Vivimos en un mundo cada vez más descuidado con el entorno que nos rodea. No hace falta salir muy lejos para ver cómo hay basura desparramada por las calles, los pasajes, las plazas y en sinfín de lugares, incluso en donde existen basureros como para botar los desperdicios. Es una sociedad tan cochina y sucia, que incluso algunas veces me da rabia y asco ver cómo la gente contamina como si fuera la cosa más normal.
sábado, 25 de febrero de 2017
234. Manual para aprender a botar basura
Vivimos en un mundo cada vez más descuidado con el entorno que nos rodea. No hace falta salir muy lejos para ver cómo hay basura desparramada por las calles, los pasajes, las plazas y en sinfín de lugares, incluso en donde existen basureros como para botar los desperdicios. Es una sociedad tan cochina y sucia, que incluso algunas veces me da rabia y asco ver cómo la gente contamina como si fuera la cosa más normal.
jueves, 16 de febrero de 2017
233. "¡Fuego!", parte 2
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| Quemar bosques es una aberración (Foto tomada de nuevatribuna.es) |
Actualización 02.12.2022: Este relato ocurrió durante mi primer matrimonio. Por respeto a mi exesposa, he decidido borrar su nombre de este artículo.
Para leer este artículo, te recomiendo que leas la Parte 1.
Hasta el día 24 de enero pasado, mi vida iba relativamente normal. Justo ese día, en la tarde, comencé a escribir el artículo "Pirómanos a la vista", que hacía alusión a los incendios forestales que llevaban ya unos días ocurriendo acá en Chile. Pero lo que no sabía es que, al día siguiente, viviría en carne propia y de manera muy directa, cómo un incendio forestal puede cambiar la vida de la gente para siempre. Ponte cómodo: aquí va la segunda parte y final del especial "¡Fuego!".
"Vamos a buscar a mis papás"
Al día siguiente, miércoles 25 de enero, tenía libre en el trabajo. Ordené la casa e hice mis quehaceres. Mi esposa trabajó ese día. La fui a buscar a la hora de colación y almorzamos juntos en casa. La fui a dejar al trabajo para el turno de tarde a eso de las 3 de la tarde. Al horizonte ya veía algo de humo, pero lo consideré como un incendio sin importancia.
Cuando la fui a dejar, cambié de planes. En vez de volver a casa, decidí ir a ver a mis padres. A la salida de Penco ya podía notar más humo. A medida que iba viajando a casa de mi padres, observaba que había otro foco de incendio que estaba creciendo mucho. Recién ahí comencé a preocuparme. Sin embargo, nunca pensé que la cosa iba a crecer tanto. Deducía que los bomberos serían capaces de apagarlo antes de que pasara a mayores.
Llegué a donde mis papás y desde allá (a unos 18 km de donde vivo) el humo se veía tenebroso. Estaba preocupado, así que salude a mis papás y luego pase a ver a mi abuela y a mis tíos y sus hijos. De broma le dije a Sebastián, uno de mis primos, que debía volver porque no sabía si el fuego llegaría a mi casa. Pero, curiosamente, durante los días siguientes, sí estuve preocupado por ello.
Vuelvo a Penco, paso por la interportuaria, donde el humo ya era demasiado. En el peaje, increíblemente, seguían cobrando, a pesar de tener encima una nube de humo horrible y estaba lloviendo algo de ceniza. Pagué (el peaje más encima subió $50) y llegué a casa. Vivo en un cerro, y desde ahí tengo una vista panorámica de toda la ciudad. Al fondo, veo que hay harto humo en la población Montahue, donde vivía antes mi esposa y viven actualmente mis suegros. Se lo comenté a mi esposa vía whatsapp (como saben, estaba en el trabajo) y quedó preocupada.
Al rato me dice: "Ven a buscarme al trabajo. Vamos a ir a buscar a mis papás". Raudamente tomé el auto y fui a buscarla. Y aquí, amigas y amigos, comienza lo que puedo llamar la parte más peligrosa y caótica que viví en los incendios.
Apenas se subió mi esposa al auto aceleré para ir a la población donde se veía mucho humo. Yo quería pensar de que el humo que veía era de más lejos. Pero al llegar a la entrada de la población (que es una calle en subida), estaba atestado de vehículos y carabineros no dejaban subir. Mi esposa se bajó del auto y subió a pie a la población. Intentando avanzar, quedé en medio del cruce, y un carabinero me grita: "¡Flaco, muévete!". A duras penas lo hice y pude estacionarme.
Entre paréntesis: agradezco al carabinero por lo de "Flaco". Lo tomé como un cumplido ^^
Volvamos a la historia. Luego de estacionar, subí también a pie hasta llegar a la casa de mis suegros. Había mucho humo y costaba respirar. Mi esposa estaba en casa, mis suegros aun no llegaban. Mi suegra estaba en un taco en la carretera por los incendios, y mi suegro venía camino a casa después del trabajo. Así que intenté por todos los medios convencer a mi esposa de que debíamos bajar, considerando que no sabíamos si llegaría el fuego a las casas.
A esa misma hora, al final arriba de la población, las llamas estaban llegando a las primeras casas. Los vecinos y los bomberos hacían lo imposible para poder apagar el fuego sin que se quemara alguna vivienda. Más abajo, nosotros esperamos a que llegaran mis suegros. La que llegó primero fue mi suegra. Le dijimos que bajara con nosotros, pero al no querer, e insistir en que esperaría a mi suegro, mi esposa y yo comenzamos a bajar, con la promesa de que, apenas llegara mi suegro, bajarían en auto y se irían con nosotros a mi casa. Al fin y al cabo, y siendo bien frio, si el fuego llegara a la población, la casa se quemaría igual, estando ellos o no adentro. Claro, quizás hayan podido hacer algo como para que no se quemara, pero prefería que no se arriesgaran por cosas materiales: la vida vale más que cualquier otra cosa.
Bajábamos con mi esposa hacia donde dejé el auto (como referencia, lo dejé en el calendario que está a la entrada de Penco). En eso, la gente comienza a correr calle abajo. Miro a mi derecha y con mi esposa nos comenzamos a desesperar. El fuego venía quemando el bosque que había ahí. No había tiempo que perder: debíamos bajar rápidamente. El humo estaba sofocante.
"Amor, llama a tu mamá y dile que baje. El fuego está más cerca" le grité a mi esposa, quien no pudo comunicarse con ella. La llamé muchas veces insistiendo, e incluso suplicándole, que bajaran. Estaba muy preocupado. "¡Deben bajar, ¡¡YA!!!", le gritaba por el teléfono. En eso, alguien grita: "Muévanse, el fuego viene ahí". Y, en efecto, el fuego estaba acercándose a los autos. Así que tuvimos que irnos al otro lado de la carretera. Mi esposa lloraba. Estaba desconsolada y yo intentaba tranquilizarla. Finalmente, ella decidió subir a buscarlos a pie, y yo los esperaría mientras bajaran, ya que mi esposa insistió en que no subiera con ella. Debía estar atento por si debía mover el auto rápidamente.
En eso, comienzo a sentir un calor horrible (más de lo que ya había sentido ese día). Miro hacia atrás y el fuego había llegado al borde de la carretera. Debía huir nuevamente. La foto que pondré a continuación muestra algo de lo que vi ese día. Comprenderán que por razones obvias no saqué muchas fotos debido a lo delicado que estábamos viviendo.
Finalmente, mi suegra bajó con mi esposa y llegamos a Casa. El incendio no llegó donde mis suegros, y eso es bueno. Sin embargo, durante varios días tuvimos que convivir con el fuego, el humo y el calor extremo. En Conce llegamos a 38 grados aprox., algo totalmente alocado e inusual. En Bulnes, cerca de Conce, llegaron a 45 grados. ¡45! Esa noche no dormí porque al fondo veía el fuego que podía acercarse a casa. Al día siguiente con un sueño extremo fui a trabajar. Los militares estaban custodiando los servicentros y los supermercados, por si habían intentos de saqueo.
Todo ha pasado por ahora
Terminando este pequeño especial (que iban a ser de 4 partes, pero lo dejé en 2 para poder continuar con mis otros artículos) puedo decir que lo que viví a finales del mes pasado no se lo doy a nadie. La sufrimos toda, y estoy consciente de que hubo gente que la pasó peor. Pueblos destruidos, personas fallecidas, bosques quemados... fue una tremenda tragedia. La cosa acá se ha calmado. Llevamos nuestras vidas normales, esperando que nunca, pero nunca más, suceda algo siquiera parecido a lo que vivimos semanas atrás.
Aprovecho de saludar a todos quienes se preocuparon por mi, ya sea llamándome, wasapeando o escribiéndome en la página de Facebook. Estamos bien acá en Penco. Lo peor ha pasado. Y gracias también porque hace unos días hemos sobrepasado la barrera de las 200 mil visitas. ¡Muchas gracias a todos! Y nos vemos pronto en una nueva entrega acá en Donde Panchito. ¡Hasta entonces!
domingo, 29 de enero de 2017
232. "¡Fuego!", parte 1
Verano... Luego de un año agotador, qué genial es disfrutar de días soleados y agradables, ricos para ir a la playa, al río o salir de vacaciones a conocer nuevos lugares. Pareciera ser que el verano es la mejor época del año y, aunque en cierto sentido lo es, no podemos eludir el hecho de que justamente en estas fechas (acá es Verano, si eres del hemisferio norte claramente estás en invierno) ocurren los temidos incendios forestales.
sábado, 21 de enero de 2017
231. ¡Cuidado al comprar por internet!
Comprar por internet... ¿Quién se iba a imaginar eso hace unos 20 o 25 años atrás? Hoy en día muchas cosas se pueden comprar a través de la web y te las dejan en la puerta de tu casa. Yo, de hecho, he comprado y vendido de esa forma, y suele ser muy rápido. Me gusta esa forma de compra y venta. Las empresas del retail entienden eso y hacen ofertones por internet para incentivar la compra en línea.Aquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.
Pero, lo que les voy a contar es algo que me pasó el año recién pasado. Es algo que, si bien es cierto se solucionó, da cuenta de que, a pesar de que tiene sus ventajas comprar por internet, hay que tener cuidado para no encontrarse con sorpresas más adelante.
Buscando un netbook por internet
Hacia mediados de la década pasada irrumpieron en el mercado una derivación de los computadores personales, más conocidos como notebook, pero en versión más pequeña. Surgían como un ave fénix los llamados netbooks, que tenían la ventaja de ser más fáciles de portar, aunque no contaban con lector de CD/DVD. Estos aparatos duraron un tiempo hasta que las tabletas se metieron y los sacaron del mercado. Por lo menos, yo nunca más vi un netbook en alguna tienda a la venta.
Yo andaba en busca de una de esas. A pesar de que poseo una Tablet Windows 10, buscaba un netbook para poder tener la movilidad de, por ejemplo, escribir en mi blog en cualquier lugar. Así que me metí a Mercado Libre (para qué dar una definición de ese lugar, creo que todo el mundo lo conoce) en busca de uno... y lo hallé.
Leí las características y me parecieron más que suficientes para lo que lo necesitaba, así que lo compré. Tenía la opción de "Mercado Pago", usando una tarjeta de crédito. Como yo no tengo una, mi padre accedió a prestarme la suya y la pagué en 3 cuotas. Me contacto con el sujeto que me lo vendió y me dice: "No, amigo. No acepto mercado pago porque da muchos problemas. Déjame devolverte el dinero y mejor me pagas en efectivo o transferencia". "Está bien", le respondí. Me envió un pantallazo indicando que me habían devuelto el dinero a la cuenta de mi padre. Luego de eso, le hice una transferencia a su cuenta en el banco. Él me envió el netbook y una semana después lo fui a recoger a la empresa de encomiendas.
Comienzan los problemas
Unas semanas después, mi papá me llama preguntando por un saldo descontado de su tarjeta por concepto de una compra en Mercado Libre. Yo, extrañado, voy y veo su cartola. Y, claro, estos jetones no borraron la venta hecha por Mercado Pago y, finalmente, le cobraron a mi papá el Netbook. Estaba molesto, porque ya lo había pagado en efectivo y después salía pagado nuevamente con la tarjeta.
Me contacté con el que me vendió el netbook y me indicó que lo había borrado y que le habían devuelto el dinero a mi papá. Me sugirió que hablara con el soporte técnico de Mercado Libre. Y eso hice... o al menos, eso intenté hacer.
Busco en la página de Mercado Libre y no había ningún mail o teléfono para poder reclamar. Buscaba por todo el sitio y no había nada de nada. Busqué por internet, y los dos números que hallé eran números que no existían. Curiosamente, encontré muchos reclamos de gente que intentaba contactarse con los tipos de Mercado Libre y no podían. "Esto me huele mal", me dije.
Finalmente encontré una página en Facebook de Mercado Libre, donde, para variar, en cada publicación que subían aparecían reclamos por muchos motivos, incluyendo los dobles cobros de Mercado Pago. En un principio, el tipo que manejaba la página de Facebook intentaba responder los comentarios, pero eran tantos que después ni se dignaba a responder, y lo entiendo. Debe ser frustrante.
En un intento por ver si me pescaban, puse un comentario explicando la situación pero, como era de suponerse, no me contestaron. Así que les mandé un mensaje por interno. A las horas me respondieron. Me explicaron que en el estado de cuenta siguiente vendría el descuento por el netbook que no se compró vía Mercado Pago. Al fin, había recibido una respuesta.
¡Cuidado si compras por internet!
Si bien es cierto mi problema se solucionó, el trago amargo de tener que hacer malabares para arreglarlo nadie me lo quita. El netbook lo tengo y funciona de mil maravillas con el Windows XP y el 8.1 (tengo ambos sistemas instalados). Pero, pensándolo bien, quizá cuántos casos aun no se resuelven y al final les cobran el doble por el producto que compran. Y hay varias cosas truchas aun que puedes pillar en este tipo de sitios: envíos que se pierden, ofrecer productos a un precio muy inferior para no pagar comisión (por ejemplo vender un notebook a 200 lucas pero lo publican a 20 lucas no más) y así un largo etc. que puedes hallar en las compras por internet.
Este susto que tuve sólo fue eso, un susto. Todo salió bien, pero les aconsejo que tengan mucho cuidado al comprar por internet. Háganlo en páginas confiables y que tengan soporte en caso de problemas. Siempre se puede acudir al Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC por sus siglas) para solucionar cualquier problema. La idea es no pasar por dificultades y, finalmente, disfrutar de poder comprar tus cosas desde la comodidad del hogar.
¡Wow! Ha pasado volando el primer mes del año y la 10ma temporada de Donde Panchito va viento en popa. Tengo más de 30 artículos en borrador que iré publicando periódicamente en mi blog. Y tú, ¿has tenido malas experiencias comprando en la web? Conversemos en los comentarios. ¡Gracias por leerme!
domingo, 15 de enero de 2017
230. Experiencias de un simple cajero 8
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| Me gusta mi trabajo |
Hoy les traigo dos vivencias nuevas de mis aventuras como cajero. Espero que les gusten. Empecemos.
La caluga de 50 pesos y el vuelto en puras monedas
Fiestas Patrias. Como en todos los países (me imagino) acá en Chile la gente se vuelve loca comprando cosas para celebrar las festividades patrióticas. Lo sorprendente es que gastan exorbitantes sumas de dinero para celebrar, y después apenas pueden pagar las deudas que significan comprar más de lo que sus bolsillos aguantan. Bueno, pero no vengo a hablar de eso. Solo se los menciono para que entiendan el contexto del siguiente caso.
Al ser fiestas patrias, hay mucho ajetreo. Gente comprando y largas filas para pagar. Allí estaba yo trabajando cuando, de pronto, aparece un caballero que compra con tarjeta de débito y me pide 10mil pesos de vuelto. Yo ningún drama, le paso la venta y le entrego su vuelto en un billete de 10mil pesos.
El caballero me pide que si puede darme los 10mil en sencillo (10 billetes de mil pesos). Yo, súper amable, le dije que no podía porque debía guardar sencillo para dar vuelto a la infinidad de clientes que venían. El cliente se molestó. Agarró una caluga de 50 pesos y pagó con los 10mil, creyendo que así le daría sencillo.
"Lo siento - le dije -, pero le dije que no tengo tanto sencillo en billetes". Me respondió: "Estoy comprando, así que debes darme vuelto". Le encontré razón, así que le di los 9.950 pesos de su vuelto en monedas. El caballero me miró, y sencillamente se largo a reír. "Me la hiciste" me dijo. Y no paraba de reírse.
Al ver su risa, me dió pena darle tantas monedas. Así que le dije: "Deme las monedas. Si me espera, pediré sencillo donde mis jefes". Me sonrió y me dijo: "Gracias joven. Muy amable".
Volví y le pase el vuelto en billetes. Quedamos como amigos. El se fue y yo seguí trabajando.
"Ustedes se están riendo de mí"
Me considero un joven bien alegre (entiéndase que el término joven es bien relativo. Yo a mis 26 años soy joven aún, aunque si hubiera nacido en la edad media, con 26 años ya sería un anciano). Y en la caja, cuando no anda mucha gente, me gusta conversar con mi empaque. En eso estaba cuando sucedió algo muy raro.
En el super donde trabajaba, habían dos hileras de cajas. La mayoría de la gente pasaba por las cajas de adelante. Yo estaba en las de atrás, así que para que supieran que yo estaba atendiendo, debía gritar "Pase" para que avanzara la fila hacia atrás. Justo hice eso, y una señora con un coche de guagua me ve y avanza a mi caja.
Justo antes de que llegara a donde estaba yo, mi empaque me tira una talla muy graciosa. Yo no pude aguantarme la risa y ambos comenzamos a reírnos de lo que me había dicho. La señora, al escuchar nuestras risas, creyó que nos reíamos de ella, y nos dijo: "Ustedes se están riendo de mí. No se los voy a aguantar". Se dio media vuelta y se cambio de caja. Ni siquiera me dio tiempo de darle una explicación. Simplemente se fue. Ambos quedamos plop con todo eso, pero les prometo que no nos burlamos de ella :(
Estas dos experiencias quería contarles. Tengo muchas más. Pero las dejaré para otros artículos de la serie Experiencias de un simple cajero. Nos vemos aquí, Donde Panchito.
martes, 10 de enero de 2017
229. Señor Panchito
Actualización 27.11.2022: Como ya no estoy casado, he eliminado las fotos de este artículo por respeto a quien fue mi esposa, de quien también borré su nombre. Sólo dejaré el texto. No se eliminará el artículo para mantener la numeración.
Y si, ahora soy Don Panchito. Finalmente, y luego de más de 2 años de relación con xxxxx, el pasado 2 de diciembre nos unimos en matrimonio. Pero, ¿qué es esto? ¿Por qué Panchito y xxxxx decidieron casarse, si hoy el matrimonio esta horriblemente pisoteado y, a la vista de mucha gente, no tiene ningún valor?
El noviazgo entre xxxxx y yo
Cuando decidimos conocernos mejor para ver si éramos compatibles xxxxx y yo, en septiembre de 2014, tenía muchas expectativas de lo que iba a ocurrir. Yo quería mucho a xxxxx , y sentía cosas por ella que nunca había sentido por otra chica. Ella me atrajo por su sencillez y su manera de ser conmigo y con los demás. Por sobre todo, el amor que siente por Dios es muy grande, y en eso teníamos mucho en común. Remábamos para el mismo lado.
Hay que ser sinceros: no todo es hermoso en una relación amorosa; al fin y al cabo, somos dos personas que, aunque tengamos cosas en común, somos muy diferentes en varias cosas. Algunas veces eso chocaba y discutíamos. La gracia de todo esto es que, gracias al amor que nos teníamos, y el amor que profesábamos por Dios, solucionábamos nuestros inconvenientes rápidamente.
Vivimos muchas cosas lindas y entretenidas durante los más de dos años de relación. Viajábamos mucho con mi autito (recorrimos entre Cobquecura y Contulmo) y nos sacamos muchas fotos. De ahí que xxxxx sea mi asistente de fotografía en mi blog. Salíamos a predicar juntos y también compartíamos con nuestros amigos y familiares. El tiempo pasó rápido y, finalmente, llegó el día que habíamos fijado para comprometernos y, finalmente, casarnos. Pero, ¿por qué casarse?
El matrimonio: un regalo de Dios
Cuando fue la recepción, luego de casarnos, en el local, proyectamos un vídeo con nuestras fotos para que los invitados vieran lo felices que estábamos (y lo seguimos estando). Le tenía una sorpresa a mi ya esposa: una película de 30 minutos que me tomó 4 meses y 9 actores poder terminarla. Le encantó. Pero, lo que quiero destacar es que, en esa película, en mis palabras finales, dije una frase que, cuando la dije en la grabación, no le tomé mucho peso. Pero el día de nuestra boda, la escuché y la encontré muy sencilla y profunda.
En el vídeo dije: "Y como xxxxx y yo queremos hacer las cosas bien... Dos personas que realmente se aman, DEBEN llegar al matrimonio". Amigo: no sé qué concepto tengas tú de lo que realmente significa el matrimonio, pero para xxxxx y para mí, creyentes en Dios, tenemos un alto concepto de lo que significa esta institución. Y no hay que ir muy lejos para darse cuenta que, en la sociedad actual, el matrimonio se ve de muy mala manera. Comentarios como: "¿Y cómo te fue en tu matricidio?" o "¿Pero para qué casarse, si pueden convivir?", demuestran el poco respeto hacia el matrimonio.
Eso me quedó más claro cuando, días antes de casarme, todo el mundo insistía en que perdería mi tiempo casándome. "Te estás atando. Mejor convive y, si no resulta, se separan y ya". Luego de casarme, me decían que estaba loco, e incluso me dijeron que era una estupidez llegar a casarse. ¿Por qué ese mal concepto del matrimonio?
En parte se debe a que la gente llega y elige sin pensarlo. Factores como embarazos no deseados o el miedo a quedar solos empujan a mucha gente a casarse sin pensar en lo serio que es esto. Toman el matrimonio como un juguete. Otro factor es que el diablo quiere que el matrimonio quede como algo ridículo frente a los demás. Entonces, ¿por qué xxxxx y yo decidimos casarnos? Pues porque Dios así lo quiere. Él creó el matrimonio y es algo sagrado. Él no quiere que quienes lo adoran o dicen ser cristianos se dejen moldear por el pensamiento de este mundo. Mi esposa y yo amamos y respetamos mucho a Dios, y por eso decidimos hacer las cosas como Él quiere (léete Génesis 2:24, Mateo 19:5, 6; y Marcos 10:6-8).
¿Cómo nos ha ido?
Pensaba que iba a ser más difícil. Claro, tampoco es llegar y comenzar a vivir juntos. Es todo un desafío. Pero en este poco más de un mes que llevamos casados lo hemos pasado bien, muy bien, con altos y bajos, pero siempre confiando en Dios. Al fin y al cabo, cuando uno hace las cosas como Él quiere, todo sale superduper. Aun no salimos de luna de miel, y es probable que lo dejemos para más adelante. Nuestra casa está armada y, en mi caso, me mudé a otra ciudad. Ha sido una linda etapa de nuestras vidas y se nos vienen muchas más aventuras juntos.
Insisto, no sé qué opinión tienes del matrimonio y, si no concuerdas conmigo, estás en todo tu derecho y te lo respeto. Pero, para mí, el matrimonio es una institución sagrada y, como tal, me esfuerzo junto con xxxxx para estar a la altura de lo que Dios espera de nosotros. Saludos y nos vemos en una nueva entrega aquí, en Donde Panchito.
miércoles, 4 de enero de 2017
228. Inicio Temporada 12 - Noticias Panchito 12: Novedades de mi blog
¡Hoooola amigos!
Sí. Por lo menos a mí, me cuesta creer que ya hemos llegado a la 12da temporada de Donde Panchito. Imagínense: en mayo este lugar ya llevará 11 años abierto. Y eso me entusiasma y me anima a continuar con este pequeño blog. Esto no lo hubiera logrado sin la ayuda de ustedes, ya que son más de 180 mil visitas (180.744 al momento de hacer este artículo) y 865 comentarios en los 228 artículos que he publicado de los más diversos temas.
sábado, 31 de diciembre de 2016
227. Fin temporada 11 - Donde Panchito: 10 años de historia
Se nos va el año. Sí: así de rápido. Y se nos va la Temporada 11 de mi blog Donde Panchito. Sí, han pasado ya 10 años desde que, un 16 de mayo de 2006, este lugar que tú estás viendo en este instante, abría sus puertas al público a eso de las 3 de la tarde. ¡Qué tiempos aquellos! En ese entonces Windows XP dominaba el mercado de los computadores. En mi casa no había más que un computador de 512 MB de RAM y 80 GB de disco duro. El MSN Messenger era la forma de comunicarse con los amigos y familiares por internet. Sí, en un mundo como ese, yo, Panchito, di inicio a esta aventura. ¿Cómo logré construir este lugar? ¿Cómo surgió la idea? Pues en este artículo, el último de este año, te comentaré cómo fue que Donde Panchito pasó a tener más de 220 artículos (en su momento casi 250) y 180 mil visitasAquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.
Inicia Donde Panchito su largo camino en la web
No quiero relatarte toda mi historia de fracasos desde el 2000 al 2006; eso lo puedes leer en la sección Acerca de, aquí mismo en mi blog. Lo intenté varias veces, sin aparentes resultados. Pero lo que no sabía es que estaba adquiriendo lo que necesitaba para construir esto. Llegamos entonces al día que mencioné al principio: 16 de mayo de 2006. A las tres de la tarde, desde la casa de mi tía, daba por inaugurado mi sitio web, llamado en ese entonces Panchito On Line.
Al principio no tenía muchas cosas, pero con el correr del tiempo le iba agregando más cosas, como la sección Frases de Oro, que tuvo mucho éxito en ese entonces. Apropósito, dentro de algún tiempo daré a conocer noticias sobre esta sección que aun sigue en pie, a punto de morir, en este blog. Bueno pues, prosiguiendo; les comentaba que mi sitio web comenzaba lentamente a crecer. Pero, sinceramente, me daba una soberana lata estar modificando a cada rato mi web, en un servidor que más encima estaba en inglés. Así que, el 17 de noviembre de 2007 hice mi primer artículo aquí en blogger. Nacía Donde Panchito, la continuación de Panchito On Line, por lo que la fecha de inauguración de mi blog se mantuvo como el 16 de mayo de 2006.
Crece la cantidad de visitas y la calidad de los artículos
Al momento de abrir este lugar, ya tenía aproximadamente unas 2500 visitas en el año y medio casi que llevaba Panchito On Line en internet. Conforme fueron pasando los días y los meses la cantidad de visitas fue en aumento. Y claro, la calidad de lo que escribía también fue cambiando. Como prueba de ellos, léete alguno de los primeros artículos que hice, por allá en el año 2007 ó principios de 2008. Compáralos con artículos como "¿Qué son 10 pesos?" o "¡Peligro! Chanchitos en la vía pública". Notarás que hay enormes cambios, y es que mi blog me ha visto crecer y madurar.
¿Quiere decir eso que dejaré de escribir? Claro que no. Si eres un lector asiduo de mi blog te darás cuenta que ya en un par de ocasiones he querido dejar este lugar botado y continuar con mi vida. Ya lo hice hace unos años con mi diario de vida, quien me acompañó por largos 12 años (2002 - 2014). Algunas veces hay que dejar atrás cosas o personas que en su momento fueron de gran ayuda, pero que te impiden seguir adelante. Con mi blog no sucede eso, o al menos eso siento. Me imagino con 70 años, viejito, aun con este blog, escribiendo mis vivencias como adulto mayor. Y, quién sabe, pueda batir un récord, como el blog más longevo del mundo (si siguiera escribiendo a los 70 años, Donde Panchito tendría 54 años de vida).
El futuro de Donde Panchito
¿Qué más puedo decir? Quiero agradecer a todos quienes han formado parte de esta década de vida de mi blog. Espero seguir escribiendo ya en la décima temporada que comienza el otro mes. Quizá no lo haga con la misma intensidad que antaño, pero nunca dejaré de hacerlo. Tuve que invertir 6 años de mi vida para poder construir esto, y otros 10 para mantenerlo y hacerlo crecer. Eso no lo hace cualquiera - modestia aparte -. Quiero darles las gracias de corazón a mis lectores, a quienes comentan y comparten mis publicaciones; y también a nuestros 208 seguidores en Facebook.
Y se nos fue el año. Hoy es 31 de diciembre. Un 2016 lleno de emociones. A decir verdad, así como no celebro la navidad por las razones que expliqué por allá por el 2011, tampoco participo de estas festividades de fin de año. Para mí, mañana simplemente es un día feriado, nada más. Así que, nos veremos pronto aquí en mi blog. Doy por terminada la temporada 2016 (la número 11), que no fue muy productiva en cuanto a artículos (puedes echarle una mirada al apartado Archivador de artículos, ubicado en el lado derecho del blog). ¡Nos vemos amigos!
sábado, 24 de diciembre de 2016
226. Fórmula 1... Al estilo "Ruta las Playas"
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| La foto es referencial :) (Foto tomado de "A todo Bus Chile") |
Hace más de tres años que poseo mi propio vehículo. Me tomó otros tres años poder juntar el dinero necesario para comprarlo, por lo que ese autito es fruto de un gran esfuerzo. Por eso lo cuido con esmero. De cariño le digo "hijo", y le hago todas las mantenciones que corresponden. Sin embargo, por muy bien que uno cuide el auto, siempre hay cosas que escapan al control de uno. Un pinchazo, por ejemplo.
Eso me sucedió. Pero no fue un pinchazo en realidad. Manejaba tranquilamente, pero cuando frenaba el auto tambaleaba para todos lados. Eso sólo ocurría cuando frenaba, y por más que le miraba, no sabía por qué hacía eso. Así que un amigo me recomendó un lugar donde podía revisar mi auto. Lo llevé y el mecánico me dijo que me tendría una respuesta al día siguiente. Así que, de vuelta a casa desde el taller, ubicado en Lirquén, tenía que tomar una micro, y esa micro fue una Ruta las Playas, sin imaginar la experiencia que viviría dentro de ella.
Locura al volante
Es de conocimiento público que los choferes de micro, en su mayoría, exceden la velocidad máxima permitida mientras conducen. Y si bien es cierto cuando uno va atrasado lo agradece (aunque esté mal), lo cierto es que casi siempre se pone en riesgo tanto a los pasajeros como a otros conductores.
Cuando me subí a la micro aquel día, llevaba ya varios meses sin subirme a una, por lo que había olvidado cómo eran estas locas carreras. El viaje al principio fue tranquilo, hasta llegar al Centro de Concepción, donde se quedó pegado esperando pasajeros en un paradero como por 15 minutos. Yo, igual estaba algo urgido, porque quería llegar a casa antes de que oscureciera. En eso, la micro parte rápidamente, tan rápido que quienes iban buscando asientos dentro de ella casi se caen. No entendía por que había partido tan aprisa, hasta que miro por la ventana hacia atrás y... ¡NO! Godzilla venía atacando la ciudad Otra micro de la misma línea lo había alcanzado. Lo que me temía estaba pasando: comenzaría una alocada carrera por captar pasajeros.
Loca carrera entre dos Ruta las Playas
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| Super Ruta las Playas Kart 64 |
Es que esta carrera comenzaba tan alocadamente, que ya veía que un chofer le tiraba un plátano al otro, cual Mario Kart, para que se resbalara. Pasaban los vehículos, los peatones, los semáforos, las casas... Los lomos de toro se los comían y saltábamos dentro de la micro con los hoyos del camino. Fantasilandia no era nada: estaba en el boomerang versión Ruta las Playas.
En un intento desesperado por terminar con este infierno, uno de los pasajeros toca el timbre de la puerta trasera para bajarse de la micro. Ésta frena justo en un semáforo en rojo y el chofer abre la puerta para que el pasajero baje. Éste lo hace, pero apenas pisa el piso, la micro arranca, sin esperar que el pasajero baje como corresponde. Claro... si se le estaba yendo su contrincante pos, debía apurarse para no perder pasajeros.
Llegamos a Hualpén, cerca de casa de mis padres, cuando llegaba la hora de bajarme. Estaba algo temeroso, puesto que, a pesar de que ya no había muchos pasajeros que recoger y el otro chofer ya había quedado atrás, la micro continuaba su alocada carrera por entre medio de calles angostas. Al final, toqué el timbre para bajarme en el Cerro Amarillo. Se abre la puerta y pude bajar sin problemas. La micro se va y se pasa el semáforo en rojo. Pffff...
¿Hasta cuándo?
Mi pregunta, estimado lector, es: ¿Hasta cuándo deberemos aguantar que algunos choferes - no todos, por cierto -, manejen como se les pegue la regalada gana, como si fueran amos y señores de las calles? Yo con mi autito chiquitito tengo que hacer malabares para que los microbuseros me puedan ver. Se saltan semáforos en rojo, se comen los discos pare, adelantan donde no corresponde, hablan por celular, manejan a exceso de velocidad, no dan boleto... ¡En las noticias hace algún tiempo mostraron a un chofer que se afeitaba mientras conducía!
Insisto, no son todos. Al contrario, son los menos, un porcentaje relativamente pequeño comparado con el gran número de choferes que hay en Conce. Pero esos menos no deberían existir: TODOS sin distinción deberían manejar como corresponde; al fin y al cabo, pagamos pasaje, y merecemos un viaje seguro y cómodo.
Y a ti: ¿Te ha pasado algo similar viajando en micro? Te espero en los comentarios y nos leemos en una siguiente entrega. ¡Chau!
lunes, 21 de noviembre de 2016
225. Un cuidador de autos muy particular
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| Foto referencial |
Hace unos días atrás me pasó algo yendo a comprar al supermercado que, claro, llegó a ser tragicómico y una reverenda estupidez. Pero pensando fríamente, lo que ocurrió rayó en lo insólito y demuestra lo que algunos "cuidadores de autos" hacen en nuestra ausencia.
Por favor, de entrada les digo que no quiero echar a todos los cuidadores dentro del mismo saco; eso sería injusto. Pero déjenme contarles que sucedió cuando fui a comprar a un súper.
Al llegar, estaciono mi autito y procedo a ir a hacer las compras. Un cabro de naranjo (chaleco reflectante) me dice que vaya tranquilo. Que él me cuida el auto. Yo, siendo sincero, siempre he sido desconfiado, pero nada puedo hacer. Simplemente los dejo que hagan su trabajo y ya.
Compre y, al salir, me encuentro con otro cabro "cuidador", encaramado en mi auto adelante en el capó. Impresionado por la tontera que estaba haciendo, me acerco y le digo: "Oye, ¿crees que es correcto lo que estás haciendo?". Me mira y me responde: "No estoy ni ahí". "¿Y si llega el dueño del vehículo?", le pregunto. Y me dice: "Me bajo poh, si le estoy cuidando el auto".
Yo no daba crédito a todo esto, así que le dije: "Bueno, cuando te canses de estar encima de mi auto avísame pa poder irme. Por mientras iré a buscar a la patrulla móvil que esta a la vuelta". La cara del cabro se desfiguro. De inmediato se bajó del auto y, con un paño, comenzó a limpiar donde estaba sentado. Yo me subí al auto y, ¿que creen? Tuvo el descaro de pedirme un aporte poh.
Encendí el motor, retrocedí y, dejándolo con la mano estirada, me fui. Lo chistoso es que, al mirar por el espejo retrovisor, veo que está gritando y me levanta el dedo de al medio.
Bueno, nunca más fui a comprar a ese supermercado. Y esa experiencia me muestra que, como en todo tipo de trabajos, hay quienes sólo hacen tonteras y sacan la vuelta.
En fin. Eso quería contarles. A mí siempre me suceden cada cosa. Además, había quedado de hablarles de una estafa de la cual hay que cuidarse. Pero eso será en una siguiente oportunidad. ¡Nos vemos pronto aquí, en "Donde Panchito"!
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