387. Esperanza, parte 1

¿Es iluso ver el futuro con esperanza? ¿O hay razones de peso para ello?

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Cuando pasamos por situaciones complicadas en nuestra vida, tendemos a mantener la esperanza en que todo se solucionará más temprano que tarde. Esa actitud nos ayuda a enfrentar los problemas de mejor manera, porque, aunque los golpes de la vida duelan, pensamos en el futuro, en el momento en que aquella situación que tanto nos angustia ya no exista.

386. ¿Esto irá a acabar algún día?

Las guerras: uno de los problemas de la humanidad
(foto gentileza de ceinaseg.com)

Llevo casi 32 años viviendo en este planeta. Más de tres décadas donde han pasado miles de cosas en el mundo. Y, aunque varias veces mediante comentarios que quienes me leen me han escrito aquí, me han tildado de pesimista, lo cierto es que no me considero así. Siento que soy, en vez que pesimista, REALISTA. Porque, como dice el dicho, "No hay peor ciego, que el que no quiere ver". Es bueno ser optimista y positivo, pero tampoco podemos hacer la vista gorda a los grandes problemas que, como sociedad humana, venimos arrastrando hace no cientos de años, sino MILES de años.

385. Series de televisión 20: El mundo del profesor Rossa


Y es hora de volver a hablar de las series de televisión. Sí, porque de hace tiempo que no lo hacía, y en esta ocasión quiero viajar a mi niñez, una vez más. Hace una semana, en el Podcast hablamos de la Nostalgia, y de cómo ciertos programas de televisión marcaron nuestra infancia y adolescencia. Y hoy quiero hablarles de uno de ellos. Con ustedes "El Mundo del Profesor Rossa".

384. El Diseñador Invisible de Organismos y Sistemas

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Una interesante reflexión en un colegio cualquiera
Foto extraída de naturlider.com


En una clase de naturaleza en un colegio, el profesor explicaba acerca de lo maravilloso que es nuestro planeta. Explicó los sencillos pero increíbles procesos del ciclo del agua, la fotosíntesis y la capa de ozono como barrera para cuidar este hermoso lugar. Al final de la clase, cuando ya había explicado todo, un alumno le preguntó al profesor:

383. Operación Panchito, parte 3



Hace algunas semanas les relaté sobre mi accidente de tránsito que tuve por culpa de una irresponsabilidad de otro conductor al cruzarse cuando no debía hacerlo. En este artículo les contaré todo el proceso que he vivido desde entonces, que no ha sido fácil, puesto que este accidente me ha mermado considerablemente mi vida en lo que respecta a mis quehaceres. Pero, puede que alguien, en especial si me lees de hace poco, se pregunte: "¿Por qué es la tercera parte de Operación Panchito? ¿Acaso ya has hablado de este tema antes?".

¿Cómo me fue en la operación del dedo de hace unas semanas?
Bueno... sí y no. ¿Cómo así? Es que, efectivamente he hablado de operaciones anteriormente, pero no de lo que me sucedió ahora en el accidente. Años atrás les relaté en dos partes una operación por un quiste, relato que puedes leer aquí. Ya, pero vayamos a la historia en sí. ¿Cómo han sido para mí estos días después del accidente?

382. Viajando con Panchito 16: El Tobogán, Cochamó

Más de un año después, por fin un nuevo artículo de viajes. Espero que les guste...


Después de más de un año sin actualizar esta sección, hoy hay una nueva entrega de "Viajando con Panchito". En este nuevo artículo les comentaré sobre un lugar que conocí este año, en mis últimas vacaciones. Es un lugar hermoso, casi virgen, donde uno puede entrar en contacto estrecho con la naturaleza y la creación. Y, si bien es cierto estuve a punto de tirar la esponja (ya sabrán por qué), no me arrepiento de todo lo que tuve que sufrir para llegar a destino. Nos vamos al sur de Chile, a Cochamó.

Vacacionando en Pandemia

A principios de año la Pandemia estaba en su apogeo, entre la primera y segunda ola de contagios. En la actualidad los casos han bajado notoriamente y hay más libertades, pero en marzo no era tan así. El gobierno permitió que pudiéramos salir de vacaciones (tomando todas las medidas de resguardo correspondientes) sacando un permiso especial. Me fui de Concepción rumbo al sur un día antes de que comenzara una cuarentena que se extendió por un par de meses. Si no hubiera salido ese día viernes, las vacaciones se habrían ido a las reverendas.

En este portal se podía obtener el permiso de vacaciones


Pues bien, llegué a Petrohué, un villorrio que queda cerca de Ensenada, comuna de Puerto Varas, Región de Los Lagos (ya hablé de Petrohué en un anterior artículo de "Viajando con Panchito". Puedes leerlo aquí). Alojé con un amigo donde una familia amiga, así que el ambiente era familiar. El lunes decidimos junto con unos amigos a ir al lugar que quiero mostrarles hoy: El Tobogán. Veamos de qué se trata, y qué tan lindo es.

Una laaaarga caminata 

Si vienes del norte, puedes desviarte en Osorno hacia la cordillera, por la rivera norte del lago Llanquihue, y en Ensenada seguir al sur hacia Cochamó. De Concepción a Cochamó son unos 681 km.

Cochamó (foto tomada de Wikipedia)


Para llegar a Cochamó, puedes guiarte por el mapa que adjunto en este artículo. Cochamó es un pequeño pueblo de unos 4 mil habitantes ubicado al sureste de Puerto Montt (capital regional). No puedo decir mucho de Cochamó porque sólo pasamos de largo, puesto que el camino hasta El Tobogán es largo. Pero, pasando el pueblo, a unos 5 km hay una bifurcación a la izquierda, yendo hacia la cordillera. De ahí, son unos 5 km más de ripio hasta un estacionamiento, donde hay que dejar el vehículo y continuar la travesía a pie. Luego les daré un dato en Cochamó que es imperdible si andas por esos lados.

Como dato curioso, Cochamó viene del mapudungún, que significa "donde se unen las aguas". Esto, debido a la unión del estuario del Reloncaví con el Océano Pacífico.

Pues, tal como les dije recién, para llegar a El Tobogán hay que hacer una caminata... digamos que no es tan extrema, pero en mi caso particular fue mi primera caminata de esta índole, y junto con mis amigos demoramos casi 5 horas en llegar. Un camino cansador, y a ratos sentía que no podía seguir y me arrepentía de haber ido. Pero, luego de ese trayecto, que son unos 13 km., pudimos llegar. Ah, pero antes, tuvimos que cruzar un estero.

El camino de ripio llega hasta donde dice "Quila". De allí hay que caminar hasta El Tobogán (en la esquina superior derecha de la imagen)


El lugar es sencillamente hermoso. Es que no tengo palabras para describirlo. El tobogán es una formación rocosa por donde cae una cascada. Uno se puede deslizar por allí como si efectivamente fuera un tobogán. No hay playa. El borde del río es de muchas, pero muchas piedras... y mucho verde también. Había algo de gente (era principios de marzo y ya muchos no estaban vacacionando) pero, aun así, uno puede disfrutar de la naturaleza. La caminata se realiza bordeando el río Cochamó, y aparte de cruzar el estero antes de llegar a destino, pasamos por acantilados, zonas rocosas, barro, puentes colgantes y hasta tuvimos que usar un tronco caído para cruzar por un pequeño barranco. Emocionante, pero muy cansador (por lo menos para mí, que no tengo el físico para esas cosas XD).







Vista panorámica del sector. Precioso.

Totalmente recomendado. Y, luego de regresar los 14 km recorridos, volvimos a Cochamó y pasamos a un local donde ofrecen pastelería y cafecitos, además de cositas para comprar de recuerdo. Su nombre es "Matería Cochamó", y es atendido por sus propias dueñas. Es sencillamente bakán. Atención familiar y el ambiente es muy grato (a la izquierda verás algo de lo que comí. Muy rico por cierto). Aprovechamos de descansar los pies, en especial una de nuestras amigas que se torció cuando veníamos de vuelta. Si quieres conocerlos, te dejo su cuenta de Instagram aquí.

En Cochamó puedes encontrar servicios básicos: supermercado, almacenes, hospital, correo y más. No recuerdo si había una bencinera, pero siempre es mejor ir sobre seguro y llenar el estanque en Ensenada, donde sí recuerdo que hay una porque ahí llené el estanque luego del viaje de Concepción a Petrohué. Y sí: volvería de nuevo. El sur de Chile es precioso. Espero tener la oportunidad el otro año de ir nuevamente y conocer nuevos lugares, y así contárselos a ustedes en "Viajando con Panchito". Hasta el siguiente artículo.


381. Flojera

Escucha este artículo (4:12)
Hoy hablaré de otra pandemia mundial que no distingue a nadie... la flojera



De hace mucho tiempo que tenía ganas de escribir este artículo. Pero necesitaba un impulso para hacerlo. Y hoy lo conseguí: estoy acostadito en mi cama mientras redacto este nuevo artículo para ustedes, guardando reposo luego de mi operación al dedo, que fue un éxito (pronto les relataré mi experiencia mientras estuve hospitalizado). Y bien: aquí estoy, listo para hablar de una plaga que, pareciera ser, se extiende cada vez más, en especial entre los jóvenes (no todos... no hay que generalizar). Hablo de la flojera.

Es bueno flojear de vez en cuando: de eso no hay duda. Después de una ardua jornada laboral o de clases, es merecido descansar y flojear. En mi caso, ahora que debo guardar reposo por mi accidente, también flojeo. Pero hay algunas clases de flojera que no necesariamente son positivas y, por lo menos a mí, me preocupan.

Tener clases por internet no significa que hay que ser menos
responsables con los deberes (foto tomada de https://agenciapi.co)


Como ya deben saber, mi padre hace clases: es profesor. Con esto de la pandemia las clases ha tenido que realizarlas de manera virtual por internet. Al margen de que con esto los alumnos simplemente deben encender un computador y conectarse para tener clases, sin tener la necesidad de levantarse temprano, ir a un paradero, tomar un bus y llegar a la Universidad y ahí recién tener clases, me sorprende lo flojos que pueden llegar a ser algunas veces. Y eso que hoy no hablaré de los faltos de respeto que algunas veces estos alumnos tienen contra sus profesores (mi papá en este caso), o que vea con tristeza cómo mi padre se esfuerza, a sus casi 70 años, en aprender a usar la plataforma virtual para impartir clases, y sus alumnos ni siquiera sean capaces de encender la cámara, o de dar las gracias luego de terminar una clase.

Insisto: no estoy generalizando. Sé que no todos los alumnos son así. Hay varios que sí agradecen lo que los profesores hacen. Y, si bien es cierto esta pandemia ha afectado a todos, no debe usarse como excusa para ser... como los del ejemplo que citaré, y que da el título a este artículo.

Hace un tiempo, mi padre mandó un instructivo a sus alumnos (instructivo entregado por la casa de estudios donde hace clases) para que pudieran descargar un programa especial en sus computadoras y así poder continuar con las clases, ya que ese programa es indispensable para que los chicos siguieran con su proceso de aprendizaje. Pasaron varias semanas hasta que, cuando llegó la clase donde comenzarían a utilizar el programa, una gran cantidad de alumnos recién en ese momento, indicaron que no lo habían descargado.

¿Excusas? Muchas: algunas válidas, como que no se conectaban desde un PC sino desde un celular. Es comprensible, y la casa de estudios les dio soluciones para aquellos alumnos. Pero algunas excusas... simplemente son intolerables. "Se me olvidó", o "No sé cómo descargarlo", fueron algunas. Jóvenes sobre 18 años que no saben descargar un programa de internet... ¿De verdad? La Universidad les da un instructivo paso a paso para descargarlo, y aun así NO PUEDEN. Pero si fuera un juego o una serie, ahí lo descargan hasta con los ojos cerrados. Si no pueden descargarlo con el instructivo, ¿no pueden preguntar? ¿Tienen que pasar semanas para que, recién, avisen que no pudieron? FLOJERA.

¿Y qué tal eso de que se les olvidó? Pero si están en clases, ¿Cómo se les va a olvidar? Esas cosas no deben olvidarse. Mi conclusión sobre este asunto es que son flojos. No le hallo otra explicación. Y lo curioso es que, al hacerles ver su error, se enojan, se frustran, se sienten menoscabados y pasados a llevar. No les pueden llevar la contraria. 

Con esta clase de alumnos que, vuelto a insistir, no son todos (y disculpen que sea tan majadero en este punto, pero últimamente la gente anda muy sensible a todo y te pueden hacer un escándalo de proporciones), yo me pregunto: ¿Hasta dónde llegaremos? Frente a esta pregunta, yo, por lo menos, aun no tengo respuesta... y así como vamos, no se ve una respuesta en el corto tiempo.

380. Accidente


Tengo licencia de conducir desde hace casi 10 años. Quienes me vienen leyendo de hace tiempo quizá recuerden ese gracioso artículo donde les relato cómo obtuve mi licencia en una escuela de conductores de mala muerte XD (pueden leerlo aquí: 156. ¿Cómo obtuve mi licencia de conducir?). La cosa es que gracias a esa licencia hoy tengo un trabajo estable relacionado con el transporte. Sin embargo, todo sufrió un abrupto cambio el lunes recién pasado a causa de un accidente de tránsito donde yo, Panchito, estuve involucrado. Déjenme contarles a grandes rasgos qué sucedió.

Pon aquí la introducción a tu artículo

No virar izquierda

Cruce del accidente (foto sacada de Google Maps)

A eso de las 16:30 horas venía por una avenida muy transitada, luego de haber ido a un hospital a retirar insumos que debía llevar a Concepción. Al llegar a un cruce peligroso, me encuentro por sorpresa que un auto intentaba doblar a su izquierda, sin percatarse que en sentido contrario venía yo. Fue imposible esquivarlo y, luego de intentar doblar a la derecha para no darle de frente, chocamos y ambos vehículos quedaron destruidos a la orilla del camino.

El cruce en cuestión es muy transitado, y es semaforizado. Ambos cruzamos con verde, pero él, aparte de no ver mi presencia, dobló a la izquierda en un lugar prohibido. Cuento corto: la culpa fue del auto.

Aquí se ve el letrero de "No virar izquierda", justo donde el auto
dobló y chocó conmigo que venía en sentido contrario. Ojo: la foto
es del 2012, por lo que, como mínimo, son 9 años de prohibición para hacer esa maniobra.

Apenas ocurrió el accidente, salí por mis propios medios a ver a los del otro auto. Gracias a Dios no les pasó nada. Salieron del auto por sus propios medios. Luego de asegurarnos que todos estábamos bien, los chicos del otro auto intentaron echarme la culpa a mi de su imprudencia. Sin embargo, al indicarles que habían dos testigos que vieron que doblaron mal, y que más encima en el cruce hay una cámara de vigilancia, no alegaron más.



Me llevaron al hospital en una ambulancia para tratarme. Luego de toda la batahola, me fijé que tenía el pulgar de mi mano derecha doblado. La paramédico que me atendió sin dudar me dijo que era una fractura. Luego de algunas radiografías, y de tomarme la alcoholemia, fueron los de la mutual a buscarme para llevar a una clínica a tratarme, por tratarse de un accidente laboral.

Fractura en diagonal del pulgar derecho

Mutual de Seguridad, ubicado en la Ruta 154 Autopista
Concepción - Talcahuano

Recién pasadas las 5.40 de la madrugada del día siguiente - martes -, me indicaron que, luego de varios exámenes, tenía una fractura en diagonal en uno de los huesos del pulgar de la mano derecha, y que era probable que tuviera que operarme. Sí: otra vez. Recordemos que hace casi 9 años me tuve que operar también (puedes leer lo sucedido esa vez aquí: 185. Operación Panchito, parte 1 y 188. Operación Panchito, parte 2). Así que me derivaron a la Mutual de Seguridad donde confirmaron el pronóstico y comencé con los exámenes necesarios para la intervención.

¿Cómo estoy?


Fuera del susto, y de la fractura que sufrí, estoy bien. Como les dije más arriba, los del otro auto salieron ilesos, por lo que no hubo heridos. Estoy un poco adolorido aun por el impacto. Me dieron licencia médica por 30 días, por lo que tendré harto tiempo para descansar y, aprovechando, avanzaré con el podcast y el sitio web. Gracias a todos quienes me han llamado o me han escrito por Whatsapp para saber mi estado. Más adelante seguramente les contaré sobre cómo salió la operación. ¡Saludos y, si manejan, cuídense y respeten las señales de tránsito! ¡Chau!

379. Episodio especial de "Noche de Ciencias" / Podcast Donde Panchito

El Podcast "Donde Panchito" sigue creciendo y hoy marca un nuevo hito Hoy sábado 19 de junio de 2021 es un día especial. Hemos subido el primer programa de nuestro podcast en vídeo. A continuación te lo presentamos y te invitamos a que lo disfrutes de principio a fin. Es el octavo y último episodio de "Noche de Ciencias", del depto. de cultura del podcast, y el tema es "¿Cómo dice que dijo?", referente a la ciencia del sonido.


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