentran la verdadera felicidad. Una cosa es clara: la felicidad no depende de la cantidad de dinero que tengas.

Hay muchas personas que son felices, y están forradas de dinero. Hay gente que tiene mucho dinero y es desdichada. Y también hay gente feliz que no tiene un dineral. ¿Dónde está la diferencia entre ser feliz o no? La actitud y el valor que le demos al dinero. Podrás tener mucho dinero, pero si no te sientes realizado con lo que haces, entonces de nada sirve tener millones en el banco.


Para ser feliz, haz lo que te guste. Sal, pasea, viaja, ríe, disfruta con tu familia. Ayuda a tu prójimo, acércate a Dios, trabaja en lo que te fascina. Ama sin medida y sin rencor. Perdona cuantas veces sea necesario y olvídate de lo que te hace daño. Si logras encontrarle un real sentido a tu vida, entonces al final del camino sentirás que, independiente de si tuviste mucho o poco dinero, realmente pudiste ser feliz. Y eso es... realmente impagable. ¡Hasta un siguiente artículo!

314. Al concierto de 31 minutos


Cuando era niño, teniendo unos 12 años, me gustaba una serie de televisión que daban en TVN. Su nombre: 31 minutos. Lo particular de esta serie es que sus protagonistas no eran seres humanos, ni dibujos animados. Todos eran títeres. Estos personajes trabajaban en un canal de televisión, específicamente en un noticiero, llamado justamente 31 minutos, y que le da el nombre a la serie.

Me entretenía mucho con sus historias y las payasadas que pasaban. También me hacían pensar cuando daban la "Nota Verde" de Juan Carlos Bodoque. Y el ranking de canciones (tres por semana) era sencillamente genial.

Conforme fue pasando el tiempo, fui creciendo y quedaron lindos recuerdos de esta serie. Claro, seguían dándolo, tanto por la televisión pública como por la de pago. Pero los quehaceres y mis responsabilidades no me dejaban mucho tiempo para verlos.

A principios de agosto, mediante el Instagram de 31 minutos, me entero que están haciendo un tour por el país, llamado "Tremendo Tulio Tour", y que el 18 de agosto se presentarían en Concepción, ciudad donde vivo. Era una linda oportunidad de volver a recordar mis tiempos de niñez, donde disfrutaba de esta serie, sin tantas preocupaciones fuera de las escolares. Así que compré mi entrada e hice los arreglos para poder ir ese día sábado al concierto de 31 minutos. Y esto fue lo que sucedió.

Llegando al Gimnasio

Fila para ingresar al Gimnasio

El concierto estaba programado para las 19 horas del sábado 18 de agosto en el Gimnasio Municipal de Concepción. Intuía que se llenaría, no solamente de niños, sino de muchos que, como yo, querían recordar su infancia. Así que, luego de hacer algunas compras, llegué al Gimnasio a eso de las 5 y media de la tarde. Era como el sexto de la fila de vehículos para entrar al estacionamiento. En eso, conforme fueron pasando los minutos, la fila de vehículos creció desproporcionalmente, y mucha gente comenzó a llegar a pie. Los carabineros comenzaron a hacernos rodear el Gimnasio en auto para que la fila avanzara sin hacer taco en la carretera. La cosa es que, finalmente, a las 6 y cuarto de la tarde, logré estacionarme dentro del gimnasio.

Luego de pasar por el control de entrada, donde revisaron mi ticket, llegué al control de los guardias por si llevaba objetos contundentes. Yo pasé sin problemas. A un chico le botaron un encendedor... ya saben, por si pensaba usarlo como proyectil y tirárselo a los títeres si no le gustaba el show.

El concierto

Gimnasio repleto de niños y adultos

Al entrar al gimnasio aun no se llenaba. Encontré un asiento y esperé pacientemente mientras sacaba algunas fotos. Eran las 19:20 horas y el concierto no comenzaba. La gente - muy impaciente - estaba pifiando a mares (qué ejemplo para sus hijos sobre la paciencia y el autocontrol), ya que veinte minutos era mucho tiempo (?). En eso, por fin, aparecen en escena los músicos y comienza el espectáculo. Todos gritaban y yo estaba muy emocionado.

Mientras contaban una historia muy chistosa, aparecían la mayoría de los personajes (Tulio, Juanín, Bodoque, Patana, Mario Hugo... aunque eché de menos a Balón Von Bola y a Mr. Guantecillo). Entre medio de la historia cantaban. Y bueno... el gimnasio repleto coreaba sus canciones, aunque yo no cachaba mucho las más nuevas, pero las canciones antiguas como Mi muñeca me habló, o Equilibrio espiritual me las canté de principio a fin.

El concierto duró 1 hora y media. Valió totalmente la pena cada minuto y cada peso invertido en ir a escucharlos. A continuación, les dejaré un par de canciones de las que tocaron ese día. La calidad de la grabación no es la mejor, ya que estábamos al otro lado del escenario, y mi cámara del celular no graba muy bien de lejos y de noche, pero se oye perfectamente. Una canción es Bailen sin Cesar, y la otra es Mi muñeca me habló. Disfrútenlo. ¡Hasta un siguiente artículo!

313. La regla de oro


La vida fuera de casa de los padres es distinta, muy distinta. Una de las cosas que cambia radicalmente es que debes preocuparte por llevar el sustento a tu casa y, por ende, comprar las cosas por tu propia cuenta para comer y subsistir. Antes no me preocupaba de eso, puesto que mis padres compraban las cosas. La realidad hoy es que debo apartar tiempo, una vez cada dos meses, para ir al supermercado a hacer el pedido de comida e insumos.

Una situación que sucedió en una de esas idas al supermercado me recuerda que la vida pasa, y tarde o temprano envejecemos. Y qué ciertas son las palabras de la famosa "regla de oro". Veamos de qué se trata todo esto.

Hace más menos unos seis meses, estaba con unos amigos comprando en un supermercado mayorista (ya saben... compramos cosas al por mayor, por eso vamos cada dos meses. A la larga sale más rendidor) comprando las cosas para la casa. En eso estábamos cuando, de pronto, me fijé en una señora de la tercera edad que andaba comprando algunas cositas también. Intentaba alcanzar una caja de un producto que no recuerdo, que estaba muy alto para su estatura. Lo intentó varias veces, en vano, hasta que se rindió.

Ninguno de los otros clientes la ayudó, salvo un chico que gentilmente le sacó la caja y se la pasó. La abuelita se alegró mucho, le agradeció y siguió su recorrido. Yo quedé muy feliz, y se lo comenté a una amiga. Ella me dice: "Por lo menos queda gente que ayuda a los demás".

Este es un fleje. Es el papel donde está escrito el precio de un producto. En un supermercado mayorista, aparecen 3 precios: por lo general el valor al llevar 1, 3 y 6 unidades. 

Seguimos con el recorrido por el supermercado cuando nuevamente nos pillamos con la señora, esta vez buscando entre medio de unos paquetes de pañuelos desechables. Como nosotros también necesitábamos ese producto, nos acercamos a ver los precios. Uno de mis amigos, al ver tan acongojada a la señora, atinó a ayudarla. La abuelita le decía: "Es que hay tantos precios y no entiendo nada".

Claro, porque los precios en los supermercados mayoristas son distintos a los normales en los supermercados convencionales. Porque la gracia de un supermercado mayorista es que, mientras más compras, más barato te sale por unidad (véase la foto de apoyo). Entonces la señora se confundía al ver tantos precios juntos.

Mi amigo la ayudó unos segundos, a lo cual la abuelita le agradeció y, sacando un paquete de pañuelos, continuó su camino a la sección de panadería. Nosotros continuamos por otro lado pero, curiosamente, nos pillamos una tercera vez con ella. En ese supermercado (como en muchos otros) no tienen un trabajador para pesar el pan o las frutas y verduras, ya que ahora es un "autoservicio" (con la excusa de que con eso tienen precios más bajos, aunque lo más probable es que es sólo para abaratar costos para los empresarios al prescindir de un trabajador). La cosa es que la abuela intentaba pesar su pan, pero es comprensible que no sepa cómo usar una balanza electrónica.

Estaba a punto de ir a ayudarla cuando un trabajador, que estaba en un montacarga, se me adelantó y la ayudó a pesar el pan. Agradecida, se fue a pagar.

Esta experiencia me muestra que aun hay gente buena. Muchos me alegan que en mi blog sólo hablo de desgracias y tragedias. Y es que no puedo hacerme el ciego frente a la maldad de la humanidad. Pero tampoco puedo hacerme el leso frente a estas cosas buenas. Aun hay fe en la humanidad... o por lo menos, aun hay fe en algunas personas que siguen actuando con altruismo.

Todos llegaremos a viejos algún día. Por lo tanto, debemos ser altruistas con quienes necesitan nuestra ayuda.

¿Y qué tiene que ver la regla de oro en todo esto? Primero que todo, ¿conoces la regla de oro? Son unas palabras de Jesús que dijo cuando vivió en la tierra. Por favor, independiente si eres creyente o no, seguramente te interesará leer estas palabras: "Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos" (Mateo 7:12, RV1995). Es muy distinto a lo que muchos dicen con respecto a la regla de oro, a saber: "No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti". ¿Por qué es distinto?

Porque las palabras de Jesús incitan a la acción, a que TRATES a los demás como A TÍ te gustaría que te trataran. No es que me quede quieto sin hacer nada para que nadie me haga algo a mí. Yo tengo que hacer cosas por el prójimo, pensando en que así me gustaría que me trataran a mi. Como quiero que me traten bien, yo trato bien a los demás. Como quiero que me hagan cosas buenas por la vida, yo ayudo a los demás por la vida. Esa es la verdadera regla de oro.

El tiempo pasa: todos seremos viejos algún día. Y si tengo problemas para leer un precio, o para pesar el pan, esperaré que alguien me ayude. Pero la gracia está en que no ayudemos a los demás sólo por interés, esperando que nos ayuden a nosotros cuando pidamos ayuda. Las acciones que hagamos por el prójimo deben ser motivados por un amor genuino. Si la gente tan sólo aplicara estas palabras de Jesús... créanme: la mayoría de los problemas de la humanidad se acabarían.

Hagan la prueba: apliquen esta regla de oro, y verán que se siente muy bien hacer el bien a los demás, y entonces, encontrarán la verdadera felicidad. Hasta un siguiente artículo.

312. Vergüenza

 

Debo reconocer algo: la tierra es un bello planeta. Gracias a mi padre pude conocer buena parte de Chile y del vecino país de Argentina (algunos lugares los han visto en la sección Viajando con Panchito). Y ahora, estando casado, he querido imitar a mi padre, saliendo de vacaciones a lugares hermosos junto a mi esposa. Realmente, la creación es hermosa.